Bolivia y Brasil iniciarán esta semana la construcción de un gasoducto de 3.150 kilómetros, que transportará ocho millones de metros cúbicos diarios de gas natural para mover la gigantesca industria de Sao Paulo.
El proyecto arrancará este viernes en la ciudad boliviana de Puerto Suárez, en la frontera con Brasil, con un acto en el que participarán los presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil.
El gasoducto de 32 pulgadas de diámetro, que se construirá en 28 meses, tendrá una extensión de 557 kilómetros en el lado boliviano entre Río Grande y Puerto Suárez, y de 2.593 kilómetros en el lado brasileño, entre la fronteriza Corumbá y los estados de San Pablo, Río Grande del Sur y Santa Catarina.
El costo total de la tubería será de 1.800 millones de dólares, 460 millones en el lado boliviano y 1.340 millones en el brasileño. Aunque tendrá una capacidad de transporte de 30 millones de metros cúbicos de gas natural por día, en principio soló llevará ocho millones.
A partir del quinto año de operación, aumentará progresivamente el volumen hasta llegar a la máxima capacidad.
"La exportación de gas natural a Brasil va a cambiar la economía boliviana, no va a haber más déficit comercial con ese país, y va a generar empleo y actividad económica", dijo Sánchez de Lozada, quien el 6 de agosto entregará el gobierno al ex dictador Hugo Banzer.
Cuando el presidente dice que este proyecto cambiará la economía boliviana se refiere al enorme impacto que tendrá la construcción del gasoducto con una participación del 0,54 por ciento en el producto interno bruto (PIB) en 1997.
En 1988, esa participación en el PIB crecerá a 1,21 por ciento, en tanto que desde 1999 la exportación de gas natural tendrá una contribución adicional de 1,41 por ciento, según un estudio de la gubernamental Unidad de Análisis de Políticas Económicas (UDAPE).
Sólo la construcción del gasoducto en el tramo boliviano generará 7.300 empleos en tres años, estiman autoridades del sector económico.
Según UDAPE, la venta de gas natural a Brasil generará a Bolivia un ingreso anual variable entre 100 y 500 millones de dólares, que representarán aproximadamente el 24 por ciento del total de exportaciones bolivianas para el año 2003.
La propiedad del gasoducto será compartido. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y su socia norteamericana Enron tendrán una participación de 85 por ciento en el lado boliviano y 20 por ciento en el brasileño.
En tanto, la brasileña Petrobras y su socia BTB -integrada por BHP-Tenneco y British Gas- tendrán una participación del 15 por ciento en el lado boliviano y 80 por ciento en el brasileño.
El ambicioso proyecto ha generado gran expectativa en Sao Paulo, el mayor centro industrial de América Latina y uno de los más grandes del mundo, y en los estados del sur de Brasil, según informes del gobierno de ese país.
"El mercado ya está listo. Las noticias que salen de Brasil dan cuenta de una demanda que no solamente proviene del sector industrial, sino también de las centrales eléctricas", comentó Paulo Roberto Amora, un diplomático brasileño acreditado en Bolivia.
La venta de gas natural a Brasil concretará el sueño boliviano de convertirse en uno de los prinicales ejes de la integración energética del cono sur de América. Bolivia vende gas natural a Argentina desde hace 24 años y lo hará a Brasil por más de 20 años.
Bolivia tiene 4,2 billones de pies cúbicos de reservas probadas de gas natural, 1,8 billones de pies cúbicos de reservas probables y 2,1 billones de reservas posibles, según UDAPE. (FIN/IPS/jcr/ag/if/97