CHILE: Fracasa campaña para inscripción electoral de jóvenes

Cinco días antes del cierre de los registros electorales en Chile para los comicios parlamentarios de diciembre, se considera fracasada una millonaria campaña del gobierno orientada a que los jóvenes ejerzan su derecho al voto.

Las autoridades invirtieron desde abril unos 360.000 dólares en una atractiva publicidad dirigida a los sectores juveniles, pero hasta este jueves su meta de nuevos votantes se cumplía sólo en alrededor de 10 por ciento.

Siete años después de la restauración de la democracia, los jóvenes chilenos siguen indiferentes a la política, fenómeno atribuido tanto a expectativas insatisfechas como a la falta de canales de participación en los partidos y en el propio gobierno.

Las últimas estimaciones del director del Registro Electoral, Juan Ignacio García, indican que 107.000 personas firmaron los registros entre abril y julio, cifra exigua en relación al millón de mayores de 18 años que no están en los padrones de votantes.

García precisó que en los cuatro meses hubo propiamente 67.000 nuevas inscripciones, que corresponderían a ciudadanos entre 18 y 24 años de edad, en tanto las 30.000 restantes correspondieron a reinscripciones por cambios de residencia.

Los registros electorales para las elecciones legislativas que se realizarán el 11 o 14 de diciembre se cierran el próximo martes, esperándose una afluencia masiva a los recintos de empadronamiento en estos últimos días.

Los expertos prevén que de aquí al martes en ningún caso las nuevas inscripciones superarán las 150.000, lo cual no alterará sustantivamente la tendencia a la apatía juvenil que se observa desde los primeros años de esta década.

El padrón electoral en Chile asciende a unos ocho millones de personas, de las cuales sólo 9,1 por ciento corresponden al grupo etario entre 18 y 24 años, de acuerdo a las cifras de la última elección municipal, realizada en octubre de 1996.

En las elecciones presidenciales y legislativas de diciembre de 1989, preámbulo de la restauración de la democracia en marzo de 1990, el cuerpo de votantes estaba integrado en 18,2 por ciento por jóvenes.

"La elección es tuya" fue el lema de la campaña con que el gobierno del presidente Eduardo Frei intentó revertir la tendencia al "envejecimiento" del padrón electoral que ahora parece ser incontenible.

En pancartas a todo color, avisos de prensa, mensajes televisivos y "cuñas" radiales se insistió en que "si el millón de jóvenes no inscritos votaran decidirían las próximas elecciones".

"¿Eres de voto?", reza una valla publicitaria colocada profusamente esta semana en la red del Metro de Santiago, en un juego de palabras que apela a la religiosidad de los chilenos, en lo cual parece ser el intento postrero de la campaña.

"Grave y preocupante", "insatisfactoria", "muy seria", son algunos de los calificativos con que las autoridades, los cientistas políticos y los expertos electorales se refieren a la situación creada por la apatía electoral de los jóvenes.

El viceministro del Interior, Belisario Velasco, dijo que es "probable" el retorno al sistema vigente en Chile hasta el golpe de Estado de 1973, en que la inscripción electoral era obligatoria, aunque el voto tenía carácter voluntario.

El régimen del general Augusto Pinochet (1973-90) incineró los antiguos padrones de votantes y sólo reabrió el registro electoral en 1987, para el plebiscito presidencial de octubre de 1998 en el cual el dictador fue derrotado.

Pero Pinochet invirtió los términos y dispuso la inscripción voluntaria con voto obligatorio, lo cual expone a multas o prisión a quienes figurando en los registros no concurren a depositar su voto.

"El sistema de obligatoriedad de voto o de inscripción es secundario. Lo determinante es que los jóvenes no votamos porque estamos decepcionados de la democracia que nos prometieron", dijo a IPS Sebastián Carrera, un estudiante de 19 años.

El escepticismo de los menores de 24 años tiene variados fundamentos e incluye el rechazo a la impunidad en que quedaron la mayoría de los crímenes contra los derechos humanos y a la permanencia de Pinochet en el mando del Ejército.

Desde la perspectiva socioeconómica se evidencia que los frutos del crecimiento económico no llegan a los sectores juveniles, donde la tasa de desocupación, de 16,4 por ciento, supera largamente la meta nacional de 6,6 por ciento.

La inconsecuencia de los partidos, en que los "cantos de sirena" hacia los jóvenes se olvidan a la hora de darles efectiva participación y representación, es otra de las razones de la prescindencia electoral.

En diciembre se renuevan los 120 sillones de la Cámara de Diputados, en una competencia de 450 candidatos de las diversas coaliciones, de los cuales sólo 30, es decir seis por ciento, son menores de 35 años de edad.

Pese a que la ley lo permite, ningún partido lleva postulantes entre 18 y 20 años, hay un solo candidato de 21 y uno de 22, y los "jóvenes" que aspiran a ser parlamentarios están en las categorías etáreas entre 28 y 35.

El pequeño Partido Humanista, que cuenta con menos de dos por ciento de los votantes, es la única excepción, ya que la edad promedio de sus candidatos es de 35 años, mientras en las demás colectividades predominan cuarentones y cincuentones. (FIN/IPS/ggr/dg/ip-hd/97

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