México es el país de América Latina donde muere el mayor número de periodistas al año, la distribución de diarios está monopolizada por un sindicato y los comunicadores suelen ser visitados por autoridades para pedir que revelen sus fuentes.
El periodismo cuenta hoy en México con libertades mayores que hace una década, reconocen las organizaciones internacionales Reporteros sin Fronteras, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y Amnistía Internacional, y la local Causa Ciudadana. Pero advierten sobre la existencia de nubarrones.
Aministía Internacional solicitó este martes a la Procuraduría General de México que garanticer "la total protección de los periodistas y su derecho a la libertad de expresión", especialmente cuando el comunicador denuncia responsabilidades de funcionarios o de mafias.
La carta de la organización humanitaria llegó a propósito del asesinato el día 15 de Benjamín Flores, director del diario La Prensa del norteño estado de Sonora.
Flores, de 29 años, murió en la entrada del edificio de La Prensa tras recibir numerosos disparos. La policía sostiene que el crimen fue cometido por narcotraficanetes, mientras los directivos del diario no descartan que el asesinato pueda tener un móvil político.
El director era "un asiduo crítico del gobierno", aunque también denunció muchas veces a los narcotraficantes, dijo José Barraza, jefe de redacción del diario.
Según una investigación de la Universidad Iberoamericana, durante la gestión del presidente Ernesto Zedillo, iniciada en diciembre de 1994, 11 periodistas fueron asesinados, 125 agredidos, nueve secuestrados y 74 sufrieron torturas.
Además, 74 reporteros y medios de comunicación enfrentaron demandas judiciales, 38 sufrieron amenazas y a 27 se les despojó de su material de trabajo.
Aunque muchas denuncias no se presentan, se puede afirmar que cada 48 horas un reportero mexicano es agredido y cada 90 días uno es asesinados, apunta el estudio de la Universidad Iberoamericana, institución dirigida por sacerdotes católicos jesuitas.
Reporteros sin Fronteras señala en su informe de este año que en México los periodistas encontraron medios para ejercer su oficio con relativa libertad, pero "las presiones del poder aumentan contra aquellos que se atreven a desafirar sus intereses".
"Los periodistas son atacados tanto por miembros del gobierno, que los citan a comparecer, como por hombres no identificados que los raptan o amenazan", indica el documento.
La organización, que agrupa a más de 1.200 periodistas de todos los continentes, ubica a México entre los 14 países en los que "las condiciones para el ejercicio de la libertad de prensa son particularmente malas".
Datos de la Federación Latinoamericana de Prensa (FELAP) indican que en los últimos 27 años alrededor de 90 periodistas fueron asesinados en México, el mayor número entre los países de América Latina.
La SIP, integrada por directivos de periódicos, manifestó su preocupación tanto por los problemas que enfrentan los periodistas mexicanos, como por la existencia de un monopolio en la distribución de diarios.
A excepción del diario capitalino Reforma, todos los demás son distribuidos por miembros de la Unión de Voceadores, un sindicato cuya dirigencia está vinculada al gobernante Partido Revolucionario Institucional.
En enero, directivos de la SIP visitaron al secretario de Gobernación (Interior), Emilio Chuayffet, para expresarle que la existencia de un monopolio representa una "amenaza latente" para la libertad de prensa, pues en cualquier momento la Unión de Voceadores podría decidir no vender los diarios.
La organización Causa Ciudadana considera que otra amenaza a la libertad de expresión la representan las presiones que muchas veces reciben periodistas para revelar sus fuentes.
A través de citatorios oficiales o llamados telefónicos, autoridades piden a los periodistas detalles sobre sus investigaciones, especialmente en casos de asesinatos políticos.
Los periodistas citados tienen pocas posibilidades de oponerse al llamado, pues en México no existen normas que les permitan mantener en reserva a sus fuentes.
"No hemos recibido quejas, pero esa tendencia de citar a periodistas tenemos que rechazarla, pues atenta contra las libertades", dijo Luis Suárez, presidente de la FELAP, organización que agrupa a asociaciones de comunicadores de 21 países. (FIN/IPS/dc/ag/ip/97