El ingreso masivo de dólares a México y la actividad creciente de la bolsa de valores, que esta semana rompió todos sus récords, genera opiniones encontradas. Mientras el gobierno se felicita, los analistas piden cautela y los políticos de oposición advierten peligros.
La bolsa de valores superó los 5.000 puntos al cerrar julio, el nivel más alto en su historia. En los siete primeros meses del año el mercado bursátil creció más de 50 por ciento, un comportamiento jamás registrado en un período similar.
En las últimas tres semanas ingresaron al país alrededor de 1.200 millones de dólares, por lo que el Banco Central decidió elevar de 300 a 500 millones de dólares su opción de compra de divisas en agosto. El objetivo es evitar una sobreoferta de divisas y su consecuente impacto sobre el tipo de cambio.
El exceso de dólares en el mercado sobrevalúa la moneda local y perjudica a los exportadores, reconoció el Banco Central.
Según portavoces oficiales, el desempeño de la bolsa y la llegada de dólares a los mercados, en su mayoría para operaciones de corto plazo, refleja la confianza de los inversionistas y confirma la validez de la política económica.
Para analistas, sin embargo, hay que tener cautela. "Un movimiento brusco en los mercados internacionales podría provocar una estampida y dejar a México en situación difícil", dijo el experto financiero Ignacio Catalán.
Catalán atribuyó este "boom" al ambiente de tranquilidad que primó en las elecciones del 6 de julio, cuando se renovó el Congreso, parte del Senado y designó a varios gobernadores, la reducción del crecimiento de la economía estadounidense y la inestabilidad de las plazas financieras asiáticas.
El gobierno del presidente Ernesto Zedillo afirma que la fortaleza de las reservas internacionales y el refinancimiento de deudas externas de corto plazo alejaron los peligros de que se repita una crisis como de la fines de 1994.
El saldo de la deuda externa de corto plazo de México es hoy menor a 5.000 millones de dólares, la octava parte de la que tenía antes del estallido de la crisis, mientras las reservas internaciones superan los 22.000 millones de dólares.
Zedillo prometió a empresarios esta semana que no aceptará ningún pedido para modificar la política económica del país, que, dijo, se mantendrá invariable hasta el fin de su mandatato de seis años, en el 2000.
Los partidos opositores Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), que en julio arrebataron al gobernante Partido Revolucionario Institucional la mayoría de la Cámara de Diputados por primera vez en 68 años, señalaron este viernes que pugnarán por cambios en la dirección económica.
El presidente ya no da órdenes al Congreso y debe saber que su política económica está en discusión, coincidieron en señalar este viernes diputados electos de la oposición, que asumirán sus cargos el 1 de septiembre.
El PRD demanda mayores inversiones de largo plazo y aplicación de tasas impositivas a la inversiones especulativas. El actual ingreso de divisas podría ser el preámbulo de otra crisis, advierte este partido.
"La conducción de la economía ya no es responsabilidad exclusiva de Zedillo, es necesario recordar que será la Cámara la que apruebe el proyecto de ingresos y egresos fiscales", declaró Porfirio Muñoz, coordinaror de los diputados electos del PRD.
El PAN sostiene que la euforia de los mercados responde a situaciones externas. El gobierno debe regular menos el mercado, dejar de favorecer a los especualdores de bolsa y atraer inversiones productivas que alienten el empleo, señaló su presidente, Felipe Calderón. (FIN/IPS/dc/dg/ip-if/97
