La niebla tóxica resultante de la contaminación del aire en Malasia llegó a niveles que impiden la visión, complica a los conductores de vehículos, ahoga a los ciudadanos y obliga a los pilotos a tomar precauciones extra.
La visibilidad en la mayoría de las ciudades es menor del nivel aceptado de 10 kilómetros. El 21 de este mes, los índices de contaminación del aire en cuatro áreas densamente pobladas del país, incluyendo la capital, Kuala Lumpur, alcanzaron niveles insalubres.
Muchos se quejan de problemas y afecciones respiratorias. "Advierto un aumento de alrededor de 20 por ciento en los casos de broquitis y episodios asmáticos entre mis pacientes", aseguró un médico privado en Kuala Lumpur.
El estado de Sarawak, al este, ha sido el más golpeado. Su capital, Kuching, registra niveles de insalubridad sin precedentes, y las principales ciudades están bajo "severa y muy severa niebla tóxica", indicaron autoridades.
El ministro de Medio Ambiente del estado urgió a los residentes a evitar actividades al aire libre, usar máscaras quirúrgicas si son necesarias, y a beber mucha agua.
En el vecino estado de Sabah no se dieron cifras, pero pilotos que volaron en el área el 22 de este mes informaron sobre una densa niebla tóxica ubicada a una altura de 3.000 metros.
Los aviones han debido recurrir a aterrizajes guiados por instrumentos, y varios vuelos se atrasaron, cancelaron o cambiaron de ruta.
Una tormenta tropical que golpeó el norte de Malasia la semana pasada dio un breve respiro, alejando el niebla tóxica del país y los vecinos Indonesia y Malasia. Pero después de un par de días, el aire denso de la contaminación estaba de regreso.
La población de Malasia no duda en atribuir la responsabilidad de la contaminación del aire a las fábricas y centrales energéticas, camiones, buses y taxímetros a combustible diesel.
Malasia se enfrenta ahora al costo de su acelerado crecimiento económico, con el cual un alto número de fábricas despiden humo, polvo y otros residuos contaminantes en todo el país.
"Las procesadoras de aceite de palma son los principales culpables", dijo Krishna Moorthy, ingeniero mecánico y gerente de un planta en el norte de Malasia. Los hervidores e icineradores de estas fábricas depositan nubes de humo y partículas en el aire.
Las plantas de cemento y energía eléctrica también son altamente nocivas para el medio ambiente, indican expertos.
La frenética construcción en áreas urbanas no ha colaborado en este sentido, mientras los horizontes de Malasia se ven interrumpidos por rascacielos como las torres Petronas y otros proyectos gigantescos, los que dejan más polvo sobre las ciudades.
"En medio de densas nubes de polvo, cientos de camiones y trabajadores febrilmente transforman un estado productor de aceite de palma en la nueva capital administrativa del país, llamada Putrajaya", comenzó un informe en un diario nacional.
Putrajaya está siendo construida en un área de 4.580 hectáreas, 25 kilómetros al sur de Kuala Lumpur, con un costo de 8,7 millones de dólares.
Fuera de la capital, la tala de árboles y la limpieza de la selva reduce la cubierta de bosques del país, privándola de áreas que operan como sus pulmones. A la vez, los vapores de los vehículos elevaron los índices de contaminación en las ciudades.
El gobierno se embarca en un programa para adoptar combustible más limpio como gas natural y utilizar conversores catalíticos, pero el proceso es lento.
Mientras las autoridades urgen a la gente a utilizar el transporte público, los fabricantes nacionales Proton y Perodua producen en serie nuevos vehículos que obstruyen las ciudades.
Dado que el desarrollo de la industira automotriz es el centro de los planes de industrialización del primer ministro Mahathir Mohamad, hay pocos incentivos par sistemas de transporte urbanos públicos integrados y eficaces. Sólo recientemente Kuala Lumpur inauguró un sistema de rieles para transporte masivo.
Mientras, los malasios se preparan para lo peor, creyendo que la contaminación se agudizará antes de mejorar.
Hasta ahora, el Ministerio de Medio Ambiente anunció medidas de emergencia si los índices de contaminación alcanzan niveles "muy insalubres". Estas incluirían rotación en el uso de los automóviles, reducción de las emisiones de las fábricas, y un control aéreo del problema. (FIN/IPS/tra-en/ann/js/lp/en-he/97