SUDAFRICA: Se necesita mano de obra calificada

Si Sudáfrica desea lograr su objetivo de un crecimiento económico anual de seis por ciento, tendrá que abrir sus puertas a trabajadores especializados de otros países africanos, advierte un nuevo estudio.

El Centro para el Desarrollo y la Empresa (CDE), una organización no gubernamental sudafricana, sostiene que el levantamiento de toda restricción a la inmigración especializada beneficiaría enormemente al país, afectado por la fuga de cerebros y la permanente escasez de mano de obra calificada.

Actualmente, el gobierno sólo permite el acceso de trabajadores especializados a aquellas áreas donde hay escasez probada.

Al menos 250.000 extranjeros trabajan legalmente en el país, sin contar los contratados en granjas. Las instituciones académicas se caracterizan por tener el mayor porcentaje de funcionarios de otros países africanos.

"En algunas áreas donde la capacitación y la educación son costosas, sería óptimo que Sudáfrica importara especialistas en lugar de formarlos. Además, varios estudios sobre desarrollo y competitividad de nuestro país subrayan nuestro débil capital humano", observa el estudio del CDE.

"El crecimiento económico requiere todas las especialidades que podamos desarrollar, contratar o importar", sostiene el informe, titulado "Gente en movimiento: Un nuevo enfoque sobre la migración transfronteriza".

La inmigración es un tema sensible en una Sudáfrica crecientemente xenofóbica. En un país que hace muy poco se abrió al resto del mundo, la imagen de los inmigrantes es identificada con traficantes de droga nigerianos, vendedores ambulantes senegaleses, pandillas de Zimbabwe y desesperados trabajadores agrícolas de Mozambique.

Los sentimientos xenofóbicos son comunes en aquellos países donde los ciudadanos compiten con los extranjeros por escasos recursos económicos, pero en Sudáfrica también son estimulados por otros elementos.

Los principales factores que incitan a la xenofobia son algunos discursos políticos y medios de comunicación que destacan incidentes aislados de violencia entre sudafricanos y extranjeros y exageran las cifras sobre inmigración.

Un reciente estudio reveló que 79 por ciento de los sudafricanos culpan a los inmigrantes por la alta tasa de desempleo.

Las estimaciones sobre el número de inmigrantes ilegales varían ampliamente según las fuentes, que incluyen la policía e institutos de investigación. Las cifras fluctúan entre dos y ocho millones, en un país con 37,9 millones de habitantes.

Es en ese marco que el país trabaja en la elaboración de una nueva política sobre migración, y el informe del CDE forma parte de ese proceso.

Actualmente, el gobierno controla estrictamente la inmigración, guiado por la Ley de Control de Extranjeros y tratados bilaterales con países vecinos.

Irónicamente, la misma ley fue utilizada por el régimen del apartheid (segregación racial institucionalizada) para promover la inmigración blanca e impedir la entrada a negros.

Hoy en día se continúa negando la entrada a trabajadores africanos especializados por motivos raciales. En el pasado, los extranjeros negros sólo ingresaban al país para participar, bajo estrictos controles, en la agricultura y la minería.

Esa situación no ha cambiado demasiado, y "se agrava con la idea de que Sudáfrica no debería 'robar' trabajadores especializados a países vecinos", señala el informe.

La falta de estímulo para traer a Sudáfrica mano de obra calificada del resto del continente se suma a la emigración de especialistas blancos sudafricanos a un ritmo alarmante.

Aunque las cifras no son completas, el Servicio Central de Estadísticas registró una pérdida neta de trabajadores calificados. En los primeros nueve meses de 1995, 6.665 personas emigraron definitivamente, mientras sólo 3.695 se establecieron en Sudáfrica.

La mayor merma se observa entre los ingenieros, seguidos por profesionales de la educación y áreas relacionadas, contadores, médicos y ejecutivos.

Por otra parte, el nivel de inmigración formal al país disminuyó de 9.824 en 1993 a 5.407 el año pasado.

De acuerdo con la estrategia de Crecimiento, Empleo y Redistribución adoptada por el gobierno en 1996, la economía debería crecer seis por ciento al año para crear unos 400.000 empleos anualmente, pero sólo crece tres por ciento y permanece poco competitiva internacionalmente.

Una forma de darle a la economía el ímpetu que necesita sería mediante la especialización profesional. La Comisión del Mercado de Trabajo señaló la necesidad de un equilibrio entre la regulación y la apertura gradual del mercado de trabajo.

"La tendencia a la liberalización del capital y los mercados de trabajo y artículos de consumo podría beneficiar inmensamente a todas las partes en la región. Dicha tendencia debería fortalecerse en lugar de limitarse", exhortó la Comisión. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/ml/lb-ip/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe