Los habitantes de Montserrat que dejaron la isla amenazada por el volcán Soufriere e intentan iniciar una nueva vida en la vecina Antigua descubren que la vida en su nuevo hogar presenta varios desafíos.
Para empezar, el costo de la vida es considerablemente más alto al que estaban habituados. Una modesta casa de madera con dos dormitorios se alquila a 350 dólares, mientras una estructura similar en Montserrat en circunstancias normales costaría la mitad.
Aunque la población de Antigua los recibió amablemente, las oportunidades de encontrar un empleo son escasas. Además, las autoridades llamaron la atención de personas de Montserrat que tomaron empleos sin tener permiso de trabajo, el cual se entrega sin costo alguno.
"Todo lo que el Departamento de Trabajo hizo es asegurar la regularización de las personas provenientes de Montserrat para evitar problemas", dijo el Comisario de Trabajo, Austin Josiah.
El gobierno de Antigua y Barbuda está realizando una encuesta nacional sobre trabajadores extranjeros en todo el país para determinar quiénes trabajan sin autorización apropiada.
Un policía que transfirió su automóvil a Antigua para salvarlo de las repentinas caídas de rocas del volcano no considera a Antigua como una opción. Su casa en Montserrat desapareció, y su esposa aceptó la oferta de Gran Bretaña y se instaló en ese país con el hijo de ambos, de cuatro meses.
Los habitantes de Montserrat que escogieron la opción de dejar la isla están recibiendo asistencia del gobierno de Gran Bretaña, entre 8.000 y 15.000 dólares.
El funcionario de policía es uno de los 85 de la isla de Montserrat que decidieron resistir mientras sea posible. La lista de policías que optaron por irse no es larga.
Desde 1995, sólo ocho integrantes del contingente regular de 93 policías dejó la isla de forma permanente. Esta semana las complicaciones de la crisis aumentaron con ruidosas protestas callejeras y una extensa búsqueda de cinco prisioneros fugados.
Los 26 prisioneros de la isla, cumpliendo sentencias por diversos delitos, incluyendo asesinato y contrabando, están ubicados en una instalación temporal, antes una vivienda privada, en el área norte de Man Jack.
Cuatro de los fugados protestaron por las condiciones en la prisión al entregarse el miércoles, e inmediatamente exigieron una reunión con el gobernador británico, Frank Savage.
No hubo informaciones sobre la reunión, pero se especula que las islas Vírgenes y Turcas y Caicos, ambas colonias británicas, podrían ser el sitio en que los delincuentes terminen de cumplir sus sentencias.
Mientras, la crisis en Montserrat empeora y la población en la isla se redujo a alrededor de 4.000 personas. Cuando el volcán Soufriere entró en erupción hace dos años, tras dos siglos de permanecer dormido, la población de esta pequeña dependencia británica de 102 kilómetros cuadrados era 11.000 habitantes.
Situada en el grupo de Islas Leeward en el este del Caribe, la principal actividad del país era entonces el turismo, que contribuía 25 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Antes de 1989, Montserrat también tenía un lucrativo servicio financiero, pero este se redujo considerablemente tras investigaciones por fraude. La isla actuaba además como importante centro de comunicaciones, tecnología y medios en la región este del Caribe.
Todo eso cambió, y el resultado más curioso de la actual situación fue sugerido por un científico británico.
Tony Atkinson, de la Universidad Warwick, dijo que Montserrat podría lograr sustanciales beneficios económicos de la exportación de enzimas naturales que crecen fácilmente en la atmósfera poco hospitalaria del volcán.
La tolerancia de las enzimas a condiciones duras las hace ideales para varias aplicaciones industriales como polvos detergentes de alta temperatura, en que las enzimas digieren las manchas, explicó. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/lp/pr/97