México liquidará este miércoles notas bancarias por 6.000 millones de dólares, emitidas para pagar un crédito de Estados Unidos. La operación es parte de una estrategia de cancelación de una deuda por otra, que en los dos últimos años alejó el riesgo de asfixia financiera.
"Estamos pagando con otra deuda, pero de mayor plazo y mejores condiciones", explicó el secretario (ministro) de Hacienda, Guillermo Ortiz. Los recursos para la operación fueron obtenidos de colocaciones en los mercados de Japón y Europa.
Gracias a los mercados de capital, el gobierno logró cambiar entre 1995 y 1996 todo el perfil de sus compromisos externos. La deuda externa de México es aún, junto a la brasileña, la más alta de América Latina, pero los plazos de pago son cada vez mayores.
Según datos oficiales, la deuda de corto plazo de México se ubicaba al finalizar el primer semestre de este año en 5.000 millones de dólares, la octava parte del monto registrado antes del estallido de la crisis financiera de diciembre de 1994.
Los 6.000 millones de dólares de notas bancarias que se liquidarán este miércoles tenían como respaldo una cuenta en la que se depositan ingresos petroleros. Las notas fueron emitidas a principios del año para completar el pago de un préstamo de emergencia recibido de Estados Unidos en 1995.
El crédito, entregado a pesar de la oposición del Congreso estadounidense, permitió al gobierno de Ernesto Zedillo, instalado poco antes de la crisis de 1994, reconquistar parte de la confianza de los tenedores de títulos de deuda.
Hace dos años, México estuvo a punto de declarar una moratoria de pagos a sus acreedores debido a su iliquidez.
Con compromisos externos por 160.000 millones de dólares, casi igual a los que mantenía en 1995 -según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)-, México es uno de los países más endeudados del mundo.
Luego de seis reestructuraciones globales de su deuda y varios momentos de crisis, muestra este año un perfil de pagos "relativamente cómodo", opinó el analista financiero Enrique Quintana.
El secretario de Hacienda Ortiz indicó que el gobierno continuará con su actual estrategia de refinanciamiento de pagos mientras los mercados lo acepten.
Las arcas de México reciben actualmente una avalancha de inversiones de corto plazo en dólares y sus negocios en la bolsa de valores se mantienen en niveles sin precedentes.
"Aprovecharemos el ambiente de gran confianza que hay hacia México", dijo Ortiz.
Para la no gubernamental Red Mexicana de Cabildeo para el Desarrollo, la deuda externa representa "un peso creciente que frena el dinamismo económico, además de provocar una mayor dependencia con el exterior, y genera inequidad en la distribución de las inversiones".
Cada mexicano debe en promedio unos 1.793 dólares, 71 por ciento más que en 1981, señalan estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La deuda externa de México creció alrededor de 120 por ciento entre 1981 y 1996. Después de 13 años de sacrificios y de duros ajustes, su peso se mantiene y debe recurrirse constantemente a nuevas renegociaciones y al crédito para mantener el servicio, observó Enrique Valencia, de la Universidad de Guadalajara.
México refinanció seis veces su deuda externa y firmó cuatro acuerdos con el FMI en los últimos 14 años, mientras la sociedad soportaba programas de ajuste. La deuda aumentó, pese a que las autoridades prometieron reducirla.
Datos oficiales indican que el monto de la deuda externa representa actualmente alrededor de 47 por ciento del producto interno bruto, 17 puntos más que hace 16 años. (FIN/IPS/dc/ff/if/97)
