El quinto paro general contra el gobierno de Carlos Menem desde su reelección en 1995 se realizó hoy en Argentina con alto nivel de adhesión, para protestar contra el alto desempleo y la flexibilización laboral.
La masiva adhesión de los sindicatos del transporte y la educación paralizó las actividades este jueves, al tiempo que se produjeron cortes de ruta en accesos a la capital y en una decena de provincias en donde el acatamiento al paro fue masivo.
El sindicato metalúrgico fue de los pocos de la industria que se plegó, en tanto hubo una adhesión importante de empleados públicos, de algunos comercios y de entidades que nuclean a pequeños y medianos empresarios.
El paro comenzó con algunos incidentes en las afueras de la capital, donde 11 autobuses de transporte público fueron atacados con piedras por manifestantes que adherían a la protesta, con un saldo de varios heridos entre choferes y pasajeros.
El secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, descalificó la protesta con el argumento de que "los problemas de los trabajadores se resuelven trabajando", en tanto la nueva alianza de la oposición dio un tibio respaldo a la medida.
El paro es el noveno que se realiza contra el gobierno de Menem, que comenzó su primer mandato en 1989, pero la oposición sindical se incrementó desde su reelección en 1995: del total de paros en ocho años, cinco se produjeron en el último bienio.
La Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación, conformada por la Unión Cívica Rdaical y el Frente País Solidario, se solidarizó con los reclamos de los sindicatos que convocaron a la huelga, pero prefirió mantenerse al margen de la convocatoria.
La huelga fue convocada por el Congreso de los Trabajadores Argentinos y el Movimiento de Trabajadores Argentinos, dos organizaciones que cuestionan el modelo económico y se escindieron de la Confederación General del Trabajo (CGT), que no respaldó la protesta.
La CGT, que había participado en los anteriores paros, firmó un acuerdo de flexibilización laboral con el gobierno. Pero los sindicatos identificados con la oposición no aceptan los términos del pacto.
El secretario general del Congreso de los Trabajadores, Víctor de Genaro, sostuvo este jueves que "la medida de fuerza fue contundente" debido al malestar existente entre los trabajadores por la falta de empleo y la precarización.
La última medición señala que el desempleo en Argentina afecta a 16,4 por ciento de la población económicamente activa, pero si se suman los subempleados, los que tienen contratos precarios o temporales y los que trabajan de forma ilegal, el conjunto suma 61 por ciento.
"Estamos acá porque defendemos el derecho al trabajo de los tres millones de desempleados", clamó una dirigente sindical que participó en el corte de una avenida en Avellaneda, localidad de la provincia de Buenos Aires por donde se accede a la capital.
La nueva oposición coincide en que el alto desempleo y la precarización del trabajo constituyen los principales desafíos, pero en su esfuerzo por ganarse la confianza de inversores y empresarios se distanciaron de los huelguistas. (FIN/IPS/mv/ag/ip/97