La oposición de los empresarios al previsto acuerdo de libre comercio con México parece poner fin en Honduras a la luna de miel que gobierno y sector privado mantuvieron durante casi tres años.
El gobierno exhortó a los empresarios a abrirse a la competencia y afirma que la postergación del tratado con México podría costar "la desaparición" de Honduras del mapa mundial de la economía.
El presidente Carlos Reina dijo el jueves en rueda de prensa que el acuerdo comercial, que sería firmado en diciembre, se encuadra en la estrategia integracionistas de El Salvador y Guatemala y Honduras.
Esos tres países conforman el llamado "triángulo del norte" de América Central y negocian con México desde 1990.
El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) comunicó esta semana su oposición al acuerdo, aduciendo que sus integrantes no están preparados para competir con "el monstruo azteca" (México).
Juan Bendeck, presidente del Cohep, advirtió que los empresarios no apoyarán la liberalización del intercambio con México mientras el gobierno no les conceda beneficios en materia impositiva, arancelaria y financiera.
Funcionarios del gobierno respondieron que, de no firmar el tratado, Honduras podría reemplazar a Haití como el país más pobre de América Latina.
"Los empresarios hondureños quieren seguir viviendo al amparo del proteccionismo del Estado", declaró Sergio Núñez, de la Secretaría de Comercio e Inversión.
Mientras, el ministro de Comercio e Inversión, Fernando García, advirtió que las empresas deben abrise a la competencia y que el gobierno no detendrá la negociación con México.
García acusó a los empresarios de "timoratos" ante la competencia y de exigir privilegios "sin ofrecer nada a cambio".
Así mismo, los exhortó a volver a la mesa de negociaciones, para lograr un acuerdo que favorezca tanto a los países del triángulo del norte como a México.
El sector privado arguye que la firma de un tratado comercial no garantizará la eliminación de las trabas no arancelarias que México impone a las exportaciones de Honduras.
Pero Antonio Tavel, de la cámara de comercio Honduro-Americana, consideró "infantil" la resistencia de los empresarios al pacto con México.
"Debemos hacer es enfrentar las oportunidades", y tener presente que el fracaso de la negociación con México podría "ahuyentar las inversiones", dijo Tavel.
Mientras, algunos dirigentes sindicales afirmaron que los empresarios se resisten a prescindir del mercado cautivo y de los privilegios que durante más de 30 años le aseguró el Estado.
Según Daniel Durón, de la Central General de Trabajadores, de tendencia conservadora, es necesario redefinir líneas de acción entre el gobierno, los empresarios y los trabajadores para enfrentar los desafíos del tratado con México.
Más allá de los argumentos de las partes, la negativa de la administración a ceder a las exigencias del sector privado acaba con el consenso que durante casi tres años sostuvieron empresarios y gobierno.
Los industriales y comerciantes aclararon el jueves que respaldarán el acuerdo con México si el gobierno reduce el impuesto al valor agregado y acepta sus otras demandas.
El sector privado colaboró con la administración de Reina al suscribir un pacto social que puso límites a las exigencias de los sindcatos en materia de salud, salarios, educación y vivienda.
Algunos analistas deducen de la posición de los empresarios que los hondureños no están preparados para manejarse en condiciones de libre mercado ni para la llamada globalización de la economía.
Las compras de Honduras a México suman 100 millones de dólares al año, y sus exportaciones sólo dos millones.
El déficit comercial ante México de los tres países integrantes del triángulo del norte llega a 500 millones de dólares. (FIN/IPS/tm/ff/if/97
