El jefe del gobierno español, José María Aznar, gana fuerza y mejora su imagen ante la opinión pública, mientras surgen nuevos problemas para su predecesor, el líder socialista Felipe González.
Al término de un debate parlamentario de dos días sobre el estado de la Nación, este viernes se publicaron los resultados coincidentes de dos sondeos encargados por un diario de oposición, El País, y por El Mundo, que apoya al gobierno.
Las dos encuestas coinciden en que Aznar resultó un claro ganador y que su imagen salió reforzada.
Así mismo, el Instituto Nacional de Estadísticas informó este viernes que la tasa de inflación interanual se ubicó en mayo en 1,5 por ciento, dos décimas por debajo del registro de abril.
Esta nueva baja de la inflación asegura que España cumplirá con los requisitos para estar en 1999 en la línea de partida de la Unión Monetaria Europea, y que continuará el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo, afirmó el secretario de Estado de Hacienda, Cristóbal Montoro.
A esa mejoría constante de la situación económica se debe, en gran medida, el éxito de Aznar en el debate parlamentario.
El 55,3 por ciento de las personas consultadas para El Mundo por la empresa Demoscopia consideran que el jefe del gobierno ganó el debate, en tanto que 14,1 piensan que el triunfador fue González.
La encuesta de El País es similar a la de su competidor, pero con cifras distintas. Según el sondeo realizado por Sigma Dos, la intervención más satisfactoria fue la de Aznar para 26 por ciento de los encuestados, y 15 por ciento prefirieron la del dirigente socialista.
Esa encuesta señala también que 45,8 por ciento de los entrevistados consideran que González fue cauto en sus intervenciones, por estar coindicionado por los escándalos que afectaron a su administración (1983-96).
Los escándalos, que en parte se están sustanciando ante los tribunales de justicia, se dividen en dos grandes grupos: los casos de corrupción y la llamada guerra sucia contra los independentistas vascos.
González deberá comparecer la próxima semana ante un juez, que lo citó como testigo en el "caso Filesa", relacionado con la financiación ilegal de su partido, el Socialista Obrero Español (PSOE).
En este juicio estan acusados dirigentes, parlamentarios y funcionarios de alto nivel del PSOE, por haber cobrado comisiones ilegales a grandes empresas a cambio de favores en la adjudicación de obras públicas.
También ex ministros, secretarios de Estado y altos cargos del Ministerio del Interior de la administración socialista están procesados por delitos cometidos durante la guerra sucia (1983- 86).
La citación como testigo en el caso Filesa es un problema para González en vísperas del Congreso General de su partido, que se realizará el 20 y el 21 de este mes, pero no es el único.
El más importante puede surgir a medida que avanza uno de los juicios por la guerra sucia, en el que está acusado y en libertad bajo fianza su ex ministro del Interior José Barrionuevo.
En ese proceso están involucrados dos decenas de ex altos mandos de Interior, que en su mayoría confesaron sus culpas y acusaron a sus superiores. La probable condena de éstos significaría un golpe político para González y la posibilidad de su implicación en el sumario.
A todo esto se une un repentino fortalecimiento del "guerrismo", una corriente interna del PSOE que aparecía como la gran derrotada en el próximo Congreso. La victoria del laborismo en Gran Bretaña y del socialismo en Francia han redundado en beneficio de esa tendencia.
El "guerrismo" ha mostrado en las dos últimas semanas signos de revitalización, con manifiestos y actos en favor de su referente, el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, que está enfrentado a González. (FIN/IPS/td/ff/ip/97