Las condiciones en las prisiones de Haití mejoraron en gran medida desde la restauración de la democracia en octubre de 1994, aseguró la misión de observadores destacada en el país por las Organizaciones de Naciones Unidas y de Estados Americanos.
La misión, conocida con las siglas MICIVIH, destacó en su último informe progresos en el trato general que reciben los presidiarios y que la violencia contra ellos ha disminuido.
Las deficiencias sanitarias en las cárceles también se han corregido en grado importante. Hay ahora en algunos centros de reclusión un servicio regular de comidas e instalaciones de salud a cargo de médicos y enfermeras.
Los reclusos reciben dos comidas por día y cada uno cuenta con un catre y un colchón. Pero las condiciones psicológicas de la reclusión no han cambiado, según el informe de la misión conjunta.
No hay programas de rehabilitación y la falta de actividades útiles tiene efecto enegativo en la moral de los internos. Tampoco se ha dispuesto un horario regular para ejercicio físico.
El grupo de observadores también cuestiona el sistema de "mayores", que prevalece en algunos centros de detención. Los "mayores", presos asignados como guardias a cada celda colectiva, pueden castigar impunemente a otros internos.
Los guardias asignan a los "mayores" la tarea de mantener el orden en la prisión y directores de varios presidios arguyen que están obligados a utilizarlos, debido a la falta de personal.
Al otorgarse poderes de policía a algunos internos, el personal de la prisión se desliga de su responsabilidad ante la eventualidad de incidentes violentos, observó la MICIVIH.
Otra causa de preocupación es la situación de los menores de edad en las cárceles. La falta de espacio impide en ocho de las nueve prisiones del país separar a los menores de los reclusos de edad adulta.
Así mismo, la misión internacional examinó las relaciones entre los administradores de cada prisión con la policía y con los jueces responsables de la observancia de procedimientos legales en el sistema penitenciario.
La insuficiencia de recursos presupuestales y de la falta de adecuada capacitación y control del personal determinan un excesivo uso de la fuerza en las cárceles, según el informe.
Hay 350 guardias y supervisores en la nómina de la Administración Nacional de Prisiones, para custodiar a un total de 2.713 reclusos, de acuerdo con la información obtenida por la MICIVIH en mayo.
El informe advirtió que muchas violaciones de los derechos de los presidiarios no son oficialmente sancionadas. Al respecto, la misión internacional señaló la ausencia de procedimientos administrativos para investigar los incidentes.
Rodolfo Matarollo, codirector ejecutivo de la MICIVIH, indicó que subsiste la violencia en Haití y que el sistema judicial es ineficiente y está sobrecardado de tareas.
La administración de las prisiones haitianas está dificultada también por el hecho de que cuatro quintos de los reclusos aún aguardan la formalización de su juicio.
El recurso automático a la prisión preventiva, la larga espera por los juicios y la incompetencia del sistema para realizarlos son las primeras causas del hacinamiento en las cárceles, observaron los autores del informe.
Entre los internos en las prisiones haitianas figuran personas acusadas de participar en organizaciones criminales, como las bandas de narcotraficantes y de pistoleros, de violar derechos humanos durante la dictadura militar de 1991-1994, y más recientemente, sospechosos de conspirar contra la seguridad del Estado.
Por último, el informe destacó la colaboración del gobierno con la comunidad internacional para mejorar el sistema carcelario. (FIN/IPS/tra-en/sz/mk/ff/hd/97