La Central Unica de Trabajadores (CUT) de Brasil realiza en Sao Paulo su sexto Congreso Nacional enfrentando por primera vez incertidumbres provocadas por divisiones internas y la nueva realidad económica que amenaza su futuro.
La polémica sobre la reelección del metalúrgico Vicente Paulo da Silva como presidente domina la reunión de 2.255 delegados de todo el país, dejando en segundo plano la discusión sobre los cambios en el sindicalismo ante los desafíos de la globalización.
Además de grupos radicales que siempre disputaron mayor participación en la dirección, la CUT sufre ahora una división dentro de la corriente mayoritaria, denominada Articulación, que constituye su espina dorsal.
Dirigentes del sindicato de bancarios comandan una disidencia y amenazan presentar una fórmula propia el domingo. La consecuente división de la Articulación podría impedir la reelección de Vicente da Silva y provocar escisiones en la Central.
Ricardo Berzoini y Joao Vaccari, presidente y director del Sindicato de Bancarios de Sao Paulo respectivamente, acusan a Da Silva de presidir la CUT de forma no democrática e inconsulta, y de estar más preocupado en ganar "visibilidad personal en desmedro de la construcción colectiva de estrategias".
Vaccari, también secretario general de la CUT, era considerado el candidato natural a la presidencia hace algunos meses, cuando Da Silva anunció que dejaría el sindicalismo para postularse como diputado federal el próximo año.
"No aceptamos la central (sindical) de un hombre solo", afirmaron Berzoini y Vaccari en un artículo publicado este miércoles en el diario Folha de Sao Paulo, tras criticar varias decisiones y actitudes de Da Silva.
El presidente de la CUT reaccionó condenando la polémica "por la prensa" y señalando que son cuestiones a dirimir internamente, en el Congreso, que tiene lugar del miércoles al domingo.
Al inaugurar la reunión, Da Silva divulgó cifras que indican un avance de la central, pese a las condiciones adversas que impone al sindicalismo el actual proceso de cambios económicos en el mundo.
La base de trabajadores representados por la CUT pasó de 17,4 millones en 1994 a 19,5 millones en la actualidad. Los sindicatos afiliados suman ahora 2.558 con seis millones de trabajadores inscriptos, frente a 2.009 y 4,1 millones respectivamente hace tres años, destacó.
La disputa por la presidencia refleja también el deseo de otros sectores, como los bancarios, de dirigir la central sindical, cuya jefatura está en manos de los metalúrgicos del ABC, conjunto de ciudades industriales vecinas a Sao Paulo, desde su fundación en 1983.
Da Silva y su antecesor, el actual diputado Jair Meneguelli, eran obreros de la industria automovilística que produjo una gran concentración de trabajadores metalúrgicos en el ABC, cuna del nuevo sindicalismo brasileño y de la CUT.
Metalúrgicos y bancarios, junto con empleados públicos, constituyen las bases más fuertes y organizadas de la central, aunque los trabajadores rurales sean los más numerosos: 37 por ciento del total representado.
Metalúrgicos y bancarios son también los sectores laborales que sufrieron las mayores bajas en la reestructuración que vive la economía brasileña, en respuesta al fin de un largo período de elevada inflación y a la apertura del mercado.
En el ABC, el total de obreros metalúrgicos se redujo en 90.000, bajando a los actuales 120.000, mientras los bancarios disminuyeron en 40 por ciento -más de 300.000- desde el inicio de la década.
Ante los despidos masivos y el desempleo, últimamente son los empleados públicos los mayores protagonistas de huelgas, protegidos por leyes que aseguran la estabilidad laboral para la mayoría.
Por esto, muchos investigadores prevén desde hace tiempo la pérdida del carácter obrero de la CUT, simbolizado en la permanencia de dirigentes metalúrgicos en su presidencia.
La mayor central sindical brasileña está unida, sin embargo, en la oposición al gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso, cuya política económica califica de neoliberal. Esta posición la ratificó este jueves en una manifestación en el centro financiero de Sao Paulo, en un acto paralelo al Congreso. (FIN/IPS/mo/ag/ip- lb/97