Casi 80.000 niños corren riesgo de morir de hambre en Corea del Norte, devastada por la sequía, advirtió Carol Bellamy, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
"La red de seguridad de los niños está rompiéndose", dijo Bellamy a la prensa este viernes, a su retorno de una visita de tres días a Corea del Norte, un día antes de lo previsto.
Bellamy sostuvo que cerca de 800.000 niños y niñas norcoreanos menores de cinco años padecen desnutrición grave y necesitan medicinas con urgencia.
"Las despensas están vacías, al igual que los gabinetes médicos de los hospitales, y los resultados podrían ser catastróficos si esta escasez no se alivia con la llegada del invierno", advirtió.
El número de niños que sufren los efectos de la escasez de alimentos aumentó notoriamente en los últimos meses, agregó Bellamy.
UNICEF y otras agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimaron que unos 80.000 niños corren "inminente peligro" de morir de hambre, mientras 38 por ciento de los menores de cinco padecen desnutrición "grave pero de menor grado".
El grupo en peores condiciones es el de los niños que perdieron a sus padres o fueron separados de ellos. Hasta la mitad de los internados en algunos orfanatos están gravemente desnutridos, informó la agencia.
La situación en Corea del Norte es crítica. "Muchas personas mueren y muchas otras van a morir", dijo Bellamy, y añadió que varios de los niños que vio eran "piel y huesos.
Varias agencias de la ONU intentaron durante meses llamar la atención hacia la creciente hambruna que padece Corea del Norte, donde, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se perderá 70 por ciento de la cosecha de maíz de este año.
El país, políticamente aislado, fue devastado por inundaciones en 1995 y 1996 y por una sequía este año, explicó la directora de UNICEF.
La pérdida de la mayor parte de las cosechas de maíz y arroz aumentará el peligro que corren los niños con la llegada del invierno, previno.
"Para que el pueblo norcoreano -y particularmente los niños- superen las dificultades en las semanas y meses por venir, es indispensable que se les otorgue las herramientas necesarias", urgió Bellamy.
Varios países ya donaron grandes cantidades de dinero y alimentos a Corea del Norte pero se niegan a darle más a menos que el gobierno realice ciertas concesiones políticas y económicas.
Estados Unidos, que este año le donó 60 millones de dólares en productos alimenticios, urgió a Pyongyang a permitir un control internacional más estricto de los embarques de alimentos.
Funcionarios de Washington expresaron su desilusión ante la falta de resultados concretos de un encuentro preliminar a negociaciones de paz entre Corea del Norte y del Sur esta semana, en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
El vicecanciller norcoreano, Kim Gye Gwan, insistió en que las conversaciones debían incluir el retiro de 37.000 soldados estadounidenses de Corea del Sur. Futuras negociaciones preliminares están previstas para septiembre en Nueva York.
En dicho contexto, algunas autoridades cuestionan cuánto debe ser el monto de la ayuda que otorguen otras naciones a Pyongyang.
Los donantes deben actuar con cautela antes de responder a cualquier solicitud de ayuda de Corea del Norte, advirtió Robert Manning, ex asesor del Departamento de Estado sobre política asiática y académico del Instituto de Política Progresista, con sede en Washington,
La situación en Corea del Norte plantea una cuestión importante para la política de Estados Unidos, según Manning.
Washington debe dilucidar si es posible que la ayuda alimentaria sea exclusivamente humanitaria y esté separada de la política cuando el gobierno receptor se encuentra técnicamente en guerra con dos de los países donadores: Estados Unidos y Corea del Sur.
Manning arguyó que el hambre no es una crisis puntual sino un "problema persistente de un estado fracasado. ¿Dónde deben poner el límite Estados Unidos y sus aliados?", presentó.
Sin embargo, Bellamy expresó que no quiere que la ayuda humanitaria se convierta en rehén de la política. "No vacilaremos en presentar nuestro pedido de ayuda a los donantes", aseguró.
Mientras continúa avanzando la crisis en Corea del Norte, UNICEF casi triplicó su pedido internacional de ayuda, de 4,7 millones de dólares a 14,3 millones. Pero hasta el momento el organismo sólo recibió 3,5 millones de dólares de los gobiernos donantes.
Cuando se le preguntó si UNICEF podría disponer de sus propios recursos para ayudar a los niños de Corea del Norte, Bellamy manifestó que su agencia no cuenta con una gran reserva de dinero pero confía que se cumplirán sus objetivos en materia de recolección de fondos.
Desde abril, UNICEF envió dos cargamentos aéreos con leche, medicinas para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el hambre y 350 equipos médicos para hospital.
Para mediados de agosto está previsto el envío de tres aviones más, con una carga de 105 toneladas de leche y fármacos. Con aportes de la Unión Europea, UNICEF envió 70 toneladas de leche, medicinas y equipos de alimentación para uso en 92 hospitales, orfanatos y guarderías, para el tratamiento de niños con grave desnutrición.
En julio, el Programa Mundial de Alimentos, con sede en Roma, realizó un urgente pedido de 45,7 millones de dólares en ayuda alimentaria adicional para brindar "raciones de supervivencia" a los niños de Corea del Norte amenazados por el hambre.
Los fondos permitirían al organismo duplicar las raciones de alimentos de emergencia que ofrece en la actualidad a unos 2,6 millones de niños menores de seis años, para asegurar que sobrevivan al hambre.
"De todas las personas a las que el Programa ayuda en Corea del Norte, los niños son los más vulnerables", aseguró la directora ejecutiva Catherine Bertini. (FIN/IPS/tra-en/td/fah/ml-aq/dv-pr/97