Dieciséis indigenas hondureños iniciaron hoy una huelga de hambre en la embajada de Costa Rica en esta capital, en respuesta a la negativa del gobierno costarricense a su pedido de asilo politico.
La medida se encuadra en la estrategia de presión de los indígenas lencas y chortis sobre el gobierno de Honduras, al que exigen la entrega de tierras pactada por las dos partes en mayo, y garantías de seguridad en las zonas occidentales en que residen.
El dirigente aborigen Marcos Gutiérrez advirtió que la huelga de hambre en la sede diplomática continuará hasta que Costa Rica "reconsidere" su negativa a conceder el asilo político y el gobierno hondureño acepte las exigencias de los lencas y chortis.
Los ocupantes de la embajada costarricense apoyaron su pedido de asilo en denuncias de allanamiento ilegal de sus viviendas, amenazas de muerte y el despojo de sus tierras en Copán, Ocotepeque e Intibuca, tres áreas occidentales de alto índice de pobreza.
La cancillería costarricense comunicó el martes que no concedería el asilo solicitado por falta de pruebas de existencia real de un clima de inestabilidad y persecución política en Honduras.
El embajador de Costa Rica, Manuel Carballo, anunció que su gobierno recurrirá a los mecanismo adecuados para garantizar la vida y los derechos de los indígenas que permanecen en la sede diplomática.
Carballo punualizó que esos "huéspedes no invitados" deberán abandonar la embajada, en la que ingresaron de modo pacífico el lunes.
Nohemy Aranda, dirigente del movimiento indígena, dijo que su grupo recibió "con tristeza" la respuesta negativa de Costa Rica, "porque si estamos siendo perseguidos y ahora tememos mucho más por nuestra vida".
"Pusimos nuestra vida y esperanzas en manos del gobierno de Costa Rica, y ahora nos sentimos más amenazados, porque tuvimos la valentía de denunciar ante la opinión pública el hostigamiento y la persecución" contra los lencas y chortis, declaró Aranda.
Mientras, organizaciones humanitarias y religiosas consideraron precipitada la decisión de los 16 indígenas de pedir asilo político en Costa Rica.
El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh) se rehusó a comentar el hecho, alegando "falta de informacion", y pidio prudencia en el tratamiento del caso, que calificó de "delicado".
A su vez, la orden católica de sacerdotes jesuitas negó tener participación en una comisión que intervino como mediadora entre los indígenas solicitantes de asilo y la cancillería costarricence.
Los jesuitas puntualizaron que, pese a su solidaridad con la lucha de los indígenas por la seguridad y la tierra, resolvieron no aceptar la invitación de los peticionantes de asilo a incorporarse al grupo negociador.
A su juicio, las actuaciones deben cnalizarse a través de la Comisión de Garantes, un grupo designado por el gobierno y los indigenas para supervisar el cumplimiento de los acuerdos firmados por las partes el 13 de mayo.
La Comision de Garantes, que entre sus miembros cuenta con representantes del Codeh y de la orden de los jesuitas, afirmó hace dos semanas que el gobierno no cumple su compromiso de entrega de tierras a los indígenas ni protege la seguridad de éstos.
Un integrante de la Comisión de Garantes comentó a IPS que los lencas y chortis ocupantes de la embajada costarricense fueron mal asesorados.
"Están en situación delicada, y debe evitarse que se pierda la naturaleza del movimiento, que es la reinvidicacion de tierras y la seguridad" de las etnias, dijo la fuente.
El gobierno se comprometió a entregar a los lencas y chortis unas 11.000 hectáreas de tierras, pero no lo ha hecho y anuncia ahora que sólo concederá 9.000 hectareas y en un plazo de tres meses.
En respuesta, los indígenas crearon la ultima semana un Comité de Resistencia Permanente y enviaron una delegación a la capital para exigir el cumplimiento del compromiso gubernamental y solicitar asilo político a Costa Rica.
En Honduras se cuentan siete grupos indígenas, conformados por unas 500.000 personas asentadas en el norte, centro, sur y oeste del país. (FIN/IPS/tm/ff/hd/97
