El presidente de México, Ernesto Zedillo, presentó hoy un plan "integral" contra la pobreza, que afecta a más de 50 millones de personas, un año después de haberlo anunciado y menos de cuatro meses antes de cumplir la mitad de su gestión de seis años.
El plan, que generó la critíca de analistas y políticos por su retraso y contenido supuestamente "asistencialista", llega tras superar, con altos costos sociales, lo peor de la crisis financiera estallada a fines de 1994.
Con el Programa Nacional de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) se "romperá el círculo vicioso de ignorancia, enfermedad,insalubridad y desnutrición que tiene atrapados a millones de mexicanos", afirmó Zedillo este jueves.
Diversas investigaciones indican que en los dos últimos años de crisis, en México se extendió la pobreza, que en en su nivel extremo afecta a más de 10 millones de personas, y que se elevaron los niveles de concentración de los ingresos.
Tras reconocer que la pobreza es el "más grave rezago" y el "mayor desafío", el presidente, que asumió en diciembre de 1994, sostuvo que el PROGRESA "habrá de atender las causas"de la miseria "de manera integral".
El nuevo plan, que sigue a una decena de otros presentados por anteriores mandatarios siempre con la promesa de terminar "ahora sí" con la pobreza, se aplica este año con una inversión de alrededor de 153 millones de dólares, cifra que equivale al 0,1 por ciento de los ingresos anuales obtenidos por exportaciones.
PROGRESA beneficiará hasta finalizar el año a 400.000 familias con becas para educación básica, servicios de salud gratuitos y entrega de complementos nutritivos para madres y niños de hasta dos años.
Además, incluye la distribución mensual, a cada familia pobre, de alrededor de 11,5 dólares por concepto de apoyo alimentario.
El nuevo plan une "acciones de educación, de salud, de alimentación para las familias más pobres, centrando la atención en el núcleo familiar y en los niños y niñas, y descansando en la gran responsabilidad de las madres de familia", explicó Zedillo.
Para portavoces del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), el PROGRESA se mantiene dentro de conceptos asistencialistas, por lo que no tendrá mayor impacto. La clave para combatir la pobreza está en aplicar cambios al modelo económico, dijeron.
El PRD demanda al gobierno poner en debate sus estrategias de desarrollo, pero Zedillo ha sido enfático en señalar que mantendrá sin alteraciones su política económica.
El plan contra la pobreza presentado este miércoles fue anunciado el 1 de septiembre de 1996, cuando el mandatario dirigió al país su segundo informe de gobierno. "En las próximas semanas" se pondrá en marcha el proyecto, dijo en aquella ocasión.
"Los hechos no admiten discusión. Más allá de las explicaciones que se intenten ofrecer, la política social de la actual administración ha tenido una baja prioridad", opinó el analista Enrique Quintana en su columna del diario Reforma.
Si el gobierno se hubiese demorado entre anunciar y aplicar sus políticas económicas de ajuste, igual que lo hizo en materia social, el país aún estaría discutiendo qué tipo de cambio debería implementarse, comentó Quintana.
Según los partidos de oposición, una de las razones que explican el retardo en poner en marcha un plan social de largo alcance es que existen discrepancias sobre el tema dentro del gabinete.
Como consecuencia de la crisis, el uno por ciento de las familias más acaudaladas del país, que antes de 1994 concentraban 11,3 por ciento del ingreso nacional, hoy concentran el 16,2 por ciento, indica un estudio conjunto de la Universidad Obrera y de la Autónoma de México.
Añade que 90 por ciento de la población percibe 59,6 por ciento del total de ingresos. México tiene "sin duda" una de las más injustas distribuciones de la riqueza en el mundo, apunta la investigación.
El estatal Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática señala que en 1995 10 por ciento de los mexicanos con mayores ingresos poseía 41 por ciento de la riqueza nacional, siete puntos más que hace una década.
En contraste, el 20 por ciento de los hogares más pobres, que hace 10 años contaba con el 4,8 por ciento de los ingresos disponibles, en 1995 apenas percibía el 3,2 por ciento, indican las cifras oficiales. (FIN/IPS/dc/dg/if-pr-ip97)
