SIERRA LEONA: Soldados y rebeldes unidos contra Nigeria

Desde que el ejército de Sierra Leona derrocó hace dos semanas al incipiente régimen democrático, el único aliado que pudo encontrar fue el propio grupo rebelde contra el que luchaba.

La situación no sorprendió a los campesinos, quienes siempre sostuvieron que el rebelde Frente Revolucionario Unido (RUF) y las fuerzas armadas de Sierra Leona pertenecían al mismo bando.

Los campesinos fueron las principales víctimas de una guerra civil iniciada en 1991, interrumpida en 1996 con un acuerdo de paz y reanudada a comienzos de este año.

Miles de habitantes rurales fueron torturados y asesinados por bandas de hombres armados, vestidos en uniforme y camisetas y conocidos como "sobels", que significa "soldados-rebeldes".

"A veces decían que eran del RUF, y otras veces que eran del ejército", declaró una mujer entrevistada en un enorme campamento para personas desplazadas cercano a la localidad de Bo.

La mujer, que tenía la cara marcada con quemaduras, sostuvo que fue sacada de su aldea, la cual fue destruida, y obligada a servir en una unidad "sobel" durante nueve meses.

Pese a la cantidad de historias similares, pocos esperaban que las partes rivales de la guerra se unieran oficialmente contra el gobierno civil.

A comienzos de este año, el ejército entregó el poder a un gobierno electo democráticamente, y el pasado noviembre el nuevo presidente civil, Ahmed Tejan Kabbah, y el líder rebelde Foday Sankoh firmaron un acuerdo de paz.

Aun cuando se inició el golpe de Estado, el pasado 25 de mayo, parecía destinado al fracaso. "Esto pasará muy pronto", auguró el presidente expulsado un par de días después de huir a la vecina Guinea.

La sublevación militar se inició cuando un grupo de oficiales se dirigió a la prisión de máxima seguridad y liberó al mayor Johnny Paul Koroma, en juicio por una anterior conspiración golpista. Los oficiales también liberaron a los otros 700 presos, muchos de los cuales habían cometido crímenes violentos.

El golpe fue condenado internacionalmente, y las fuerzas nigerianas estacionadas en Sierra Leona -supuestamente para ayudar al ejército a combatir a los rebeldes- prometieron restaurar rápidamente la democracia.

Pero con todos contra él, Koroma, el nuevo presidente, llamó a los rebeldes a unírsele. El líder rebelde Foday Sankoh, que estaba detenido en Nigeria desde marzo, aprobó la idea en una conversación telefónica transmitida por la BBC, y por primera vez los rebeldes entraron por miles en Freetown, la capital.

"Ahora ni siquiera vemos soldados en las calles", manifestó una activista civil que solicitó reserva. "Son todos del RUF", afirmó.

La mayoría son muy jóvenes y desmelenados y es difícil diferenciarlos de los soldados, miles de los cuales fueron reclutados apresuradamente sin entrenamiento ni uniformes adecuados, supuestamente para combatir a los rebeldes.

De repente, Freetown se convirtió "en un lugar muy peligroso, con grupos de adolescentes de 13 años fuera de control", expresó Anne Wright, una diplomática que se encontraba entre los 440 estadounidenses evacuados junto con 2.000 ciudadanos de otros países.

Fuertemente armados, los adolescentes son vistos frecuentementes fumando marihuana en repentinos bloqueos de calles, donde detienen y catean civiles. Muchos se alojaron en casas que fueron abandonadas tras ser saqueadas.

La semana pasada, Nigeria comenzó a bombardear la capital en lo que pareció el comienzo de una invasión, pero fuerzas combinadas del ejército y los rebeldes reaccionaron rápidamente y el combate cesó.

Sin embargo, ECOMOG, la fuerza de mantenimiento de la paz de Africa occidental encabezada por Nigeria, continúa enviando tropas a Sierra Leona, y muchos temen una nueva invasión.

Muchos habitantes de la capital huyeron en diversas direcciones, algunos hacia la vecina Liberia y otros hacia localidades del interior.

Miles se habrían unido a milicias de defensa civil llamadas "kamajores" y "kapras", formadas en base a comunidades tradicionales de cazadores que en el pasado defendieron civiles de los ataques de soldados y rebeldes.

Pero los militares afirman que una de las razones del golpe fueron justamente esas milicias, ya que el depuesto presidente civil las favoreció sobre el ejército, lo cual fue considerado inconstitucional por los oficiales.

Kabbah "ofreció apoyo logístico a los kamajores, olvidando totalmente al ejército", se quejó el mayor Koroma en una declaración tras asumir el poder.

Ahora, con el ejército y los rebeldes unidos en un ejército popular, "la guerra terminó", declaró Koroma en una radio local, advirtiendo que "el retorno al régimen civil destruiría la paz".

Koroma también anuló las elecciones del año pasado, argumentando que fueron realizadas antes del fin de la guerra y excluyeron a los rebeldes.

Fuentes cercanas a la nueva junta habrían dicho esta semana que los líderes militares dejarían el poder si se les pagara 46 millones de dólares, una demanda que probablemente no será aceptada.

Los civiles, temerorosos de un nuevo ataque de Nigeria, están divididos sobre el camino a seguir. "La realidad es que los 'sobels' están aquí y tendremos que trabajar con ellos", dijo un habitante de Freetown.

El apoyo al presidente derrocado disminuyó desde que respaldó la intervención "para restaurar la democracia" del gobierno de Nigeria, el cual llegó al poder mediante un golpe militar y encarceló al presunto ganador de las elecciones presidenciales.

Pero la población aún teme al llamado "ejército popular". Los comercios permanecen cerrados y los empleados públicos no han vuelto a su trabajo, mientras los peores criminales del país andan sueltos, algunos atancado las casas de los jueces que los sentenciaron.

También se reportaron tensiones dentro de la nueva alianza de soldados y rebeldes, y esta semana aún se oían disparos en la capital.

"No necesitamos una intervención militar, sino una intervención divina", manifestó un civil de Freetown. (FIN/IPS/tra-en/dh/kb/ml/ip/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe