Un nuevo influjo de refugiados de Vietnam llegó a Hong Kong desde el traspaso de la ex colonia británica a la soberanía de China el 30 de junio, aunque la comunidad internacional prevía que temores ante el nuevo gobierno detendrían a las embarcaciones y balsas.
Abogados y autoridades expertas en refugiados aconsejaron a los vietnamitas en los campamentos de Hong Kong que regresaran a su país antes del traspaso, advirtiendo que quizá no enfrentaran una disposición demasiado solidaria de las nuevas autoridades chinas.
En lo que va del año, 1.218 solicitantes de asilo procedentes de Vietnam ingresaron en Hong Kong, más de los 1.038 registrados durante todo el año pasado y cuatro veces los niveles de 1995. En los últimos días, llegaron 34 nuevas personas.
La mayoría de los "balseros" que llegaron a Hong Kong en los últimos años son emigrantes económicos, y no personas que huyen de la persecución en sus países.
Según el Departamento de Seguridad del gobierno de Hong Kong, a cargo de la situación, un alto porcentaje, casi un cuarto de los 1.700 en los campamentos en Hong Kong, regresaron después de ser repatriados a Vietnam al menos una vez.
De los 34 llegados en los últimos dos días, 25 fueron repatriados al menos una vez, una posible señal de persecución en Vietnam a su llegada. Algunos dijeron estar de paso hacia Taiwan.
Algunos volvieron a solicitar el estatuto de refugiado en Kong Kong, el cual les fue negado la primera vez. "Algunos tienen casos de mayor peso debido a la persecución que enfrentaron al retornar", dijo la abogada Pam Baker.
A comienzos de este año, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lanzó un esfuerzo por vaciar los campamentos repatriando a los solicitantes y reubicando a quienes recibieron estatuto de refugiado.
Varios cientos de ellos regresaron voluntariamente a Vietnam a fines de mayo, en cumplimiento de un acuerdo entre autoridades británicas, vietnamitas y de ACNUR.
La mayoría de los aproximadamente 1.000 que quedaron en los campamentos en el momento de la entrega fueron rechazados para ser reubicados debido a problemas de drogas o antecedentes delictivos.
El fin de semana resultó evidente que aquellos aún en Hong Kong no partirían sin un vuelo. Cinco emigrantes treparon al techo de la Prisión Victoria en protesta contra su inminente repatriación, y durante varias horas cantaron consignas, entre ellas "preferimos la muerte a la repatriación".
China había demandado que Gran Bretaña limpiara Hong Kong de balseros vietnamitas antes de la fecha del traspado, y Vietnam dejó claro que no quería negociar con China sobre el tema, insistiendo en que se trata de un problema de Gran Bretaña.
China y Vietnam están en proceso de reconstruir sus relaciones tras años de hostilidades, desatadas por una breve guerra en la frontera en 1979.
Un funcionario de inmigración de Hong Kong en la embajada británica en Hanoi fue retirado inmediatamente después de la entrega, y diplomáticos afirman que las conversaciones deberán ser conducidas a larga distancia entre ambas partes.
Pero sin un plazo como la fecha del traspaso, "el tema perdió intensidad", dijeron diplomáticos.
Las últimas llegadas volvieron a colocar el problema de los refugiados en el tapete, mientras parlamentarios hicieron llamados a abandonar la política de "asilo en el primer puerto".
Un funcionario de gobierno dijo que esta política de Hong Kong existe "sólo de palabra" porque los casos de inmigrantes vietnamitas llegados recientemente no serán estudiados y se les tratará como inmigrantes ilegales. Los balseros llegaron para trabajar ilegalmente, destacó.
"Debemos enviar una clara señal a los balseros de que ya no los aceptamos", dijo la parlamentaria de Hong Kong Selina Chow, quien presentó una moción para descartar la política de asilo de primer puerto, la cual podría debatirse el mes próximo.
Chow afirma que las balsas y embarcaciones que trasladan a vietnamitas deberían ser "ahuyentadas" de las aguas de Hong Kong.
Parlamentarios alegan que esta es la única forma realista de detener el flujo de emigrantes a Hong Kong.
Pero incluso si el mensaje llega a Vietnam, grupos de ayuda voluntarios afirman que no resolverá el problema de lo que sucederá con los balseros que ya están en Hong Kong, lo cual podría convertirse en un asunto espinoso entre China y Vietnam. (FIN/IPS/tra-en/ys/ral/lp/pr-ip/97