Una comisión de académicos señaló la necesidad de que Colombia reconstruya sus vínculos con Estados Unidos, por ser el país norteamericano fundamental para sus relaciones internacionales.
De la comisión hacen parte el ex canciller Rodrigo Pardo, los ex ministros Fernando Cepeda y Rafael Pardo, los investigadores Luis Garay, Juan Tokatlián y Alvaro Tirado, y el subdirector del diario El Tiempo Enrique Santos.
Según los miembros del organismo, pese a que las relaciones bilaterales con Estados Unidos se encuentran en uno de los niveles más bajos de la historia no todo está perdido.
Para poder aspirar a tener un acertado manejo de su politica exterior, Colombia necesita "poner la casa en orden", lo que resulta difícil para un Estado que carece de un grado aceptable de legitimidad, observan.
En un documento entregado al gobierno, los expertos señalan que en las relaciones bilaterales hay factores que aún pueden aprovechar las dos partes, como son las inmensas oportunidades de comercio, y las relaciones culturales y de intercambio económico.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, que allí destina aproximadamente 38 por ciento de sus exportaciones legales van a ese país. Estados Unidos es también el mayor inversionista extranjero (50 por ciento del total) en Colombia.
Además de estos indicadores económicos, según los expertos Estados Unidos se ha convertido en el más importante punto de llegada y permanencia de los migrantes nacionales y el mayor receptor de estudiantes de posgrado.
La comisión inició su trabajo de investigación en diciembre de 1996, tras la crisis a que llegaron las relaciones entre Bogotá y Washington por la presunta infiltración de dinero del narcotráfico en la campaña electoral del actual presidente colombiano Ernesto Samper.
Los vínculos bilaterales llegaron a su punto más crítico en julio de 1996, cuando el gobierno de Bill Clinton canceló la visa de ingreso a ese país a Samper.
Así mismo, en marzo pasado Colombia fue el único país de América Latina al que Washington no otorgó la "certificación" al haber sido evaluado negativamente en su lucha antinarcóticos.
La "certificación" es el aval que da el Congreso estadounidense a los países que según sus parámetros han colaborado efectivamente en la lucha antinarcóticos.
Washington otorgó un plazo de diez meses a Colombia para poner en marcha una agenda en la que figuran la aprobación de la extradición para los "narcos", la aplicación de las leyes de aumento de penas y expropiación de bienes de esos delincuentes y la destrucción de cultivos ilícitos.
Esta semana Estados Unidos se negó a entregar ayuda militar a Bogotá por 70 millones de dólares para la lucha antidrogas si el gobierno colombiano no firma un acuerdo para la protección a los derechos humanos.
La decisión se originó en los informes sobre la vinculación de militares a violaciones a los derechos humanos no castigadas.
El condicionamiento de la ayuda a la firma del acuerdo fue considerado por el ministro de Defensa, Gilberto Echeverry, como "inaceptable".
"Ningún ministro colombiano que sea digno, honesto y se respete" puede aceptar que "el gobierno de un tercer país declare culpable a un colombiano por declaraciones que su gobierno haya recibido de terceros", dijo.
El universitario Tokatlián estima que los dos países deben reconocer la existencia de "intereses comunes" y promoverlos en los ámbitos bilaterales y multiraterales.
No obstante, considera que también hay "intereses divergentes" que deben ser dirimidos mediante la negociación y no con la confrontación.
Según Tokatlián, Colombia debe procurar que Estados Unidos reconozca de manera efectiva "los enormes costos que viene asumiendo (el país sudamericano) para combatir el problema de las drogas ilícitas y la criminalidad".
Por otro lado, Bogotá tiene que mejorar su imagen internacional, con acciones como el restablecimiento de la extradición de narcotraficantes y la revisión de la política de destrucción de cultivos ilícitos.
Para Alvaro Camacho, director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Nacional, a Colombia le resultará de todas maneras muy difícil adquirir "una posición respetable" en el ámbito internacional.
Factores como "un Estado carente de niveles aceptables de legitimidad, incapaz de mantener un orden público democrático, con problemas de desempeño de sus instituciones políticas y elevados niveles de impunidad en medio de una violencia desbocada", impiden a Colombia aspirar a ese rango, concluyó. (FIN/IPS/yf/dg/ip/97