La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) emitirá este viernes una "declaración de condena moral" contra la impunidad que rodea a los casos de asesinatos de periodistas cometidos en el hemisferio en los últimos años.
El texto será adoptado al término de la conferencia hemisférica sobre "Crímenes sin castigo contra periodistas" organizada en Guatemala por la SIP y que fue inaugurada oficialmente este jueves por el presidente del país centroamericano Alvaro Arzú.
También se adoptarán recomendaciones a gobiernos, así como un Plan de Acción Institucional.
En el encuentro se presentarán los resultados sobre la investigación de la desaparición y muerte de seis periodistas latinoamericanos en México, Colombia y Guatemala que continúan impunes.
Los testigos que el jueves y viernes comparecerán ante cuarenta notables del continente americano en un "juicio simbólico" a la impunidad aportarán nuevos datos acerca de los seis crímenes sobre los cuales emitirán una "condena moral".
La reunión se inició este miércoles con un llamado a no permitir que la memoria de los caídos en el ejercicio del periodismo quede en el olvido.
El ex presidente de Colombia y actual secretario general de la Organización de Estados Americanos César Gaviria señaló la necesidad de asegurar el libre ejercicio de la libertad de expresión y de prensa y la integridad física de quienes ejercen el periodismo.
Gaviria reconoció que la prensa latinoamericana vive tiempos "difíciles" debido a resabios de los regímenes autoritarios, al auge del crimen organizado y al resurgimiento del terrorismo.
La presidenta del comité anfitrión de la SIP, Teresa Zarco, copropietaria del influyente diario guatemalteco Prensa Libre, destacó "la apatía política de los tiempos" actuales, donde la impunidad campea.
"Se teme investigar los crímenes porque se teme que de encontrar a los culpables no se tenga el valor de sancionarlos", dijo.
En Guatemala, como en otros países, no ha existido la voluntad política para llevar las investigaciones hasta sus últimas consecuencias, "actitud que puede ser explicada porque en gran parte es el Estado el principal sospechoso".
En el caso de los guatemaltecos Irma Flaquer y Jorge Carpio, asesinados en 1980 y 1993 respectivamente, sus familiares rememorarán los hechos que rodearon sus asesinatos.
La colombiana Ana Arana expondrá a su vez acerca de la relación entre el narcotráfico y el poder político y judicial en su país, que impide el esclarecimiento de los asesinatos de Guillermo Cano, ocurrido en 1986, y de Carlos Lajud, en 1993.
Por México, Norman Navarro revelará los resultados de las investigaciones que ha efectuado sobre los asesinatos de sus compatriotas Manuel Oropeza y Héctor Félix Miranda.
Marta Carpio, viuda del periodista y propietario del diario El Gráfico de Guatemala, dijo que esperaba que las recomendaciones de la conferencia de la SIP agilicen el proceso legal por la muerte de su esposo y se puedan deducir responsabilidades penales.
Carpio fue asesinado el 3 de julio de 1993 en el noroccidental departamento de Quiché cuando gobernaba el país su primo hermano, Ramiro de León Carpio.
Los asesinos, presuntos miembros de las paramilitares Patrullas de Autodefensa Civil, dispararon hasta dar muerte a Carpio y a dos de sus acompañantes.
Karen Fischer, nuera del periodista asesinado y dirigente de la organización humanitaria Alianza Contra la Impunidad, dijo a IPS que ese grupo rechaza que el ex presidente De León Carpio integre la Comisión de Notables que investigará los asesinatos.
Según Fischer, el ex mandatario no tiene autoridad moral para participar en una comisión de ese tipo, ya que "encubrió a los autores intelectuales" del asesinato del periodista.
La mayor controversia se ha dado en el caso de Irma Flaquer. Un ex guerrillero sostiene que las responsables del crimen fueron las Fuerzas Armadas Rebeldes, una de las cuatro organizaciones que integraban la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca antes de la firma de la paz el pasado 29 de diciembre.
Sin embargo, los familiares de la periodista afirman que Flaquer fue muerta por el ejército.
"Estoy segura en un 99 por ciento que no fue la guerrilla sino las fuerzas de seguridad del Estado las que la secuestraron", dijo Anabella Flaquer, hermana de Irma. (FIN/IPS/cz/dg/ip-cr-hd/97
