/CIUDADES DEL MERCOSUR/ CUBA: Tercera explosión en un hotel en menos de un mes

Una explosión de escasa magnitud ocurrió el lunes en el hotel Meliá Cohiba de la capital de Cuba, menos de un mes después que otros dos atentados se produjeran en hoteles de La Habana.

El artefacto, colocado en el vestíbulo del hotel, explotó en la mañana local sin ocasionar lesionados o grandes pérdidas materiales, confirmaron testigos.

El Meliá Cohiba, uno de tres hoteles de más categoría de la capital cubana, es propiedad de la empresa local Cubanacán y está administrado por la cadena española Sol Meliá, líder de la inversión extranjera en la industria turística del país caribeño.

"Más bulla que nada", dijo el presidente de Cubanacán, Juan José Vega.

Vega habló a la prensa extranjera acreditada en la isla que acudió en la mañana del lunes al Meliá Cohiba y que no tuvo acceso a los interiores del hotel, que aloja exclusivamente a visitantes extranjeros.

Rumores que circularon en abril aseguraron que una explosión había destruido el baño de la discoteca de ese hotel, pero fuentes de la cadena española afirmaron que la causa del hecho había sido un escape de gas.

Versiones de prensa en Estados Unidos indicaron que, al menos, se produjo otro intento en ese mismo hotel y dos más en el balneario de Varadero, principal polo turístico cubano a 140 kilómetros de La Habana.

Pero otras dos explosiones ocurridas con una diferencia de diez minutos, el sábado 12 de julio, en los vestíbulos de los hoteles Capri y Nacional, parecieron confirmar las versiones de los supuestos atentados.

Rumores de amenazas a enclaves de la economía, centros turísticos e instituciones de salud pública circularon por La Habana tras las explosiones del día 12 que dejaron tres lesionados leves y escasos daños materiales.

Un turista alemán fue detenido una semana después por hacer explotar un "volador" de los que se usan en las fiestas tradicionales en su país en el túnel que atreviesa la bahía de La Habana.

La nueva explosión coincide con la celebración en la isla del XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que agrupa a unos 12.000 extranjeros alojados en casas de familias cubanas.

Un comunicado del Ministerio del Interior afirma que Cuba tiene pruebas de que tanto los materiales como las personas involucradas en las explosiones del día 12 proceden de Estados Unidos.

"Terrorismo", fue la corta definición del presidente del Parlamento Ricardo Alarcón.

El viceministro de Turismo, Eduardo Rodríguez de la Vega, dijo el 21 de julio que los atentados estaban vinculados a grupos del exilio cubano en Miami que actuaban en contubernio con organizaciones muy cercanas al gobierno de Bill Clinton.

Rodríguez descartó el daño que podría traerle ese tipo de atentados a la esfera turística y aseguró que hasta el momento los vuelos a la isla se mantenían llenos y los turoperadores no reportaban afectaciones.

Representantes de varios grupos de oposición que actúan en la ilegalidad condenaron los atentados contra los hoteles Capri y Nacional y descartaron que pudieran estar vinculados a algunos de los movimientos disidentes conocidos.

Aunque se habla de intentos similares en abril nunca fueron confirmados y no tuvieron ningún tipo de repercusión interna en la prensa nacional o a nivel poblacional, más allá de círculos muy reducidos de las empresas supuestamente afectadas.

"Más que nada se anda buscando un efecto sicológico", dijo un profesor de política de la Universidad de La Habana.

"Alejamiento del turismo, dar la impresión de una creciente oposición interna, generar desconcierto en la población" serían los objetivos perseguidos por los autores de los atentados, según el catedrático.

El gobierno aseguró que tenía pruebas de que tanto el material utilizado en las explosiones como los autores de los hechos proceden de Estados Unidos y están vinculados a organizaciones del exilio cubano en ese país.

La certeza de que actos como éstos pueden organizarse contra Cuba impunemente en territorio estadounidense no es nueva entre las autoridades de la isla.

Desde inicios de año La Habana acusó a Estados Unidos de agresión biológica, de preparar secretamente un endurecimiento del bloqueo económico y de no garantizar la seguridad de deportistas cubanos que debían viajar a ese país.

El presidente Bill Clinton lanzó un proyecto para una transición hacia la democracia en la isla y buscó apoyo en Europa y América Latina para aumentar las presiones diplomáticas y políticas en aras de profundas reformas en La Habana.

Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas y segundo secretario del gobernante partido Comunista, dijo el 26 de julio que un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos había promovido la subversión interna durante una visita de trabajo a la isla.

Venga de donde venga las amenaza, salvo raras excepciones los encuestados en la capital cubana creen que el terrorismo no es un método acertado de oposición al gobierno y que a la larga la economía del país sufre y la población pagará las consecuencias. (FIN/IPS/da/dg/ip/97

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