A los 11 años, Thankaraj debería ir a la escuela y jugar, pero en lugar de ello trabaja 10 horas al día en una curtiembre limpiando el cuero con ácido, según declaró a un tribunal de menores en esta capital.
Aunque sus empleadores, en el estado sureño de Tamil Nadu, le habían prometido pagarle 27 dólares por mes, no recibió más que 42 dólares en los últimos dos años, afirmó el niño.
Quienes escuchaban a Thankaraj eran K.N. Singh, un juez retirado de la Corte Suprema, y V.S. Malimath, antiguo juez de la Alta Corte de Kerala y actual miembro de la Comisión de Derechos Humanos.
El "Bal Adalat" o tribunal de menores fue creado en un esfuerzo de activistas de los derechos humanos y organizaciones no gubernamentales (ONG) por destacar la situación de los niños trabajadores de India en el 50 aniversario de su independencia.
En total, 29 niños brindaron su testimonio en una audiencia de un día de duración realizada a mediados de mes.
Entre los niños que declararon estuvieron Sonia, una niña ciega de 10 años que cosía balones de fútbol, Selva, de 10, que trabajaba en una tejeduría, y Sikander, de 13, quien fabricaba alfombras.
"En los últimos 50 años, los niños de este país fueron miserablemente defraudados por sus mayores y el Estado", concluyeron los jueces.
Los niños son laboralmente explotados en todo el país en puestos callejeros de comida, en peligrosas fábricas, en las canteras junto a sus padres, en casas particulares como empleados domésticos y en la calle como vendedores ambulantes o recolectores de trapos.
Swami Agnivesh, presidente de Bandhua Mukti Morcha, una ONG que defiende los derechos de los trabajadores, calcula que uno de cada cinco niños de la capital es explotado laboralmente, lo que equivale a medio millón.
"Si esta es la situación de los niños trabajadores en Nueva Delhi, uno puede imaginarse lo que será en el resto del país", señaló Agnivesh, un ex legislador.
Las estimaciones sobre la magnitud del trabajo infantil varían enormemente. El censo de 1991 situó la cifra en 20 millones, frente a 13,6 millones una década antes.
Sin embargo, de acuerdo con una estimación realizada en 1995 por la Comisión de Normas Laborales y Comercio Internacional, los niños que trabajan en el país, de 950 millones de habitantes, serían 77 millones.
El gobierno del Frente Unido admitió en el parlamento el pasado julio que no hay registros sobre el trabajo infantil. "El número de niños que trabajan en fábricas y como empleados domésticos no es estable", declaró entonces el ministro de Trabajo.
Aunque la Constitución establece la responsabilidad del Estado de educar a todos los menores de 14 años, más de 80 millones de niños no asisten a la escuela. En 1993, la Corte Suprema consagró el derecho a la educación como un derecho fundamental de la infancia.
Quien emplea niños comete un delito. En 1986 fue aprobada la Ley de Abolición del Trabajo Infantil, que junto con la Ley de Fábricas y la Ley de Plantación de 1948 establece penas de hasta tres años de prisión para quienes empleen menores de 14 años en sus fábricas y granjas.
"Sin embargo, aunque los tribunales liberaron más de 3.000 niños, ni un solo empleador fue encarcelado, y las multas nunca son mayores de 50 rupias (1,5 dólares). En algunos casos, las multas no llegan a 10 rupias (30 centavos de dólar)", señaló Kailash Satyarthi, de la Coalición de Asia Meridional contra la Servidumbre Infantil.
En una sentencia sin precedentes, la Corte Suprema ordenó el pasado diciembre al gobierno que proveyera datos sobre el número de niños que trabajan en el país y obligara a los empleadores a pagar el equivalente a 500 dólares por cada niño empleado.
El dinero resultante se destinaría a financiar centros de rehabilitación para los niños liberados.
Seis meses después, el gobierno dijo a la corte que, en total, cinco millones de niños trabajan en el país. En Uttar Pradesh, el estado más grande y más poblado de India, sólo 250 niños trabajan, según el gobierno.
Activistas de los derechos de la infancia no se sorprendieron ante la respuesta, ya que, según Agnivesh, la propia existencia del trabajo infantil es consecuencia de la evidente falta de voluntad política y preocupación social.
En lugar de atacar el problema, el gobierno inició un debate sobre quiénes son niños trabajadores, que las ONG consideran innecesario porque la Constitución y varias leyes fijan la edad mínima en 14 años.
La continua negativa del gobierno a firmar la Convención sobre Edad Mínima de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptada en 1973, es causa de permanente controversia.
ONG y representantes de la industria se enfrentaron en una reunión celebrada este mes, donde los industriales señalaron la necesidad de procurar un consenso. El encuentro fue preparatorio de una Conferencia Internacional sobre Trabajo Infantil que se realizará el próximo octubre en Noruega.
El gobierno del primer ministro Inder Kumar Gujral, en señal de preocupación, intenta fijar salarios mínimos para el trabajo infantil, pero los activistas lo consideran "inaceptable".
La medida "implica la aceptación del trabajo infantil, y ello es inadmisible. Los niños deben estar en la escuela, no en una fábrica", manifestó. (FIN/IPS/tra-en/bbp/an/ml/hd/97