Más de tres millones de personas necesitan ayuda alimentaria en Etiopía debido a lluvias escasas, la invasión de un voraz gusano y bandadas de millones de pequeños pájaros que destruyen las cosechas.
La Comisión de Prevención de Desastres del país afirma que 3,5 millones de personas necesitarán este año alimentos de emergencia, aunque medios privados sostienen que hasta siete millones tienen poco o nada que comer.
Expertos confiables en emergencias alimentarias indican que, en base a datos cuidadosamente documentados, el número es 4,6 millones.
La actual sequía afecta a todas partes del país a excepción de la región occidental, cubierta por una densa selva tropical.
Según meteorólogos, la sequía está asociada a El Niño, corriente oceánica cálida que se presenta cada ocho años y causa fuertes lluvias en algunas áreas y períodos de sequía en otros, incluyendo el cuerno de Africa.
Una clásica señal de hambruna ya está presente en Addis Abeba. Grupos de campesinos de las regiones de Tigray y Wollo llegaron a la capital, en general a pie, como pocas pertenencias más que sus cantimploras hechas con calabazas y adornadas con cruces etíopes.
Una mujer dijo a IPS que caminó desde Trigray a Dessie, una distancia de 250 kilómetros, hasta que un camionero solidario que vio los pies hinchados de su hijo de siete años los trasladó a la capital.
La mujer es viuda, y la sequía hizo imposible la vida para su familia, por lo que se vio obligada a huir a Addis Abeba para alimentar a sus tres hijos. Los cuatro sobreviven de la limosna que obtienen en las calles de esta capital.
Según varias fuentes, el gobierno solicitó 427 toneladas de ayuda en alimentos, y los analistas sugieren varias razones para la falta de respuesta. Algunos citan la reducción general de las contribuciones de los donantes, otros el anuncio de una buena cosecha hecho hace seis meses por el primer ministro Meles Zenawi.
La gran interrogante es por qué Etiopía, que tiene un enorme potencial agrícola, se va amenazada por la hambruna con tanta frecuencia.
Mesfin Wolde Mariam, geógrafo y autor de numerosos libros, incluyendo uno sobre sequías, sostiene que habrá inseguridad alimentaria "mientras se mantengan los impuestos a los productores antes de que satisfagan sus necesidades de subsitencia, y mientras la tenencia de la tierra sea insegura para ellos".
Según Mesfin, quien además es presidente del Consejo de Derechos Humanos de Etiopía, las restricciones a la movilidad de los agricultores son otro motivo.
Durante el reinado de Haile Selassie (1930-1974), los agricultores se trasladaban de una región a otra para trabajar como recolectores de café durante la mitad del año, y después regresaban a sus predios. El dinero que obtenían los mantenía hasta la cosecha siguiente.
El régimen del coronel Mengistu Haile Mariam (1975-1991) nacionalizó la tierra rural y creó asociaciones de campesinos que controlaron el movimiento de los agricultores.
Este control, explicó el experto, continuó bajo el actual gobierno, ya que un productor aún necesita un permiso de su asociación de campesinos para viajar fuera de su área de residencia.
Según Dessalegn Rahmeto, autor de un libro sobre seguridad alimentaria, "es muy importante liberar el mercado y que los campesinos tengan acceso a este. El mercado debe ser libre para entregar bienes y servicios a las comunidades".
Una de las recomendaciones de su libro es implementada por el gobierno, la creación de reservas estratégicas de alimentos. Esto, alegó, debería ser complementado por otra de sus sugerencias, reservas estratégicas de ganado.
Como los agricultores pierden grandes números de animales durante las sequías, el gobierno y las agencias privadas deberían reunir el ganado en las áreas afectadas y retornarlo con la vuelta de las lluvias.
Además de la sequía, los cultivos son atacados por el llamado "gusano ejército" y el pájaro quella quella, aunque el intento de IPS de obtener de las autoridades datos sobre el alcance de los daños fueron infructuosos. (FIN/IPS/tra-en/lmd/kb/lp/dv-en//97