Todos los caminos del comercio internacional de maderas llevan a la Amazonia, amenazando al mundo con graves consecuencias ambientales.
Las maderas tienen un mercado global de 400.000 millones de dólares al año. Su comercio internacional alcanza 114.000 millones de dólares, según Jag Maini, coordinador del Panel Intergubernamental sobre Bosques de Naciones Unidas.
Las exportaciones de madera crecen anualmente sólo dos por ciento, menos que el flujo global. Pero la amenaza sobre la Amazonia, especialmente de Brasil, Guyana y Suriname, se debe principalmente al desplazamiento de las rutas del intercambio.
Con el agotamiento de los bosques del sudeste asiático, principal fuente de maderas tropicales hasta ahora, el blanco natural de la industria maderera pasa a ser amazónico.
El desplazamiento hacia el oeste pasa por encima de Africa, otra región potencialmente proveedora pero que enfrenta problemas de naturaleza variada, incluso guerras, para ofrecer un suministro seguro.
Las maderas tropicales responden por 20.000 a 22.000 millones de dólares de exportaciones anuales, poco menos de 20 por ciento del comercio mundial, estima Maini.
Por ahora, el intercambio maderero se hace mayoritariamente entre países ricos del Norte, en 80 por ciento.
"El consumo es directamente proporcional al ingreso per cápita", explicó Maini a IPS. Es así que un estadounidense consume varias veces más que un latinoamericano o chino.
Pero la tendencia es a un mayor aumento de la demanda por maderas tropicales, por "el cambio de paradigma cultural en relación a los bosques", que amplía la preservación en los países ricos, observaron expertos reunidos en Rio de Janeiro de lunes a miércoles en un taller sobre políticas forestales para la Amazonia.
Además el flujo comercial Sur-Sur, hasta ahora insignificante, tiende a ganar importancia, con países asiáticos pasando a importadores, especialmente China, con una fuerte demanda futura ante el rápido crecimiento económico del país y su gigantesca población, observó Antonio Carlos do Prado.
Director de Estudios sobre Desarrollo Sostenible del Ministerio del Medio Ambiente brasileño, Prado indicó que todos los desplazamientos de esa demanda comercial confluyen hacia la Amazonia.
Es así que Brasil, antes un exportador marginal, se está convertiendo en gran proveedor. Su participación en el comercio mundial de maderas tropicales, que se limitaba a uno por ciento hace diez años, pasó ahora a cuatro por ciento.
Más de la mitad de las exportaciones brasileñas, que ascendieron a 1.135 millones de dólares el año pasado, son de origen amazónica, observó el economista brasileño.
A eso se suma el mercado interno, cuya industria maderera es abastecida en 70 por ciento por materia prima amazónica, y cuyo consumo crece rápidamente desde la estabilización de la moneda brasileña en 1994, agregó.
Contra esa realidad económica son impotentes las protestas ambientalistas. Hay que buscar soluciones también económicas para abstecer ese mercado, "induciendo a formas sustentables", sentenció.
El gran problema que impide la sustentabilidad de la explotación de los bosques amazónicos es la total ineficiencia de su manejo actual. La informalidad domina la actividad extractiva, lo cual provoca daños innecesariamente elevados a los bosques, señaló Prado.
La producción maderera se hace con pérdidas 20 veces mayores que la agricultura, destacó a su vez Raimundo Deusdará Filho, secretario de Políticas y Normas del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil.
Por cada árbol aprovechado se destruyen otros 25, agregó Eduardo Martins, presidente del Instituto Brasileño de Medio Ambiente, órgano ejecutor de la política oficial.
"Se aprovechan sólo especies valiosas, el desperdicio es muy grande", observó Israel Klabin, presidente de la Fundación Brasileña para el Desarrollo Sostenible, organización no gubernamental que organizó el taller.
La madera sale de la Amazonia a precios muy bajos y así quedan pocos recursos financieros para un desarrollo, perpetuando la miseria.
La materia prima por la cual el extractor local recibe un dólar se convierte en 170 dólares en la venta al consumidor final en el exterior, estimó el Ministerio del Medio Ambiente.
El taller realizado en Rio aprobó recomendaciones para una estrategia que pueda impulsar el desarrollo forestal sustentable en la Amazonia brasileña.
Mayor participación de la sociedad en el control, agregar valor localmente a los productos, incrementar el manejo y tecnologías y desarrollar un cuadro legal adecuado fueron algunas de las sugerencias formuladas en el coloquio. (FIN/IPS/mo/dg/en/97