Los partidos políticos de oposición de México, que desde el 1 de septiembre serán por primera vez mayoría en la Cámara de Diputados, dejaron atrás sus diferencias y suscribieron un acuerdo de ocho puntos, que según el partido gobernante "perjudicará a la democracia".
La alianza de los opositores busca en lo medular cambiar la integración de los órganos de gobierno de la Cámara y la forma de designación de sus funcionarios administrativos, cargos ocupados desde hace 68 años por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Además pretende definir un nuevo formato del informe presidencial, que por ley se debe presentar al inicio de cada nuevo ciclo parlamentario y que según analistas guarda resabios cortesanos ajenos a los nuevos momentos que vive el país, y auditar el manejo de la Cámara.
Para lograr sus objetivos sin mayores fricciones, los opositores invitaron al PRI a sumarse a los acuerdos y señalaron que gestionan una cita con el presidente Ernesto Zedillo, quien desde la Secretaría de Gobernación (Interior) ha preferido convocar a sus adversarios pero a reuniones individuales.
El acuerdo de los opositores fue suscrito este miércoles por los coordinadores de los diputados del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), del conservador Partido Acción Nacional (PAN), del centrista Partido del Trabajo (PT) y del Partido Verde Ecologista (PVEM).
"No es un acuerdo saludable para la vida democrática del país, pues ahora busca violar la ley y luego caminará a bloquear todas las actuaciones del Ejecutivo", dijo este jueves el diputado electo del PRI Mariano Palacios.
Según el partido de gobierno, la oposición quiere interpretar a su antojo las leyes para imponer nuevos funcionarios en la Cámara y cambiar el informe presidencial "para transformarlo en un acto de un circo".
Según el coordinador de los diputados del PRD, Porfirio Muñoz, las reacciones del PRI demuestran que ese partido no ha logrado asimilar los resultados de las elecciones del 6 de julio.
"Invitamos al PRI a sumarse a la ola de cambios o deberá quedar sometido a la nueva mayoría opositora", expresó Muñoz.
En los comicios del mes pasado, cuando se renovó la totalidad de la Cámara de Diputados, parte de la de Senadores y se eligieron nuevos gobernadores, congresos locales y alcaldes en varios estados, el PRI sufrió la peor derrota de su historia, perdiendo por primera vez la supremacía en la Cámara.
PRD, PAN, PT y PVEM tendrán 261 escaños en la nueva Cámara, frente a los 239 del PRI.
En los últimos años, el gobierno jamás tuvo problemas para que sus propuestas sean aprobadas por los diputados. Ahora deberá negociar o entrar en conflictos que pueden paralizar su gestión, advierten los analistas.
Los opositores señalaron que su primer acuerdo es apenas el principio de una forma de acción que tocará otras temáticas, como la económica, en la que el presidente Zedillo ha prometido que no cederá ni un centímetro.
En lo inmediato, los opositores quieren que el próximo informe de gestión del mandatario, que se presentará el 1 de septiembre, dure poco y Zedillo pueda ser interpelado por los diputados.
También, que el Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Federación de 1998, que prepara el gobierno, sea negociado antes de ser presentado a la Cámara.
"Esto comienza a ser una verdadera democracia. El PRI y el gobierno deben entenderlo por el bien de la gobernabilidad y del futuro del país", declaró el diputado Gonzalo Yáñez, del PT.
Tras las últimas elecciones, los opositores gobiernan a nivel de estados y municipios a tres de cada 10 mexicanos y tienen bajo su administración territorios que generan 47,3 por ciento del producto interno bruto nacional.
Para asegurar el éxito de sus gestiones, los opositores piden descentralizar la distribución de los egresos presupuestarios y cumplir con los postulados de una distribución económica de tipo federal.
Actualmente 80 por ciento del presupuesto federal lo maneja el gobierno central, 16 por ciento los estados y apenas cuatro por ciento los municipios. (FIN/IPS/dc/dg/ip/97)