La conveniencia de eliminar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y una moratoria por dos años en la compra de armas sofisticadas será estudiada desde enero en el Grupo de Río, si sus 12 presidentes votan en esta capital una propuesta reservada de México.
Lo máximo a lo que llegaría la XI cumbre anual del Grupo de Río este sábado y domingo en Paraguay es a invitar a Cuba a la cumbre de América Latina y el Caribe con Europa, declarar que seis medidas de Estados Unidos "erosionan las relaciones de amistad" con la región y poner en cuestión al TIAR.
La confianza es centro de la reunión de presidentes, que comenzaron este sábado a discutir, teniendo en carpeta el documento final sobre "Autocontrol de cierto tipo de armamento comercial en la región", del canciller mexicano Angel Gurría.
El documento, al que tuvo acceso IPS, plantea como vía más eficiente "la creación de zonas libres de cierto tipo de armamento, tales como el nuclear, biológico, químico o convencional".
"Debería ahora iniciarse la negociación de un acuerdo de control de armas convencionales" que comprometa a compradores y vendedores, dice.
De sus 10 recomendaciones resalta "evitar fuerzas multinacionales en la región para cualquier propósito" no compatible con el G-Río, ONU y OEA. Asimismo "rechazar cualquier intento de militarizar organismos regionales" o dar facultad operativa a la Junta Interamericana de Defensa.
Su tercer punto propone analizar "la conveniencia de mantener o no la vigencia del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)" a la luz de "la necesidad de redefinir el concepto de seguridad regional".
El tratado interamericano que Estados Unidos promovió en 1947, en el marco de su naciente guerra fría con la ex Unión Soviética- servía para intervenir militarmente en países del continente ante el eventual ataque de una potencia extranjera.
La guerra de las Malvinas puso a prueba tal pacto en un contexto diferente luego que, en abril de 1982, el gobierno estadounidense hizo infructuosos intentos de negociar la paz entre dos de sus aliados en los ejes norte y sur.
Finalmente Estados Unidos apoyó logísticamente a Gran Bretaña en la reconquista de las islas, optando por un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y no por la Argentina, que bajo la dictadura militar hacía méritos para ser su considerada como su "mejor socio".
Los 12 mandatarios latinoamericanos del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política (G-Río) analizan este fin de semana en Asunción las respuestas ante las tres brasas ardientes que el gobierno de Bill Clinton arrojó sobre su agenda.
La primer sesión cerrada de presidentes en la mañana de este sábado la insumió el capítulo de "otros temas" en discrepancia y no el temario oficial de Educación y Defensa de la Democracia, Integración, Medio Ambiente, Políticas de Desarrollo y Pobreza.
La liberación del embargo para la venta de aviones F-16, que dividió a Chile de Brasil y Argentina, calentó los motores, pues el presidente chileno Eduardo Frei se opuso a que le endilguen una carrera armamentista en el continente por renovar su flota de aviones.
Condicionó a una "plena igualdad" todo trato con países latinoamericanos sobre "venta de armamentos, transferencia tecnológica o asociación político-militar", aludiendo así a la nominación de Argentina por Estados Unidos como aliado estratégico extra OTAN, que el Congreso debe refrendar.
La aceptación motivó al senador José Sarney, ex presidente de Brasil, a acusar a dicho país de dividir al Mercosur y al mandatario argentino Carlos Menem de prestarse a ser usado y acceder a armamento de última generación, ante lo que éste contestó que no hablaba con senadores sino con presidentes.
El gobierno de Frei recibió la misma oferta norteamericana, que su canciller José Insulza calificó de "status inconveniente". Pero la idea no fue aún rechazada, aclaró el ministro chileno de Defensa, Edmundo Pérez.
Al llegar a Paraguay, el presidente Fernando Henrique Cardoso dijo que "el pueblo brasileño está muy satisfecho con la Argentina" y que "cada país tiene derecho de tener aspiraciones individuales". Sin embargo, manifestó que "habló muy bien Sarney" pues "ese es un sentimiento de los brasileños".
Cardoso agregó que "no hay boicot de nadie con nadie" y aclaró que no está "interesado en comprar F-16 de Estados Unidos sino vender EMB-145", aviones comerciales de Embraer comprados por la Continental y United.
El vicecanciller argentino Andrés Cisneros dijo a IPS que "después de las Malvinas y la diferencia del (canal de) Beagle" en el sur con Chile, "el arma más escasa que tenían los arsenales argentinos era la confiabilidad: nadie confiaba en nosotros".
Consultado sobre Chile, afirmó: "ojalá si lo necesitan que ingresen como aliados extra OTAN o si no lo necesitan que hagan lo que mejor convenga para sus intereses".
El canciller ecuatoriano Julio Ayala dijo a IPS que "la voluntad general es tomar medidas que eviten una carrera armamentista en la región" y sobre sus diferencias limítrofes con Perú recalcó que su país "es pacífico y no fue ni quiere ser potencia militar".
En enero se abrirá un comité de expertos del área, a nivel de cancilleres, que integran Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México y Venezuela. Serán mandatados para recomendar criterios de limitación en transferencia, adquisición o fabricación de armas.
El documento presentado por México sugiere recomendarles una moratoria por dos años, "antes de comprar cualquier arma sofisticada" para llegar en ese plazo a "un autocontrol". Para ello deberán exhortar a "Estados Unidos y a otros gobiernos que vendan armas a la región a declarar apoyo a dicha moratoria". (FIN/IPS/cm/ag/ip/97