Alemania, que tiene con Chile un proyecto de cooperación técnica para reducir la contaminación ambiental de Santiago, pretende ser uno de los principales participantes del Primer Encuentro de la Cooperación Internacional que se realizará en septiembre en esa capital.
El encuentro de tres días comenzará el 5 de septiembre, y la Agencia de Cooperación Internacional de Chile invitó a participar en él a 40 países con los que mantiene vínculos de cooperación.
Aunque Chile ya no necesita asistencia financiera privilegiada, sin la que muchos países en desarrollo no podrían subsistir, la cooperación técnica entre Santiago y Bonn continúa.
Alemania asignó el año pasado el equivalente a 10 millones de dólares para proyectos de cooperación técnica dirigidos a la protección del ambiente y los recursos naturales, así como al desarrollo de pequeñas y medianas empresas y de algunos sectores sociales en Chile.
Cerca de dos millones de dólares fueron apartados para la reducción del nivel de polución en Santiago, la segunda ciudad más contaminada de América Latina después de Ciudad de México.
Bajo el proyecto, la Agencia Alemana de Cooperación Técnica ofreció a la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) los servicios de expertos y entrenamiento avanzado a sus homólogos chilenos en las áreas de planeamiento, manejo y control de la calidad del aire.
Más de cinco millones de personas, o 40 por ciento de la población de Chile, viven en el área metropolitana de Santiago, y por esa razón el proyecto es tan importante, subrayó "Akzente", la revista de desarrollo de la Agencia.
Además, la capital tiene unos 700.000 vehículos a motor, de los que sólo 210.000 están equipados con conversores catalíticos para reducir las emisiones tóxicas de la gasolina con plomo.
El creciente tráfico es la principal razón de la contaminación del aire en Santiago, aparte de que está rodeada por montañas que no permiten el movimiento del aire ni el ascenso del esmog, explicó a "Akzente" Gianni López, de Conama.
Los riesgos de esta situación para la salud de la población quedaron en evidencia una vez más en los últimos días de julio, cuando el gobierno se vio obligado a declarar un estado de preemergencia ambiental.
Niños y ancianos fueron los más afectados por los altos índices de contaminación causados por el polvo suspendido y los gases tóxicos, especialmente el monóxido de carbono procedente de los vehículos que utilizan gasolina con plomo. Los hospitales no daban abasto.
El estado de preemergencia fue levantado luego de que las estaciones medidoras de la calidad del aire registraron un nivel de contaminación inferior a 100 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico de aire.
En general, la calidad del aire se considera aceptable hasta ese nivel, aunque algunos países europeos fijaron el máximo aceptable en 50 microgramos de partículas por metro cúbico.
De acuerdo con las nuevas normas aprobadas por el gobierno, la capital será declarada en "alerta ambiental" cuando se registre un nivel de 200 microgramos. En ese caso, 40 por ciento de los vehículos que utilizan gasolina con plomo serán sacados de circulación.
Un informe publicado en la última edición de Akzente destaca los esfuerzos de Conama por reducir la contaminación del aire de Santiago.
"Expertos ambientales acompañados de policías realizan controles regulares de los gases de escape y solicitan a los vehículos en malas condiciones que dejen de circular", dice la revista.
Akzente también resaltó que, desde 1993, se establecieron en Chile estrictos controles y normas para la industria, que contribuye con 20 por ciento a la contaminación del aire. Las empresas que infringen las normas son obligadas a cerrar o a dejar la capital. (FIN/IPS/tra-en/raj/rj/ml/en/97