española Iberdrola adquirió hoy la brasilera Compañía Eléctrica de Bahía (COELBA).
La oferta ganadora fue de 1.730,9 millones de reales (1.600 millones de dólares), cuando el gobierno estadual Bahía había pedido un mínimo de 975,8 millones por la venta de 65,6 por ciento de las acciones de la empresa.
Iberdrola se asoció al fondo de pensiones Previ y a la BB Distribuidora de Títulos, ambos dependientes del estatal Banco de Brasil, la mayor institución financiera del país.
El mercado esperaba un sobreprecio de 30 a 40 por ciento, pero llegó a casi el doble.
El triunfo de la empresa española también sorprendió a los expertos, ya que competía con otras 40 firmas, entre las cuales había 12 extranjeras y grandes empresas brasileñas con experiencia en distribución eléctrica.
Seis consorcios se organizaron en la disputa, encabezados por fuertes operadoras del sector, como las estadounidenses Florida Power, CMS Energy y CSW y la francesa Electricité de France.
También intervinieron empresas de Chile, Portugal, otra de España (Endesa).
La COELBA es una de las mejores distribuidoras de electricidad de Brasil y tiene una potencialidad de crecimiento de entre cinco y seis por ciento al año.
La firma distribuye 56 por ciento de la energía eléctrica consumida en Bahía, principalmente la residencial. Tiene 4.744 funcionarios, luego de una reducción de 35 por ciento del personal existente en 1991.
En 1996 COELBA obtuvo cerca de 640 millones de dólares en ingresos, con casi 10 por ciento de utilidades. Su patrimonio es estimado en unos 1.500 millones de dólares.
Con esta privatización, la cuarta de una gran distribuidora, Brasil avanza en la desestatización del sector eléctrico, mientras el gobierno y el Congreso aún discuten cómo se organizará la infraestructura energética del futuro, que deberá ser coordinada y normatizada por una agencia sectorial.
La venta de las distribuidoras y generadoras de electricidad llevaría a las arcas del Estado 50.000 millones de dólares, estimaron los ministerios de Planificación y Minas y Energía.
Entre las firmas a privatizar figuran empresas gigantescas como la Compañía Energética de Sao Paulo, Furnas, y otras generadoras que abastecen a grandes regiones brasileñas, además de numerosas centrales hidroeléctricas cuya construcción fue interrumpida por falta de recursos estatales.
Ya habían sido enajenadas dos distribuidoras en el estado de Rio de Janeiro -Light y Compañía de Electricidad de Rio de Janeiro, adquiridas por empresas de Chile, Francia y Estados Unidos- y otra del estado de Espiritu Santo, también en la costa este de Brasil.
Actualmente se desarrolla el proceso de privatización de la explotación de telefonía celular, que debería provocar ingresos superiores a los 7.000 millones de dólares.
La concesión para el área metropolitana de Sao Paulo alcanzó un precio de 2.450 millones de dólares, 341 por ciento más que el mínimo fijado por el gobierno.
A partir de 1998, el Ministerio de Comunicaciones espera traspasar al sector privado la "banda A" de telefonía celular, que compite con los nuevos concesionarios, y sus 28 empresas que operan las telecomunicaciones en Brasil. (FIN/IPS/mo/dg/if/97
