/DERECHOS HUMANOS/CUBA: Cierre de bar "gay", entre la homofobia y las leyes

Las autoridades de Cuba afirman que el cierre de un famoso bar "gay" de esta capital a manos de la policía se debió a que se trataba de un local clandestino, pero los damnificados apuntan a la homofobia que domina una sociedad machista.

Más de 800 personas se encontraban en el bar-discoteca "El Periquitón" hace una semana cuando apareció un equipo de las llamadas tropas especiales, un cuerpo élite de la policía cubana.

"Llegaron con cámaras, filmaron todo, separaron a hombres de mujeres y nos llevaron a la estación de policía", dijo un hombre que fue detenido y se sintió despreciado por su condición homosexual.

Trascendió que entre los detenidos figuró el modisto francés Jean Paul Gaulthier y que el cineasta español Pedro Almodóvar, de vacaciones en la isla, había salido del bar poco antes de que llegara la policía.

Un portavoz de la policía confirmó el miércoles a la estatal Radio Rebelde que los responsables directos de la discoteca clandestina, Leonardo Suárez y Guillermo Blanco, continúan detenidos y "tendrán que responder por un grupo de ilegalidades que se cometían en ese lugar".

El vocero evitó caracterizar caracterizó la discoteca como "gay" en sus declaraciones y aseguró que allí se encontraban prostitutas, proxenetas y dos menores de edad que fueron transferidos a la dirección especializada en esos casos del Ministerio del Interior.

Las reformas económicas introducidas por el gobierno de Fidel Castro desde 1993 incluyeron la entrega de licencias para pequeños restaurantes, cafeterías y bares privados que funcionen a manera de negocio familiar.

Vecinos de "El Periquitón" dijeron que el bar-discoteca no contaba con permiso y que fue cerrado en dos ocasiones anteriores, pero ésta fue la primera vez que fuerzas de seguridad detuvieron a todos los asistentes.

"Era un lugar exclusivo en La Habana. Venía gente de otras provincias, muchos turistas extranjeros y también adolescentes dispuestos a vender favores sexuales", dijo a IPS un asiduo concurrente al local donde en ocasiones se presentaban espectáculos con travestis.

Unos 30 extranjeros fueron detenidos en la redada y conducidos a una oficina de migración. Los cubanos fueron liberados tras pagar una multa de 30 pesos (1,40 dólares) por "alteración del orden".

Observadores locales alertarom que tras el cierre de "El Periquitón" podría registrarse un resurgimiento de la intolerancia oficial hacia los homosexuales, que tuvo sus tiempos más duros en los años 60 y 70.

Sin embargo, la acción policial se produjo dos días antes de la entrada en vigor de una reforma al código penal vigente en Cuba desde 1988 y que libró a las leyes de la isla de todo lastre homofóbico.

La reforma sustituye la categoría de "escándalo público" por "ultraje sexual", que comprende, entre otros delitos, el acoso con "requerimientos sexuales" que, hasta ahora, se refería a "requerimientos homosexuales".

En 1988 se había derogado el artículo 359 del Código Penal de 1979, que establecía multas y privación de libertad a quien hiciera "pública ostentación de su condición homosexual o importune o solicite con sus requerimientos a otro".

El artículo contemplaba también como "delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales" la realización de "actos homosexuales en sitio público o en sitio privado pero expuestos a ser vistos involuntariamente por otras personas".

A los efectos legales, con la entrada en vigor esta semana de las nuevas modificaciones al Código Penal, ningún delito estará condicionado por la inclinación sexual o el género de las personas implicadas.

Al mismo tiempo, la reforma legal prevé sanciones severas para el proxenetismo, que hasta ahora no era delito en Cuba, y eleva a 15 años de cárcel la sanción por la práctica de actos sexuales con menores de edad, su explotación por redes de proxenetas o en la realización de actos pornográficos.

No se descarta que la acción contra "El Periquitón" esté vinculada a una campaña emprendida por el gobierno desde el año pasado contra ilegalidades e "indisciplinas sociales".

La ofensiva apunta contra la corrupción, la prostitución y el proxenetismo, las migración interna incontrolada, la ocupación y venta ilegal de viviendas, el enriquecimiento ilícito y cualquier actividad privada no legalizada.

"Pueden haber cerrado la discoteca por cualquier motivo. Pero cuando pasan cosas así siempre se piensa en lo peor y los recuerdos de los años 70 están todavía muy frescos en Cuba", aseguró a IPS una mujer de 47 años.

La década del 70 quedó marcada por la experiencia de las Unidades Básicas de Apoyo a la Producción (UMAP), campamentos con disciplina militar a donde fueron llevados a trabajar no pocos homosexuales cubanos.

Otros sufrieron los efectos de la denominada "parametración" (no cumplir los parámetros establecidos) y fueron separados de sus trabajos en la esfera de la Educación y la Cultura por "atentar contra la buena formación de las nuevas generaciones".

Durante mucho tiempo, ser homosexual fue razón suficiente para no ser aceptado en el Partido Comunista, único partido político permitido en Cuba, no ocupar puestos de confianza e, incluso, no ingresar en determinadas carreras universitarias.

Un sondeo realizado en 1993 entre homosexuales de La Habana reveló que la mayoría piensan que los tiempos de mayor intolerancia pasaron, pero, al mismo tiempo, temen que el pasado pueda volver.

La necesidad de espacios para homosexuales parece hacerse cada vez más evidente en Cuba, incluso para las autoridades que hace años permitieron la apertura del bar "El Mejunje", que apuntaba al público homosexual, en la ciudad de Santa Clara, 300 kilómetros al este de La Habana.

Pero expertos locales aseguran que la tolerancia choca contra la ideología machista dominante en la isla del Caribe que mira la homosexualidad como un fenómeno "anormal", el resultado de errores formativos o una "enfermedad que puede curarse". (FIN/IPS/da/mj/hd/97

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