Unos 3.000 millones de personas, o más de la mitad de la población del mundo carece de acceso a sanitarios o letrinas adecuados, lo cual las hace vulnerables a enfermedades fatales, sostuvo hoy UNICEF.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) destacó, en el informe anual "El Progreso de las Naciones" que la diarrea vinculada a malas condiciones de saneamiento y falta de sanitarios mata cada año a 2,2 millones de niños.
Tras relevar las condiciones de saneamiento del mundo desde 1990, UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyeron que el porcentaje de personas con acceso a saneamiento cayó durante la década, aunque mejoraron los índices mundiales de acceso a agua potable.
Desde 1990, el número de personas con acceso a agua potable aumentó de 2.500 millones a 3.300 millones. En contraste, la cantidad de gente con acceso a saneamiento cayó de 2.900 millones en 1990 a 2.600 en la actualidad, informa UNICEF.
Muchos países presentan grandes brechas entre el servicio de agua potable y el saneamiento. Egipto, por ejemplo, brinda acceso a agua potable a 83 por ciento de su población, pero saneamiento adecuado a sólo 29 por ciento. En India, los índices comparables son 81 y 29 por ciento, en China, 67 y 24 por ciento.
Akhtar Hameed Khan, director del Proyecto Piloto Orangi de Pakistán, un programa para entregar saneamiento de bajo costo a habitantes de áreas marginales en Karachi, alega en el informe que el saneamiento inadecuado añade un "impuesto a la salud" de los pobres, forzándolos a pagar altas sumas en costos médicos.
No obstante la importancia del saneamiento, UNICEF afirma que es difícil medir las instalaciones de muchos países. Algunos países que respondieron a encuestas sobre saneamiento de UNICEF y la OMS, como Argentina y Brasil, sólo cuentan los sanitarios con descargas de agua al describir el acceso al saneamiento.
Otros, como Tanzania y Uganda, consideran saneamiento a las letrinas consistentes en un agujeron en el suelo, sin agua.
The UNICEF report places 19 countries at the bottom of its rankings, with less than a quarter of the population receiving access to adequate sanitation. The worst performers are
El informe de UNICEF sitúa 19 países en los índices más bajos, con menos de un cuarto de la población con acceso a saneamiento adecuado.
Los peores son Angola, Benin, Chad, República Democrática de Congo, Etiopía, Liberia, Malawi, Níger, Sierra Leona, Somalia y Sudán en Africa; Yemen en Medio Oriente, Afganistán, Camboya, China, Nepal, Papúa Nueva Guinea y Vietnam en Asia, y Haití en América.
En muchos países, la caída en el acceso significa que sanitarios sobreutilizados y más sucios, y aguas anegadas con insectos portadores de enfermedades, escribió Khan.
La deuda de la crisis en Africa presionó aún más sobre sistemas de saneamiento, empujando a los países a cumpilr con recomendaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para reducir el gasto público.
En Nairobi, los gastos en agua y saneamiento fueron reducidos 90 por ciento entre 1981 y 1987, mientras los fondos para la cloración de agua se agotaron en Kinshasa en 1995, desatando un brote de cólera.
El saneamiento de las escuelas es particularmente malo, indica UNICEF. En un sondeo piloto, en escuelas rurales en Bangaldesh, Nepal y Maldivas, un promedio de 90 estudiantes debe compartir una letrina.
Por todo esto, alega Khan, agua potable y saneamiento adecuado podrían ser entregados en toda América Latina, Asia y Africa si los gobiernos en esas regiones aumentaran su inversión en esos servicios a partir del nivel actual de 2.100 millones de dólares a 6.800 millones de dólares anuales.
Una medida efectiva en cuanto a costos, recomienda el experto pakistaní, es permitir que las propias comunidades pobres participen en la creación de instalaciones de saneamiento de bajo costo.
Residentes en el suburbio Dharavi en Bombay construyeron letrinas modernas con ayuda internacional, a alrededor de 40 por ciento del costo que habría tenido si lo hubieran hecho empresas.
De modo similar, los habitantes del suburbio Orangi en Karachi construyeron durante las últimas dos décadas sanitarios con cisternas para casi un millón de personas.
Gracias a este tipo de presión, escribe Khan "los gobiernos aprenderán que no pueden permanecer indiferentes ante las necesidades humanas más fundamentales". (FIN/IPS/tra-en/fah/lp/dv-he/97