TAILANDIA: El dinero sucio se adueña de la economía

Actividades ilegales como el narcotráfico, el proxenetismo y el juego representan entre seis y 25 por ciento de la economía de Tailandia merced a la corrupción de políticos y burócratas, afirmó un grupo de expertos.

Un ejemplo del poder de la economía ilegal es la peripecia del ex legislador Tanong Siripreechapong, un personaje poderoso hasta que fue remitido a Estados Unidos en 1991, donde se le sometió a juicio por tráfico de marihuana por más de 10 millones de dólares.

Tanong nació en una familia pobre de la provincia de Nakorn Panom, en el noreste de Tailandia, una de las zonas principales de cultivo de marihuana.

Su familia tenía un pequeño negocio de comercio de madera que luego cambió de ramo hacia los aparatos eléctricos. Después de graduarse de profesor, Tanong comenzó a comprar y vender mandioca.

Años más tarde, Tanong se había convertido en un magnate en su localidad. En 1981 poseía un hotel y 16 grandes tiendas. En menos de 10 años, sus bienes ascendían a 160 millones de dólares. Entonces, decidió competir por un asiento en el parlamento.

El gobierno de Estados Unidos aseguró que Tanong debe su riqueza al tráfico de marihuana, una actividad que comenzó a desarrollar cuando era un estudiante universitario.

Tanong no es el único político tailandés acusado de negocios ilegales y de comprar su escaño parlamentario. Los expertos afirman que el dinero procedente del mercado negro pagó el peaje de muchos dirigentes en el camino hacia el poder.

Un estudio sobre el circuito ilegal de la economía tailandesa confirma que funcionarios de la burocrácia y la política dirigieron o se involucraron en círculos criminales que tuvieron una participación importantísima en la economía del país asiático durante decenios.

Sungsit Piriyarangsan, director del Centro de Economía Política de la Universidad Chulalongkorn, en Bangkok, estimó que la economía ilegal entre 1993 y 1995 movió, en un cálculo conservador, entre 9.000 y 16.000 millones de dólares, o sea entre seis y diez por ciento del producto interno bruto.

Pero el estudio muestra apenas una parte, acotó el experto. La corrupción, tanto en el ámbito político como en la burocracia estatal, la tala ilegal de bosques, el contrabando fronterizo y algunas formas de juego no están incluidos en el estudio.

"Es posible que la economía subterránea constituya, en un análisis que abarque todos los negocios ilegales, 20 por ciento de la economía total del país", dijo Sungsit.

Apenas dos de las actividades ilegales que estudió el equipo de investigadores de Sungsit, las salas de juego y la lotería ilegal, tuvieron ganancias de alrededor de 10.400 millones de dólares en ese período e involucraron a 25 millones de personas.

La prostitución es la segunda más lucrativa entre las actividades analizadas, con 2.400 millones de dólares de beneficios, seguida por el narcotráfico, con 1.200 millones de dólares entre 1993 y 1995, agregaron los expertos.

Los vendedores de combustible en el mercado negro y los traficantes de armas se embolsaron cada uno casi 400 millones de dólares. El tráfico de trabajadores de Birmania a Tailandia, así como el de mujeres desde Tailandia hacia Japón reportó beneficios de entre 200 y 280 millones de dólares.

Sungsit dijo que estos negocios ilegales involucran a grandes cantidades de personas, entre 150.000 y 200.000 en las redes de proxenetas y siete millones en el tráfico de trabajadores.

Los negocios ilegales en Tailandia aumentaron su incidencia a medida que las dictaduras militares en el poder desde fines de los años 40 transferían su poder a políticos locales y burócratas en los 70.

Al mismo tiempo, la corrupción se diseminó desde Bangkok a todo el país, junto con el contrabando fronterizo, la tala ilegal de árboles y la prostitución.

El comienzo del crecimiento económico en los años 50 dio mayores oportunidades a los negocios ilegales. "La mayoría de los cabecillas locales nacieron en familias chinas inmigrantes. Comenzaron como empleados de empresarios locales y abrieron sus pequeños negocios después", explicó Sungsit.

"Cuando comenzaron a dedicarse a negocios ilegales que les daba mayores beneficios, se convirtieron en personajes influyentes en sus regiones. Algunos se unieron con burócratas corruptos y otros iniciaron una carrera política local y aun a nivel nacional", agregó.

El mercado negro también se aceita con la protección de altos burócratas y políticos. Los expertos afirman que la policía, por ejemplo, se embolsa más de 200 millones de dólares en sobornos de los delincuentes.

Las redes criminales cuentan con intrincadas redes con el fin de protegerse, mientras los organismos estatales de vigilancia carecen de la fuerza necesaria para combatirlas.

"Algunos legisladores han sido involucrados en diferentes negocios subterráneos como beneficiarios directos o líderes. Algunos son financistas" de estas pandillas, sostuvo Sungsit.

Los sobornos y gastos electorales de políticos corruptos se suman a los precios de productos y servicios como si fueran impuestos. "El costo de la corrupción tiene un tremendo impacto en la vida diaria, con negativas consecuencias en el desarrollo económico del país", afirmó.

Además, el juego ilegal tiene un efecto destructivo sobre la eficiencia de los trabajadores, según Sungsit. Las tres cuartas partes de los 1.300 obreros de una fábrica de Bangkok analizada en el estudio gastaban en total entre 34.000 y 40.000 dólares en loterías ilegales.

En 1995, el valor total de ese juego fue estimado en 13.000 millones de dólares, ocho por ciento del producto interno bruto.

"Los días en que se revelan los resultados de la lotería, la productividad cae", aseguró Sungsit. (FIN/IPS/tra-en/pd/js/mj/ip dv if/97

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