El impacto "modestamente positivo", que según Estados Unidos tuvo en su país entre 1994 y 1997 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), es una mala noticia para quienes impulsan el proyecto de crear una zona continental de libre comercio.
Así lo señalaron analistas de Estados Unidos y México -países miembros del TLC junto a Canadá-, tras conocer la evaluación del acuerdo presentada la semana pasada al Congreso por el gobierno del presidente Bill Clinton.
Según reconoce Washington en el reporte, los reales beneficios de TLC se verán recién "los próximos años".
Para Jorge Chabat, director del Centro de Investigación y Docencia Económica de México (Cide), el documento evaluatorio es un nuevo argumento para que el Congreso niegue a Clinton la autorización para negociar por la "vía rápida" acuerdos comerciales con países de América Latina y El Caribe.
Desde 1994, cuando se pactó en la cumbre hemisférica de Miami crear una zona de libre comercio continental americana en el 2005, Clinton prometió varias veces que será la "vía rápida" o "fast track" el mecanismo central para alcanzar la meta.
A pesar de ese ofrecimiento, Washington no da pasos firmes hacia el objetivo y el Congreso está cada vez menos entusiasmado con la idea, advirtió Alan Stoga, director ejecutivo de la no gubernamental Kissinger Associates.
Diputados del gobernante Partido Demócrata y del opositor Republicano han señalado en repetidas ocasiones que se oponen a la extensión del TLC. Su postura es apoyada por sindicatos y grupos ecologistas.
El líder demócrata Richard Gephard declaró la semana pasada, tras recibir el informe de Washington, que todo demuestra que el acuerdo trinacional "simplemente no llenó las expectativas".
Chabat sostiene que el interés de Clinton para lograr una zona de libre comercio continental está en entredicho.
"Primero (Clinton) ofreció la vía rápida para poder incluir a Chile en el TLC y no lo logró, y ahora, luego de hacer propaganda sobre las supuestas bondades del acuerdo, reconoce que no fue tan exitoso", apuntó el director del Cide.
En el documento evaluatorio, Washington afirma que gracias al TLC se crearon 311.000 nuevos empleos y aumentó el intercambio comercial con Canadá y México en 44 por ciento. Reconoce, sin embargo, que a pesar de ese logro su efecto fue "modesto" en relación a las expectativas creadas.
Clinton y su equipo sostienen que sin la crisis económica de México, estallada a fines de 1994, los resultados del TLC hubiesen sido mejores. Agregan, no obstante, que gracias al acuerdo, el país latinoamericano logró salir con mayor facilidad de los problemas financieros.
A las posturas críticas contra el TLC en Estados Unidos se suman otras que desde México piden reformar el acuerdo.
Este lunes, 100 organizaciones de México, entre ellas la Red de Acción Frente al Libre Comercio, la Asociación de Industriales de la Transformación y la Central Independiente de Obreros y Campesinos, anunciaron que presentarán un proyecto para modificar varios capítulos del TLC.
Tres años después de comenzar a regir, el acuerdo, "vendido" a los mexicanos como un "modelo de desarrollo", cumplió su oferta de aumentar el comercio pero no mejoró salarios ni aumentó empleos y tampoco terminó con el problema de la inmigración de ilegales hacia Estados Unidos, sostienen los opositores.
Estos sectores piden que el TLC incluya acuerdos sobre migración, castigo a inversiones especulativas y revisión de la apertura comercial en sectores que habrían resultado perjudicados, como el ganadero y el frutícola.
Gracias a la liberación de barreras aduanales y a la baja de aranceles, el intercambio comercial entre Canadá, Estados Unidos y México, zona con 375 millones de habitantes, aumentó 50 por ciento si se comparan los períodos 1991-93 y 1994-97, indicanm cifras oficiales.
El gobierno del presidente Ernesto Zedillo afirma que el TLC es un total éxito, pues además de aumentar sus ventas transformó a México en un atractivo polo de inversión.
Los gobiernos de Estados Unidos y México se oponen a cualquier modificación del acuerdo.
Considerando la situación política de Estados Unidos, el director ejecutivo de Kissinger Associates prevé que las negociaciones hacia el libre comercio continental "probablemente seguirán debilitándose, al menos hasta 1999". (FIN/IPS/dc/dg/if/97)