Brasil volvió a conocer un abultado déficit comercial al registrar en julio un desequilibrio de 81 millones de dólares, se informó hoy.
Las ventas externas superaron en 8,16 por ciento las del mes anterior, ascendiendo a 5.283 millones de dólares, un resultado explicado por el buen desempeño de los productos agrícolas y porque julio tuvo 23 dias útiles, dos o tres más que lo normal.
Pero las importaciones se elevaron a 6.049 millones de dólares, pasando por primera vez la barrera de los 6.000 millones, según los datos divulgados este martes por el Ministerio de Industria y Comercio.
Las autoridades económicas esperaban un saldo negativo al menos un tercio menor en función de las cifras de las cuatro primeras semanas del mes.
Pero los cuatro últimos días concentraron una suma inesperada de importaciones, hecho atribuido a compras de petróleo por la estatal Petrobrás.
También contribuyó a ese resultado la adquisición de tres granes aviones por una compañía de transporte aéreo, que costaron 187 millones de dólares.
Entre enero y julio Brasil acumuló un déficit de 5.526 millones de dólares, prácticamente la misma suma de todo el año pasado. Pero el gobierno aún confía en limitar el resultado final de este año.
En mayo y junio las importaciones habían superado las exportaciones en 271 y 466 millones de dólares respectivamente, alimentando la esperanza de una reacción en la balanza comercial. Pero en el segundo semestre la tendencia es a la baja de las ventas agrícolas y al aumento de las compras.
El ministro de Planificación, Antonio Kandir, destacó que gran parte del saldo negativo de julio se debió a la importación de bienes de capital, un factor que debería reducirse de ahora en adelante, y un excepcional nivel de compras de petróleo.
Los economistas locales se manifiestan preocupadospor el ascenso a más de 30.000 millones de dólares del déficit de las cuentas corrientes, constituído por la balanza comercial negativa, pagos de la deuda externa y los crecientes gastos del país con el turismo externo y otros servicios.
Todo ello suma más de cuatro por ciento del producto interno bruto y vuelve al país vulnerable a ataques especulativos del capital externo volátil, como los que afectaron a México en 1994 y Tailandia en julio, según críticos de la sobrevaluación cambiaria como el diputado y ex ministro de Hacienda Delfim Netto. (FIN/IPS/mo/dg/if/97