Las sanciones contra la Comunidad del Caribe (Caricom) a estudio del Congreso de Estados Unidos en caso de que Cuba ingrese al bloque equivalen a una guerra económica, advirtió el primer ministro de Barbados, Owen Arthur.
El proyecto de ley fue presentado el 30 de julio por Ileana Ros- Lehtinen, representante republicana por el estado de Florida y nacida en Cuba.
El candidato a la alcaldía de Nueva York y activista de derechos civiles Al Sharpton manifestó en una visita a Barbados concluida el martes que impulsará en Estados Unidos el rechazo a la ley.
Sharpton intentará unir a Jesse Jackson, alto dirigente del Partido Demócrata, a la lucha contra el proyecto de Ros-Lehtinen.
Arthur consideró que la iniciativa es, además, una amenaza contra la soberanía de Barbados, dado el acuerdo de inversión vigente entre este país caribeño y Cuba.
Cuando Sharpton visitó Barbados, Arthur le informó que el Congreso de Estados Unidos estaba "castigando" a su país y otras islas del Caribe y frustrando la intención del gobierno de Bill Clinton de brindar asistencia a la región.
Sharpton prometió intermediar a favor del Caribe en su país. "Pienso que es una absoluta vergüenza que normalicemos nuestros vínculos y establezcamos relaciones comerciales con China y Rusia y no hagamos lo mismo con Cuba", declaró.
"La normalización del comercio y los vínculos con Cuba no contradice los intereses de Estados Unidos. No haberlo concretado constituye una grave incoherencia de la política exterior de Washington", agregó Sharpton.
La Caricom, una asociación regional de 15 miembros constituida hace 24 años, estaba hace dos años integrada en exclusiva por naciones angloparlantes.
Pero en 1995 se integró Suriname, de habla holandesa, y el mes pasado Haití, de habla francesa, que se transformó en miembro número 15 del bloque.
Ambas incorporaciones fueron consideradas en medios diplomáticos una señal de que Cuba no demorará mucho en ser aceptada como miembro.
Cuba se acercó mucho a la Caricom en los últimos años al integrarse a la Organización de Turismo del Caribe y a la Asociación de Estados Caribeños.
En la cumbre celebrada en julio en Jamaica, una delegación cubana participó en conversaciones sobre el futuro de los acuerdos de Lomé entre la Unión Europea y las antiguas colonias de Africa, el Caribe y el Pacífico.
Cuba está interesada en incorporarse a los acuerdos de Lomé con el fin de obtener ayuda para el desarrollo y exportar productos claves como citrus en condiciones preferenciales.
El primer ministro de San Vicente y Grenadinas, James Mitchell, apoya con firmeza al presidente cubano Fidel Castro.
En una reciente visita a La Habana, Mitchell no ocultó su posición y aludió a los drásticos recortes de la asistencia de Washington al Caribe en los últimos 10 años.
La ayuda estadounidense a la región en 1985 fue de 225 millones de dólares, pero en los últimos dos años no llegó a 30 millones. Como resultado, Mitchell y otros mandatarios caribeños creen que ya es tiempo de que el Caribe forme nuevas alianzas.
Mitchell, quien será el anfitrión de la cumbre de jefes de gobierno caribeños del próximo año, ya anunció que el presidente de Cuba estará invitado.
Mientras tanto, altos funcionarios de la secretaría de la Caricom, con sede en Guyana, calificaron de "infeliz" e "inútil" la propuesta de Ros-Lehtinen.
"Nuestra respuesta será la misma de siempre. Tales acciones no ayudarán ni mejorarán los vínculos de Estados Unidos con el Caribe ni con Cuba. No aliviará las tensiones, y eso es lo que siempre tratamos de hacer", declaró Byron Blake, secretario general adjunto del bloque. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/ml-aq-mj/ip/97