Organizaciones de periodistas, de derechos humanos y partidos políticos de Argentina realizaron el viernes 25 una caravana contra la impunidad, para recordar que hace seis meses asesinaron al reportero gráfico José Luis Cabezas.
La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires inició la marcha que pasó ante la sede del gobierno nacional, donde los fotógrafos levantaron sus cámaras en señal de protesta. Luego partieron en tren hasta Dolores, la localidad de la provincia de Buenos Aires donde se sitúa el tribunal que investiga el caso.
"Queremos el pleno esclarecimiento y la condena a los autores materiales e intelectuales", exigió el secretario del sindicato de periodistas, Daniel Das Neves. "Nos preocupa observar que hay esfuerzos dedicados a diluir los pasos que se estaban dando para dar con los autores ideológicos del crimen".
Cabezas, cuyo crimen causó hondo impacto en Argentina, fue secuestrado por desconocidos el 25 de enero en el balneario de Pinamar, donde trabajaba para el semanario Noticias. Su cuerpo fue hallado incinerado dentro de su automóvil, con dos disparos de bala y las manos atadas a la espalda.
La brutalidad del crimen causó indignación en la opinión pública, partidos políticos y organismos defensores de los derechos humanos. Desde entonces, el sindicato de periodistas lanzó una campaña que sigue vigente.
"No se olvide de Cabezas", dicen los carteles que empapelan la ciudad, con el rostro de la víctima en un retrato que parece predestinado.
La justicia procesó a cuatro albañiles que confesaron haber participado en el crimen por encargo, bajo presuntas órdenes de un ex policía de la provincia de Buenos Aires, el ex oficial Gustavo Prellezo, también detenido aunque reacio a confesar hasta que no se sancione una ley del arrepentido que rebaje su condena.
El juez trata ahora de develar quién encargó su asesinato y las sospechas recaen en un polémico empresario telepostal, Alfredo Yabrán, enfrentado con Cabezas porque le había tomado una fotografía que permitió que el público conociera su cara.
Los investigadores revelaron que el jefe de la custodia de Yabrán se comunicaba telefónicamente con Prellezo, quien eventualmente hacía algunos trabajos de seguridad para el empresario, un hombre que tiene al menos una veintena de empresas y fuertes vínculos con el gobierno.
Sin embargo, el comisario a cargo de las investigaciones, Víctor Fogelman, declaró hace una semana que se diluye la pista que los orientaba a Yabrán, lo que fue repudiado por las organizaciones de periodistas que temen que el crimen quede impune.
"Es muy difícil, casi imposible que podamos llegar al autor intelectual", dijo Fogelman. (FIN/IPS/mv/ag/ip/97