El Mercosur y la Comunidad Andina definirán una zona de libre comercio antes de fin de año, que apuntará a aumentar el poder de América Latina para negociar con Estados Unidos la formación de un área de integración hemisférica.
El compromiso político de definir la cuestión antes del 31 de diciembre fue tomado esta semana en Montevideo por los presidentes de Uruguay, Julio María Sanguinetti, y de Ecuador, Fabián Alarcón, tras negociaciones diplomáticas entre los cancilleres de las nueve naciones de ambos bloques.
Sanguinetti y Alarcón ejercen las presidencias temporales del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la Comunidad Andina (Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Bolivia), respectivamente.
Bolivia ostenta una situación privilegiada con respecto a las otras naciones andinas, ya que tiene un acuerdo de asociación con los cuatro países del cono sur.
La decisión política, aunque tiene un marcado acento comercial a mediano plazo, apunta en lo inmediato a consolidar posiciones comunes en las negociaciones del Area de Libre Comercio de América (ALCA), coincidieron en señalar a IPS integrantes del gobierno uruguayo y de la delegación ecuatoriana.
Si se logra el acuerdo, el 15 de diciembre en la capital uruguaya se reunirán por primera vez los presidentes de los nueve países integrantes de los dos bloques, lo que será "una fuerte señal política hacia el norte" del continente en la perspectiva del ALCA, añadieron.
El 17 de julio, en Montevideo, "el cono sur y el cono norte", al decir de la canciller de Colombia María Ema Mejía, iniciaron una negociación que parece irreversible pero que no será sencilla.
Ese día se comenzó a discutir el acuerdo marco y a realizar un análisis de la lista de productos, en un proceso para el que sólo se dispone de poco más de tres meses.
Un experto de la secretaría administrativa del Mercosur pusieron como ejemplo de laas dificultades existentes que las normas de origen, en el caso del Mercosur, establecen 40 por ciento de materia prima de fuera de la región y 60 por ciento de mano de obra o materia prima intraregión.
En cambio, en el caso de los países andinos, la norma es de 50 y 50. "En esto el Mercosur es inflexible, como lo fue con Chile y Bolivia", cuando firmó con ambos países sendos acuerdos de libre comercio, indicó.
Advirtió que aún cuando se haya decidido "acelerar" el proceso, la negociación de cada producto entre los dos bloques será "extremadamente compleja".
La expresión política del acuerdo fue el aspecto más destacable de la visita de Alarcón a Uruguay, entre este martes y miércoles.
El mandatario ecuatoriano logró por otra parte que Uruguay respaldara a su gobierno tras la crisis que en febrero pasado llevara a la destitución de su predecesor, Abdalá Bucaram.
"Hemos encontrado total apoyo al proceso de consolidación democrática", dijo Alarcón, quien elogió la tradición democrática uruguaya y la gestión de Sanguinetti para acercar a su país con Perú, con el que Ecuador libró una guerra por problemas limítrofes en 1995.
Sanguinetti, por su parte, comprometió el esfuerzo de Uruguay para respaldar a Ecuador "en la defensa del estado democrático y de la paz".
Para el presidente de Uruguay, Alarcón es la persona adecuada para liderar "la ratificación democrática, popular, ejemplar y rotunda de la legitimación de un proceso difícil", del "trauma político" causado por la destitución de Bucaram por el parlamento.
La ocasión también le fue propicia a Sanguinetti para lanzar junto a Alarcón la primera expresión pública de malestar en la región de rechazo a la decisión de Estados Unidos de reanudar la venta de armas a América Latina.
"No vemos con simpatía que Estados Unidos haya levantado la veda de armas a la región", dijo, pero advirtió que además de los estadounidenses "hay otros vendedores de armas. No podemos ser ingenuos en eso".
"Aspiramos a que la reposición de armas seea nada más que eso y no genere ningún nuevo conflicto", señaló Sanguinetti, para quien el armamentismo "es la nefasta consecuencia" de la incapacidad de la región para encontrar soluciones políticas a los problemas de fronteras.
Alarcón aseguró por su lado que Ecuador y Perú seguirán "buscando la paz definitiva" para superar su conflicto. (FIN/IPS/rr/dg/ip-if/97)