ONU: Mary Robinson será la nueva comisionada de Derechos Humanos

La designación hoy de Mary Robinson, presidenta de Irlanda, como titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos fue bienvenida por activistas desilusionados con la actuación de su predecesor, José Ayala Lasso.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, anunció este jueves el nombramiento de Robinson y consideró su puesto como uno de los más importantes del sistema del foro mundial.

Robinson había sido considerada en los últimos meses como la principal candidata al cargo, que quedó vacante a comienzos de este año cuando Ayala Lasso retornó a su nativo Ecuador para hacerse cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El mandato de Robinson como presidenta de Irlanda se extiende hasta diciembre. "Sé que es una presidenta en ejercicio", admitió Annan, pero expresó su confianza en que pueda abandonar la presidencia anticipadamente.

"Sería preferible si ella pudiera asumir su nueva función antes del comienzo de las sesiones de la Asamblea General", que se reúne a fines de septiembre, manifestó el secretario general.

La designación de Robinson era esperada por muchos defensores de los derechos humanos desde que el cargo fue creado en 1993 por la Asamblea General tras la Conferencia sobre Derechos Humanos, realizada en Viena.

Muchos funcionarios de la ONU creen que Robinson es la persona indicada para colocar el tema de los derechos humanos en el centro de interés del foro mundial, luego de lo que consideran tres deslucidos años de mandato de Ayala Lasso.

"Estamos muy complacidos con esta elección, porque se trata de una profesional de los derechos humanos, que ha escrito y hablado acertadamente sobre el tema", expresó a IPS Joanna Weschler, representante ante la ONU del grupo Human Rights Watch.

Tanto Robinson como su principal rival para el cargo en los últimos meses, Sonia Picado, embajadora de Costa Rica en Washington, lograron dar voz efectivamente a las preocupaciones sobre los derechos humanos, señaló Andrew Clapham, portavoz de Amnistía Internacional.

Amnistía destacó en un reciente informe la necesidad de ampliar el debate sobre los derechos humanos hacia todo el sistema de la ONU, en lugar de mantenerlo "marginado dentro del pequeño espacio que se le brinda en la organización".

Aunque el informe destaca el papel de Ayala Lasso como "diplomático viajero", critica el "abismo entre las expectativas creadas y la concreción de medidas" durante su ejercicio.

"Los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas no fueron apoyados adecuadamente", mientras "los derechos económicos, sociales y culturales fueron motivo de mucha retórica gubernamental, pero la ONU nunca los abordó adecuadamente", sostiene el informe.

La propia Robinson criticó el papel de la ONU en materia de derechos humanos tras el genocidio de hasta un millón de ruandeses, entre abril y junio de 1994.

Poco después, hablando a periodistas en la sede de la ONU, Robinson enfatizó la necesidad de que el foro mundial se pronuncie contra las masacres y ayude a encontrar y juzgar a los culpables.

La preocupación de Robinson sobre Ruanda, así como sus esfuerzos en favor del juzgamiento de los criminales de guerra en ese país y en la antigua Yugoslavia, reflejan su propia carrera como defensora de los derechos humanos.

Desde 1987 hasta que asumió la presidencia en 1990, Robinson fue miembro de la Comisión Internacional de Juristas, con sede en Ginebra, al igual que la Comisión de Derechos Humanos.

Todos estos factores la convierten, al decir de un activista, en la persona "con las agallas suficientes para promover efectivamente desde su cargo la causa de los derechos humanos". (FIN/IPS/tra-en/fah/jl/ml/hd/97

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