La vulnerabilidad estratégica de Singapur queda en evidencia cada vez que surge una guerra de palabras con Malasia, mientras los residentes de la rica ciudad-Estado recuerdan su dependencia no en términos militares sino hídricos.
La población de Singapur se abastece de agua proveniente de Malasia, y hace un uso más bien descuidado del recurso.
El gobierno de Singapur siempre está a la búsqueda de otras fuentes de agua, además de Malasia. Se están negociando acuerdos al respecto con Indonesia, y se analiza la inversión en la desalinización del agua marina.
Las autoridades aseguran que el acuerdo de suministro de agua con Kuala Lumpur es inviolable porque cuenta con la garantía de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Pero aconsejan a la población disminuir su consumo de agua para aprovechar el presupuesto familiar.
Cuando el árido Singapur se separó de Malasia en 1965, la pequeña nación se excluyó de los ricos recursos naturales de esta. Pero los dos países habían acordado la venta de agua a Singapur hasta el año 2061.
Los acuerdos bilaterales de 1961 y 1962 estipulan la transferencia diaria de 1.500 millones de litros de agua sin tratar desde el estado malasio de Johor a las reservas de Singapur.
Singapur, por su parte, devuelve 159 millones de litros de agua procesada a Malasia.
Otro acuerdo firmado en 1965 vincula legalmente a los otros dos pactos, por lo cual ninguno de los dos países puede revocarlos unilateralmente.
Un pacto firmado en 1988 establece que si el consumo de agua, y por tanto la importación, llega a aumentar en Singapur, la ciudad- Estado pagará la construcción de una represa y otras instalaciones nuevas.
"El agua no es sólo un producto más, es un recurso estratégico", dijo Chan Yoon Kum, director del Consejo de Empresas Públicas de Singapur (PUB), que firmara los dos primeros acuerdos con el gobierno estadual de Johor.
Un estudio del PUB reveló que los hogares consumen más agua que las industrias, 45,2 por ciento para bañarse y 21,4 por ciento para descargar la cisterna de los inodoros.
Chan afirmó que las campañas del PUB están concienciando al público sobre la importancia del agua, pero que el mensaje se olvida con el tiempo.
Las autoridades de Singapur no están satisfechas con la dependencia hídrica de la ciudad-Estado.
El agua es utilizada constantemente por Malasia como instrumento político contra Singapur.
Durante un conflicto bilateral desencadenado por la descripción que hiciera el ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, de Johor como un lugar infectado por la delincuencia, políticos y dirigentes juveniles malasios exigieron que se reconsideraran los acuerdos con la ciudad-Estado.
"Solicitamos al gobierno que reconsidere los acuerdos (de agua y espacio aéreo) con Singapur, ya que el servicio que prestó Malasia ha sido malinterpretado por la ciudad-Estado", dijo Ahmad Zamid Hamidi, líder juvenil del partido gobernante Organización Nacional de Malasios Unidos.
Singapur no pasa por alto este tipo de declaraciones. "Quiero asegurar al pueblo de Singapur que el gobierno tiene como prioridad la seguridad a largo plazo de nuestras reservas de agua", dijo el presidente Ong Teng Cheong en la reciente sesión de apertura del Parlamento.
El gobierno considera varias soluciones y todas implican grandes desembolsos financieros que aumentarían el precio del agua. En el 2000, las tarifas aumentarán 2,7 veces para los usuarios de bajo consumo.
El gobierno está en contacto con consultoras extranjeras con la esperanza de que una planta de desalinización de agua marina, a un costo de mil millones de dólares, esté pronta para el año 2003.
"El PUB lleva a cabo un estudio de factibilidad para construir la planta de desalinización. Si el resultado es positivo, entonces construiremos una planta experimental", dijo Chan.
Chan agregó que Singapur, junto con Indonesia, está desarrollando recursos hídricos en la isla de Bintan y Sumatra, "para nuestro beneficio mutuo". Se estima que se obtendrán 4.500 millones de litros diarios de agua de las fuentes indonesias.
Una propuesta sugiere la construcción de un túnel subterráneo para almacenar el agua importada. Otra propone encerrar los mares en torno de Singapur para transformarlos en una gran cuenca receptora de agua.
"Sobreviviremos. Quizá tengamos que pagar más por el agua en el futuro, pero sobreviviremos", dijo un ministro de Singapur. (FIN/IPS/tra-en/cp/js/aq-lp/en/97