Tras una larga espera, Chile cuenta con una Ley de Derechos del Consumidor y ahora la tarea es capacitar al público en el ejercicio de los instrumentos que le otorga esa normativa, según el dirigente Fernando Morales.
La ley, en vigencia desde el 7 de junio luego de cinco años de trámite parlamentario, "no tiene todavía efectos significativos, salvo el que la gente sabe que existe", dijo Morales, presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu).
En entrevista con IPS, el dirigente calificó la nueva legislación como un gran paso, pese a aspectos que considera insuficientes, como el de omitir temas de interés para los consumidores supuestamente ya normados por otras leyes.
Según datos de la oficina regional para América Latina y el Caribe de Consumers International (CI), con sede en Santiago, Chile se convirtió en al décimo cuarto país de la región que cuenta con una ley que reconoce los derechos de los consumidores.
CI, la mayor organización no gubernamental mundial de grupos de consumidores, destaca que en siete naciones de América Latina y el Caribe estos derechos fueron incorporados en los últimos años en sus respectivas Constituciones.
En Chile, según Morales, convergieron en los últimos años varios factores que posibilitaron la creación de Odecu, como la propia presencia en el país de CI y el interés del gubernamental Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).
El tema de la defensa de los consumidores ganó terreno en el país con el restablecimiento de la democracia desde 1990 y se espera un nuevo gran impulso a su tratamiento con la celebración en Santiago del Congreso Mundial de CI, en noviembre próximo.
"Lo más importante es el carácter fundacional de la ley en la legislación chilena, ya que antes no existía el consumidor como tal, dotado de derechos, como está establecido claramente ahora", subrayó el presidente de Odecu.
Esto permite esperar que en el futuro se construirá un cuerpo legal más avanzado, pero para ello será necesario que los consumidores ganen conciencia y que su organización alcance un carácter realmente masivo, agregó Morales.
Odecu, que es la mayor agrupación de consumidores en Chile, tiene 270 miembros debidamente inscritos, aunque su radio de trabajo se extiende a 400 personas y su meta en el corto plazo es contar con unos mil activistas voluntarios.
"Solamente vamos a tener una organización de consumidores poderosa si tenemos una organización masiva. Para que esta organización sea masiva, debe ser absolutamente independiente y queremos constituirnos en un movimiento muy confiable y profesional", puntualizó el dirigente.
Es por ello que Odecu está poniendo el acento en cursos de capacitación, "dando charlas, contestando preguntas y preparando a los consumidores chilenos para que enfrenten esta ley de manera consciente, adecuada, y sean capaces de hacerla valer", añadió.
Odecu insiste en sus cartillas en la necesidad de agruparse y no caer en la "dinámica perjudicial" de reclamos personales y aislados, previstos por la ley, que tuvo precisamente entre los puntos polémicos de su tramitación el de las organizaciones de consumidores.
Los gremios empresariales fueron los más opuestos a medidas de estímulo a la creación de asociaciones de consumidores y la ley despachada finalmente por el Parlamento recogió en alguna medida los reparos de comerciantes e industriales.
Morales considera justo y obvio que se prohiban aportes de fondos privados a los grupos de consumidores, pero plantea que la ley pudo incluir la idea de crear fondos de ayuda para proyectos, a los cuales pudieran concursar las organizaciones.
Con la actual ley, las asociaciones de consumidores tienen como únicos medios de financiamiento las cuotas de sus miembros y eventualmente el acceso a proyectos de cooperación internacional.
Entre las aspiraciones inmediatas de Odecu está la de contar con equipos estables de profesionales para estudios de investigación en áreas de interés, como la utilidad de los bienes y la publicidad engañosa, por ejemplo.
La difusión es otro frente fundamental para el crecimiento de las incipientes organizaciones de consumidores, entregando al público "información imparcial en cuanto a productos, precios, calidad, costos y riesgos de endeudamiento", indicó Morales.
El endeudamiento a través de los sistemas crediticios propios de las llamadas multitiendas es tal vez uno de los problemas fundamentales de los consumidores en Chile, de acuerdo a opiniones recogidas por IPS.
Silvia Arias, una contadora auditora de 55 años, denunció la negativa durante tres semanas de un establecimiento a cambiarle unos pantalones comprados, pese a lo cual en ese tiempo le cobraron intereses y multas por "mora en el pago".
"Quizás ahora cambie la situación (con la ley)", comentó Arias, en tanto Ingrid Sariego, una secretaria administrativa de 45 años, relató que gracias a la nueva normativa logró que se le devolviera el dinero por una olla defectuosa "que a los cinco meses de uso se llenó de agujeros".
Menos suerte tuvo Verónica Barrera (28 años), una modesta ama de casa que compró a crédito el mobiliario para su sala de estar y debió reprogramar la deuda cuando su esposo perdió el trabajo, lo cual le ha significado pagar ya el triple del precio original con intereses que continúan subiendo.
La Ley de Derechos del Consumidor debería ser un instrumento para combatir el consumismo y los desequilibrios que esta práctica crea en el mercado en perjuicio de los más pobres, señaló Morales.
Odecu se propone trabajar con el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, dependencia del gobierno que atiende a los estratos de extrema pobreza, y también llevar a cabo con el Ministerio de Salud un programa preventivo sobre toxicología en el hogar.
Otro aspecto muy importante para Morales está en la necesidad de operar con la nueva ley como una efectiva herramienta de protección de los consumidores por la dimensión estratégica que asume el consumo para un desarrollo sustentable en Chile.
"Si los consumidores no hacemos fuerza para que los proveedores sean rigurosos en el cumplimiento de la ley o en los estándares de calidad a que se comprometen, es evidente que Chile pierde, porque no se avanza en las exportaciones ni en la imagen del país", advirtió. (FIN/IPS/ggr/dg/hd-if/97