El verano boreal es en Estados Unidos la temporada de estrenos de películas de acción realizadas con poca inteligencia y abundantes explosiones y muertes. Pero el género se vio trastornado este año con la nueva película de John Woo, director nacido en Hong Kong.
"Face/Off" (juego de palabras que significa cambio de rostro y enfrentamiento), distribuida por Paramount, se distingue por su idea central. Un heroico agente del gobierno, Sean Archer, y un terrorista demente, Castor Troy, intercambian sus rostros e identidades mediante tecnología láser.
Para muchos directores de Hollywood, el cambio, que lleva a que Nicholas Cage y John Travolta intercambien los papeles antagónicos al principio de la película, sería la base para unos cuantos chistes malos sobre confusión de identidades, pero poco más.
Pero Woo, director de filmes de acción realizados en Hong Kong como "A Better Tomorrow" ("Un Mañana Mejor") y "The Killer" ("El Asesino"), tiene algo más profundo en mente: un cuento de moralidad casi taoísta sobre la relación entre el bien y el mal.
La oscura visión de Woo está jalonada con imágenes explícitas del cristianismo. Palomas blancas revolotean por una iglesia desierta justo antes de que se desencadene una escena de violencia, mientras crucifijos y coros religiosos parecen surgir de la nada.
Woo convierte a "Face/Off" en un singular mundo del revés, al igual que en sus filmes de Hong Kong, en los que caracterizó a Chow Yun-Fat como un villano que solía ser más noble que las figuras de autoridad que se le oponían. El bien y el mal están separados del mundo habitual de policías y ladrones.
Sean Archer aprende la lección poco después de que se ofrece como voluntario para adquirir el rostro de Castor Troy de manera que pueda infiltrarse en un grupo para descubrir la ubicación de una bomba.
Pronto, Archer, protagonizado por un Cage emocionalmente entumecido, es atormentado por los guardias en una prisión secreta de máxima seguridad. Castor Troy (un Travolta con una comicidad maniática), a su vez, roba el rostro de Archer.
Archer escapa de la prisión sólo después de matar a la mayor parte de los sádicos guardias y termina huyendo de agentes del FBI de propensos al gatillo fácil.
Pocas veces un filme de acción estadounidense retrató a agentes del FBI en una actitud tan perversa, a menudo envueltos en ropas negras típicas de las tropas de asalto mientras disparan contra delincuentes y niños por igual.
De repente, Archer aprende que muchos de los criminales a los que persigue, entre ellos Gina Gershon como madre sacrificada enamorada de Troy, son personas nobles, con sus propios códigos de honor.
Gershon, por ejemplo, adora a su hijo quien, quizás en el momento más extraño de la película, se interna con inocencia en un turbulento tiroteo mientras, se escucha a través de sus auriculares la canción del film "El Mago de Oz", "Somewhere Over the Rainbow" ("En algún lugar tras el arcoiris").
Castor también es fiel a su hermano, demente como él, llamado Pollux (Alessandro Nivola), en irónica referencia a los héroes de la mitología griega. Archer, quien llora a su hijo asesinado, tiene la intención de tratar a sus recientes amigos criminales con la misma fidelidad que ellos le demuestran.
En la misma medida, Troy, en el lugar de Archer, se divierte subvirtiendo la tranquila vida suburbana de su contrincante y su dedicación al cumplimiento de la ley.
Los guionistas Mike Webb y Michael Colleary también disfrutan al trastornar la imagen habitual de "buen tipo" que tiene Travolta, como cuando dice "esta nariz, esta ridícula barbilla", burlándose de su nueva cara.
El extraño drama psicológico en el que se convierte 'Face/Off' en la mitad de su argumento confunde al público, que no sabe a quién tiene que aplaudir.
Pero, como toda película de Hollywood, esta también se convierte en una atracción de multitudes al final, con decenas de muertes estilizadas, hectáreas de vidrio pulverizado, una antológica persecución en barco y, huelga decirlo, el retorno de buenos y malos a sus lugares tradicionales.
Con todas sus peculiaridades, Face/Off se presenta en un verano inundado de películas de suspenso como el nuevo film de "Batman" o "Con Air", también con Cage.
Pero Woo, que afirma disfrutar su trabajo en Estados Unidos y no tiene intención de volver a Hong Kong, por primera vez puso su singular toque operático al sangriento género de acción de Estados Unidos.
Tras años de ser la inspiración de directores como Quentin Tarantino y Robert Rodríguez, ahora John Woo también se siente como en casa en Hollywood. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq-mj/cr/97