ARGENTINA: La tensión, primero con Chile, ahora es con Brasil

Cuando aún se mantiene abierta la polémica entre Argentina y Chile por el convite de Estados Unidos para que el primero sea aliado extra OTAN, un nuevo debate, esta vez entre Argentina y Brasil, tensiona las relaciones en el Cono Sur.

La cancillería argentina intentó minimizar el malestar causado en Brasil por las declaraciones del presidente Carlos Menem afirmando que la candidatura de ese país como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) quebraría el equilibrio regional.

"Si la ONU acepta que Brasil sea designado donde sea estaremos encantadísimos, pero antes de eso expondremos nuestro punto de vista sobre lo que creemos que es mejor", sostuvo el canciller Guido Di Tella en respuesta al malestar del principal socio del Mercosur.

En diálogo con IPS, el ex embajador argentino en Naciones Unidas Lucio García del Solar explicó que la posición de Buenos Aires de reclamar la rotación de países en el Consejo "es correcta" porque responde al principio de igualdad jurídica de los Estados que Argentina siempre defendió.

Sin embargo, advirtió que lo que no es bueno es expresarlo de manera indiscreta, a través de un diario, sin tener en cuenta que es un asunto delicado que implica a un país que tiene una relación prioritaria con Argentina por ser socio del Mercosur.

El Consejo de Seguridad, que tiene como miembros permanentes a China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia, está en vías de abrir el espacio a otros cinco miembros: Alemania, Japón, y tres países en vías de desarrollo de Asia, Africa y América Latina.

Argentina, al igual que México y Estados Unidos, quiere que el asiento de la región sea ocupado en forma rotativa por los países, con chances de reelección. En cambio Brasil considera que puede ser el candidato a ocupar ese sitio en forma permanente.

"Hay que ser muy cuidadosos, no aparecer compitiendo con un país aliado en la región", dijo García aludiendo a la "sorpresa y el desagrado" con que la cancillería de Brasil recibió las declaraciones de Menem al diario O Estado de Sao Paulo, publicadas el domingo.

Del mismo modo se manifestó el diputado Carlos Alvarez, de la nueva Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación que nació de la fusión de los dos principales partidos de oposición.

"No fue bueno plantearlo en un reportaje periodístico", cuestionó Alvarez.

No obstante, admitió que coincide con el oficialismo en la defensa de una candidatura rotativa al Consejo de Seguridad con posibilidad de reelección, y que surga del consenso de los aliados de la región.

"Lo que debemos jerarquizar es la capacidad de desarrolo de la integración regional, es ahí donde está nuestro poder de negociar, no en las alianzas bilaterales como la de Argentina con Estados Unidos por la OTAN" (Organización del Tratado del Atlántico Norte), criticó Alvarez.

El eventual nombramiento de Argentina como primer aliado extra OTAN en América Latina ya fue confirmado por la secretaria de Estado de Estados Unidos Madeleine Albright.

El preanuncio causó malestar en Chile. El canciller José Miguel Insulza viajó de inmediato a Washington.

Albright relativizó el impacto de la alianza. Dijo que se trata de un reconocimiento al respaldo de Argentina a acciones internacionales como su participación en la Guerra del Golfo de 1991, y en el cuanto a la venta de armamentos declaró que sólo se trasladaría material de rezago.

Sobre este punto, García sostuvo que el tratamiento preferencial que otorga Estados Unidos a Argentina con este reconocimiento "es contradictorio" con la política que promueve el fin de las hipótesis de conflicto con Chile.

"Lo que correspondería es crear confianza y no provocar fisuras en un bloque que debe mostrarse homogéneo", remarcó.

Las tensiones surgidas esta semana entre los países del Cono Sur son extrañas a las relaciones económicas. Chile es el principal inversor latinoamericano en Argentina y Brasil es su principal cliente. Un 30 por ciento de las ventas externas argentinas van a ese mercado.

La decisión de Estados Unidos de declarar a Argentina aliado extra OTAN, que debe ser aún ratificada por el Congreso, provocó malestar entre legisladores chilenos del oficialismo y de la oposición, por considerar que es una medida que quiebra el equilibrio regional.

El senador Sergio Bitar, vocero de la coalición oficialista chilena, anticipó que impulsará una acción diplomática internacional para frenar estas iniciativas. Pero el diputado opositor Alberto Cardenil, de la derechista Renovación Nacional, fue mucho más lejos.

El diputado, cercano a las posiciones de las Fuerzas Armadas, advirtió que las maniobras militares entre los ejércitos, que estaban previstas para 1998, "deben descartarse hasta que se aclare la relación entre los países".

"Una cosa es un vecino con el cual existen excelentes relaciones de amistad y otra cosa son maniobras con una nación que es aliada estratégica de los Estados Unidos", añadió Cardinali, y se preguntó "de quién busca defenderse Argentina" con esta alianza. (FIN/IPS/mv/dg/ip/97)

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