La vagancia y mendicidad de niños y adolescentes aumentó dramáticamente en Uruguay en los últimos años, situación que una organización no gubernamental (ONG) busca combatir con el respaldo de las Naciones Unidas y del gobierno de Italia.
Al comenzar el año próximo habrá en este país de 3,1 millones de habitantes cerca de 2.000 niños y niñas desaparecidos de su hogar, de acuerdo con proyecciones con base en estadísticas oficiales.
Los casos de niños de la calle y de los que faltan de su hogar correspondían mayoritariamente hasta hace unos años a barrios marginales de Montevideo, una ciudad que congrega a casi 45 por ciento de la población del país, pero se ha extendido al interior.
Veinticinco por ciento de los niños y niñas que abandonan su hogar en Montevideo no regresan, mientras la proporción aumenta a 42 por ciento de los casos tratándose del resto del país, de acuerdo con un informe del Ministerio del Interior.
Es de presumir que, en alto porcentaje, esos niños y adolescentes "desaparecidos" se incorporen al circuito de la delincuencia y la prostitución, alertó el diputado Daniel Corbo, del Partido Nacional, que integra la coalición de gobierno.
El aumento es vertiginoso y preocupante. Los casos fueron 98 en 1993 y 131 en 1994, y la cantidad llegó a 658 en 1996. En los primeros cuatro meses de este año se informó de 418 niñas y niños desaparecidos de su hogar y, de mantenerse esa progresión, a comienzos de 1998 habrá 2.000 niños desaparecidos, según el diario El País.
"Gurises (niños) Unidos", una ONG creada en 1989, considera que para combatir esta situación se debe abordar la problemática en forma directa y desde diversas áreas.
Para ello, Gurises Unidos desarrolla desde 1992 varios programas con el respaldo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del gobierno de Italia.
Con apoyo del FNUAP, Gurises Unidos logró que un grupo de adolescentes de zonas marginales en situación de riesgo asumieran una postura responsable frente a la sexualidad y la maternidad.
"Los embarazos no deseados generan un problema en el núcleo familiar que aumenta las dificultades y el empobrecimiento del mismo", destacó a IPS el médico Jorge Freyre, coordinador general de la ONG.
Mediante este programa se logró capacitar a varias adolescentes como "promotoras de salud", con tal nivel que algunas de ellas fueron invitadas como disertantes al Congreso Latinoamericano de Obstetricia y Ginecología por la Infancia realizado en Montevideo.
"Además, el Ministerio de Salud Pública las contrató para que actuén como promotoras de salud en el área de salud sexual y reproductiva en dos barrios de Montevideo", explicó el médico.
Con un segundo programa -que ha servido como ejemplo para otras organizaciones, por su metodología-, Gurises Unidos identifica a niños y adolescentes en las calles céntricas de Montevideo, que es donde se produce la mayor concentración.
Sin agresividad, y en forma progresiva, médicos, sociólogos y asistentes sociales que trabajan para la ONG se acercan a esos niños y niñas, ganan su confianza y luego comienzan un largo proceso para revertir sus hábitos, promover su higiene y facilitar su educación.
Así mismo, Gurises Unidos capacita a los adolescentes para su ingreso en el mercado laboral y para la comercialización de determinados productos que ellos mismos elaboran, una tarea que la ONG realiza conjuntamente con organizaciones del Estado y empresas privadas.
"El ingreso económico a través de su esfuerzo eleva su autoestima, que es uno de los elementos más bajos en los niños y adolescentes en esta situación", dijo Freyre.
Gurises Unidos lleva desde 1989 una ficha individual de cada niño englobado en los programas en curso y, según su evaluación, 80 por ciento de ellos se han integrado a propuestas educativas, laborales y deportivas.
La organización, que comenzó su tarea en el centro de la capital uruguaya, ha extendido su trabajo a los barrios y luego al interior del país.
Freyre explicó que se ha comprobado que el niño llega a la etapa de la calle luego de vivir en su barrio un proceso de "desprendimiento" que lo lleva a abandonarlo, porque no logra colmar sus expectativas.
Por esa razón, se han creado redes barriales con servicios específicos para la infancia y adolescencia.
Algunos estudios indican que los mayores problemas de vagancia en el interior del país se producen en los departamentos fronterizos con Argentina y Brasil, dos países en que la situación considerada es más grave que en Uruguay, informó el coordinador de Gurises Unidos.
Con base en esos estudios y el respaldo del gobierno de Italia, la ONG buscará implementar dos proyectos en el departamento de Paysandú, 400 kilómetros al noroeste de Montevideo y en Maldonado, 150 kilómetros al este de la capital.
En Maldonado, de fuerte turismo internacional en verano, se han comprobado altos índices de maltrato y abuso sexual de niños y niñas, según técnicos del lugar. (FIN/IPS/rr/ff/pr hd/97