El derechista Hugo Banzer será investido este miércoles presidente constitucional de Bolivia, en la culminación de una controvertida carrera política que incluye un gobierno autoritario de siete años y tres lustros de actuación en democracia.
A sus 71 años, Banzer es protagonista de un insólito caso en América Latina. En efecto, llegó el poder en 1971 por un golpe de Estado y, tras encabezar un régimen de facto hasta 1978, se unió luego a la democracia, incluso para fortalecerla.
Banzer ganó las elecciones del 1 de junio con 22 por ciento de los votos, un apoyo insuficiente para acceder directamente al poder.
Pero una alianza de su partido, la Acción Democrática Nacionalista, con corrientes ex izquierdistas y populistas, le otorgó una abrumadora mayoría en el parlamento, convertido en colegio electoral.
Allí, la candidatura de Banzer alcanzó a las 06:00 hora local de este martes el respaldo de 115 de los 157 legisladores, frente a los 30 votos obtenidos por el aspirante oficialista Juan Carlos Durán. Hubo también votos en blanco y nulos, y parlamentarios ausentes.
La votación por Banzer fue la más alta alcanzada en el parlamento por un candidato en la joven democracia boliviana. Logró el apoyo de nueve partidos, e incluso de legisladores a los que su dictadura persiguió.
Desde 1979, Banzer participó de seis elecciones generales. En 1985 fue el candidato más votado, pero el parlamento se pronunció por Víctor Paz Estenssoro, segundo en las urnas.
Cuatro años después finalizó en segundo lugar y contribuyó al triunfo en la instancia parlamentaria de Jaime Paz Zamora, tercero en las urnas, para evitar la llegada al poder de Gonzalo Sánchez de Lozada, primero en esos comicios y que lograría finalmente la Presidencia en 1993.
Banzer llega ahora al gobierno con la promesa de sensibilizar el modelo de economía de mercado que se aplica en Bolivia desde 1985, y el desafío de derrotar la pobreza y el narcotráfico.
También debe encontrar la fórmula para el acceso soberano de Bolivia al océano Pacífico, una reivindicación que este país sostiene desde que perdió su salida al mar en la guerra con Chile de 1879.
En el tema de la reivindicación marítima que reclama Bolivia, Banzer tuvo una polémica actuación en 1975, cuando gobernaba el país, al reanudar por tres años las relaciones diplomáticas a nivel de embajadores con Chile -rotas por Bolivia en 1962- con un abrazo con el entonces dictador Augusto Pinochet.
Banzer recibe un país estable, que en los últimos cuatro años ha acelerado el programa de reformas estructurales.
El presidente saliente, Sánchez de Lozada, dedicó su mandato de cuatro años a medidas como la capitalización (privatización) de empresas, la reforma de la educación y del sistema de pensiones, y la participación ciudadana con descentralización municipal de recursos.
Sánchez de Lozada también promovió el pago de un bono anual vitalicio para todo ciudadano mayor de 65 años y otros avances en favor de los ancianos, y un seguro de maternidad.
Pero los beneficios del modelo neoliberal instaurado en Bolivia desde 1985 no parecen llegar aún a los más pobres ni bastan para abatir el alto desempleo.
Es precisamente esa tarea la que acometerá Banzer en el quinquenio que comienza este 6 de agosto, día de la Independencia de Bolivia, con un decreto "antipobreza" que promulgará en los primeros tres días de su gobierno.
El decreto ordenará la inversión de 900 millones de dólares en el sector social y productivo a través de mecanismos como el microcrédito, seguro nutricional, seguro para niños, mujeres y ancianos, atención a la salud y otras medidas, anunciaron fuentes de la nueva coalición gobernante.
En lo personal, Banzer tendrá la difícil misión de lavar la imagen de "dictador" con que se lo conoce principalmente en el exterior. En Bolivia, esa identificación ha sido atenuada por el paso de los años y debido a su participación en la vida democrática.
En esa misión tendrá la ayuda del nuevo vicepresidente, Jorge Quiroga, un ingeniero de sistemas de 37 años formado en Estados Unidos y que de alguna manera representa a la nueva generación de políticos bolivianos.
Todas las previsiones apuntan también a que Quiroga representará al gobierno en la mayoría de las citas internacionales.
Banzer tendrá como aliados, en los próximos cinco años, al Movimiento Nacionalista Revolucionario del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), la populista Conciencia de Patria, de Remedios Loza, la populista Unidad Cívica Solidaridad, del industrial de la cerveza Johnny Fernández, y a otras cinco corrientes minoritarias. (FIN/IPS/jcr/ff/ip/97
