América Latina debe avanzar hacia un nuevo modelo de democracia donde el hombre y la mujer y su calidad de vida individual y colectiva sea el verdadero fin y no las cifras económicas, subrayaron hoy autoridades regionales en Venezuela.
El director regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Fernando Zumbado, consideró que los medios se han confundido con el fin y que se olvidó que lo humano es el verdadero centro de una democracia y de un gobierno.
Durante dos días se debate en Caracas sobre Derechos Humanos y Gobernabilidad Democratica, en lo que representa el tercer foro previo a la VII Cumbre Iberoamericana que se realizará en la isla de Margarita en noviembre, dedicada a los valores éticos de la democracia.
El encuentro fue organizado por el PNUD a pedido del país anfitrión y en la sesión inagural participaron, además de Zumbado, el presidente Rafael Caldera y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Cesar Gaviria.
Caldera dijo en su discurso otro concepto poco aceptado publicamente por los gobernantes latinoamericanos, el de que la lucha contra la violación de los derechos humanos y la exigencia de su cumplimiento tiene un valor universal que está por encima del de la soberanía nacional.
El presidente aseguró que hay una clara compatibilidad entre una sana soberania y la existencia de reglas multilaterales de universal acatamiento para la defensa de los derechos humanos.
Gaviria, quien fue presidente de Colombia entre 1990 y 1994, resaltó que en pocas regiones del mundo como en América Latina la gobernabilidad es tenida como sinónimo de democracia y planteó que una vez alcanzada la misma, la región está ahora en busqueda de lo que definió como "una ética común".
Zumbado dijo que encuestas recientes muestran un panorama para la democracia latinoamericana que debe alertar e los gobiernos y a sus diferentes estamentos.
Dos tercios de la población regional creen que la democracia es el mejor sistema de gobierno y sólo 10 por ciento se pronuncia por regímenes autoritarios, pero 60 por ciento de esa población se considera muy insatisfecha con la democracia que tiene.
La razón esencial, destacó Zumbado, de origen costarricense, es que la democracia no resuelve los problemas de la gent. Llamó a rescatar la definición del presidente estadounidense Abraham Lincoln (1809-1865) de que democracia es el gobierno "de la gente, por la gente y para la gente".
Argumentó que ello obliga a "democracias más eficaces y justas, más legitimas y participativas, con base a relaciones transparentes entre la sociedad civil y el Estado".
También planteó que no se puede hablar de derechos humanos "cuando impera la miseria y el hambre, cuando las personas no encuentran medios de vida adecuados, cuando los ciudadanos sufren la injusticia o la inequidad o está amenazada su vida o su seguridad personal".
Aseguró que igualmente es imposible hablar de desarrollo, o al menos de desarrollo humano, "cuando no hay un estado de derecho, no hay una justicia independiente o no se respeta la dignidad de las personas", así haya un proceso de crecimiento económico.
El representante de la agencia de Naciones Unidas subrayó que la corrupción, la falta de transparencia y la impunidad son elementos que hacen rechazar a los ciudadanos latinoamericanos las democracias en que viven.
Gaviria resaltó que la globalización ha producido unos valores políticos, sociales y económicos, pero han puesto en peligro "elementos esenciales de nuestras culturas", al imponerse criterios economicistas sobre lo que es valioso.
El resultado, dijo el máximo dirigente de la OEA, es que se ha multiplicado en la región un "escepticismo colectivo" que se extiende hasta las bondades de la democracia y que exige una respuesta por parte de los estados de la región.
Esa respuesta no está no en echar para atras las reformas económicas, la apertura o los procesos de integración a los que en algunos países se achaca el origen de la caida de los valores colectivos y de la calidad de vida de la población.
Para Gaviria, por el contrario, lo que la gente quiere es que también en el campo político y social lleguen las reformas para sanear la vida pública, hacerla más eficaz y promover que el Estado pase a centrarse en las areas que tienen que ver con las preocupaciones cotidianas de la gente.
En el marco de la OEA, Gaviria planteó que hay que mejorar el sistema interamericano de defensa de los derechos humanos y hacerlo más ágil y accesible a los ciudadanos.
Zumbado y Gaviria coincidieron en que en una revalorización de los derechos humanos como fundamento de la gobernabilidad esta la clave para que la democracia que los latinoamericanos viven y el ideal que tienen de ella sea logren ser una misma cosa.
Un objetivo ético del que depende la propia supervivencia de la democracia regional, dijeron ambos de una u otra forma, al igual que otros asistentes al foro iberoamericano. (FIN/IPS/eg/dg7ip/97