Gran Bretaña está retirando sus operaciones de inteligencia militar y política de Hong Kong, pero los analistas consideran que el traspaso del territorio no minimizará su papel como centro de actividades de espionaje occidental en Asia.
Hong Kong es uno de los principales puestos avanzados de espionaje de Gran Bretaña, pero la saliente potencia colonial no es la única que tiene importantes operaciones de inteligencia en el territorio, que pasará a manos de China en la medianoche del próximo 30 de junio.
Desde que los comunistas asumieron el poder en China en 1949, anunciando períodos de aislamiento de Occidente, Hong Kong ha sido el principal puesto de espionaje para países asiáticos y occidentales que intentan descifrar los secretos de la gigante comunista.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Taiwan tienen importantes operaciones de inteligencia en Hong Kong, afirmó Xu Jiatun, quien fue director de la agencia de noticias Nueva China -consulado de hecho de Beijing en el territorio- hasta su deserción y partida hacia Estados Unidos en 1990.
China tenía hasta 6.000 agentes en Hong Kong en la década de 1980, sostuvo Xu en sus memorias.
"Existe una relación directa entre las actividades extranjeras de inteligencia en Hong Kong y la intención de subvertir la autoridad China", aseveró.
"Ningún gobierno extranjero abandonará sus operaciones en Hong Kong" y "tenemos que admitir que existen", declaró Xu en una reciente entrevista con la revista The Nineties.
La información recogida por espías británicos en Hong Kong era transmitida rutinariamente a Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Canadá en operaciones conjuntas de inteligencia, aunque Gran Bretaña se quedaba con el grueso de la información, especialmente los secretos comerciales.
Actualmente, Gran Bretaña tiene vínculos particularmente estrechos con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, que controla las comunicaciones electromagnéticas por medios como faxes, teléfonos, redes de fibra óptica, redes de computadoras, sistemas satelitales y celulares.
"Las relaciones de GCHQ (la agencia británica de escucha clandestina establecida en Hong Kong en 1977) con la NSA siguen siendo tan estrechas que algunos expertos creen que sería más realista hablar de 'agencias mundiales' que de servicios nacionales de inteligencia", afirmó Phillip Knightly, autor de varios libros sobre espionaje.
Algunos analistas sostienen que sólo una pequeña parte del personal de GCHQ permanecerá en Hong Kong en el consulado británico, que será uno de los más grandes en el mundo luego del traspaso.
Un reciente artículo publicado en el diario londinense The Times afirmó que agentes británicos con experiencia en asuntos chinos se trasladaron a embajadas británicas en Corea del Sur, Tailandia y Malasia, que tradicionalmente han controlado a China debido a su historial anticomunista.
Por otra parte, fuentes de inteligencia sostienen que numerosos agentes permanecerán en Hong Kong, especialmente en importantes instituciones comerciales y financieras.
El hecho refleja la conversión de Gran Bretaña -aunque no necesariamente de Asia o de Washington- del espionaje político y militar al espionaje económico y comercial, ya que las compañías británicas, que son algunas de los más importantes inversores en China, utilizan a Hong Kong como trampolín.
Mientras Gran Bretaña retira al menos la parte visible de sus operaciones de inteligencia, otros países intentan volverlas más transparentes.
Estados Unidos está negociando para que su oficina de enlace de defensa continúe en funcionamiento en Hong Kong. El personal de dicha oficina, establecida en el consulado estadounidense, analiza información sobre las fuerzas armadas chinas.
"El cambio de soberanía es difícil para nosotros", explicó un funcionario de enlace de defensa de un país europeo.
"Antes trabajábamos bajo la protección de uno de nuestros aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), pero ahora tendremos que hacerlo bajo las narices de un país no aliado", agregó.
"Después del 30 de junio tendremos que trabajar delante de la línea enemiga con todas sus implicaciones", declaró más directamente otro diplomático europeo.
Ello significa que cualquier conducta impropia detectada por China entre los espías occidentales y asiáticos en Hong Kong podría provocar un grave incidente diplomático.
Algunos gobiernos consideran que no vale la pena el riesgo. Taiwán ya declaró que retirará sus agentes antes del traspaso "para prevenir insucesos".
Sin embargo, el periódico de Taipei "China Times" informó en abril que el gobierno planea reclutar más informantes locales y continuar recolectando información sobre China por medio de redes clandestinas. (FIN/IPS/tra-en/ys/an/ml/ip/97