Las familias españolas recurren a la adopción de niños en el exterior ante la dificultad para hacerlo en sus propio país.
El descenso de la natalidad y el aumento de las ayudas estatales a las familias con problemas son dos de las causas de que en España baje el número de niños y niñas que se ofrecen en adopción.
Para Marta Cortés, responsable de la unidad de adopciones de la Comunidad Autónoma de Madrid, el aumento de las adopciones fuera de España "es algo lógico en cualquier país desarrollado".
"Las condiciones sociales y de asistencia hacen que disminuyan las situaciones que llevan a los padres a dejar a sus niños en adopción", explicó.
En 1996, en la Comunidad Autónoma de Madrid las adopciones realizadas en el extrabjero duplicaron a las nacionales, que se situaron en 154.
Este año se están entregando niños a las familias que realizaron su solicitud en 1991.
Desde marzo,las comunidades autónomas, encargadas de gestionar las adopciones tanto nacionales como internacionales, comparten competencias con las Entidades de Colaboración de Adopción Internacional.
Una de esas entidades,la Asociación Española de Atención y Apoyo a Familia y Adopción (ASEFA), presta apoyo técnico y de asesoramiento jurídico, psicológico y de formación a las familias que adoptan niños latinoamericanos.
"La mayoría de las personas interesadas en una adopción se dirigen a otro país porque en España les resulta difícil. Tienen que esperar demasiado tiempo para adoptar a un niño de la edad que deseen", dijo a IPS Ana Belén Rubio, presidenta de ASEFA.
"Con las legislaciones de los países hay que tener un cuidado exquisito que hace que la tramitación se prolongue en el tiempo", añadió.
La ansiedad lleva a que muchas familias que quieren adoptar acudan, equivocadas, a servicios "de acogimiento familiar" encargados de dar protección transitoria a niños y niñas en situación de desamparo o que carecen de un entorno familiar adecuado.
El menor en esa situación es alojado con otra familia hasta que la suya supere la situación conflictiva, por lo cual no es sujeto de adopción.
Bartolomé Cañas, uno de los responsables del "acogimiento familiar" en la Comunidad Autónoma de Madrid, dijo a IPS que "al estar tan difícil la adopción, los padres adoptantes buscan una salida por esta vía. Y se equivocan".
El aumento de las adopciones internacionales ha originado un mercado en torno a la venta de niños. Para luchar contra el tráfico de menores, "es necesario un sistema de cooperación entre estados que garantice una adopción en regla", dijo Cañas.
En España, un niño sólo puede ser adoptado cuando su filiación es desconocida, cuando los padres dan su conformidad o cuando los padres están privados de la patria potestad por un juez.
Una de las cuestiones sobre la que más se ha discutido es si el aumento de la adopción internacional es una muestra de solidaridad o simplemente una moda.
Cortés se pronuncia en favor de la primera de las hipótesis, aunque estima que "serían necesarios movimientos de ayuda para que los niños pudieran crecer en su propio entorno y cultura".
Tampoco Ana Belén Rubio piensa que el "boom" de las adopciones internacionales obedezca a una moda.
En cambio, el encargado del Departamento de Actividades y Servicios de Cruz Roja Española en Madrid, Carlos Chana, declaró a IPS que la moda influye en la sociedad "como sensibilización social malentendida" y que "eso es lo que hace que aparezca un 'boom' en adopción internacional". (FIN/IPS/mlpg/dg/pr/97