China vuelve a ungir como héroe al comisionado imperial del siglo XIX Lin Zexu, cuya acción contra el tráfico de opio que entonces desarrollaba Gran Bretaña desató la guerra que concluyó con la cesión de Hong Kong.
La rehabilitación histórica de su figura tiene un significado especial en las vísperas de la devolución del enclave británico al dominio de Beijing el 1 de julio y, también, a la luz de la intensa campaña contra el abuso y el tráfico de drogas que ha desarrollado el gobierno en los últimos meses.
Lin, cuya imagen había caído en desgracia por considerársele quien abrió un período de 150 años de humillaciones nacionales a manos de Occidente, es calificado ahora el primer héroe que combatió a los invasores extranjeros en la historia de la moderna China.
El poblado de Humen, en la provincia meridional de Guangdong, fue el escenario de un homenaje en su memoria el día 3. Allí, en el mismo lugar donde Lin Zexu había destruido 1.150 toneladas de opio cultivado en la colonia británica en India el 3 de junio de 1839, las autoridades quemaron media tonelada.
Ese episodio fue, hace 158 años, el detonante de la guerra del opio, librada por Gran Bretaña en nombre del libre comercio, y es considerado por muchos el mojón que marca el comienzo de la historia contemporánea china.
Ocho ejércitos enemigos invadieron el país, contrariados con la política antidrogas de Beijing, lo que rompió el aislamiento autoimpuesto por la dinastía Qing (1664-1911).
La guerra concluyó con la firma del tratado de Nanjing, que obligaba al emperador Daoguang a ceder Hong Kong a Gran Bretaña. Por el papel que cumplió, el monarca dispuso la deportación de Lin a la remota región occidental de Xinjiang.
Ante la cercanía de la entrega de Hong Kong a China, las autoridades restauran ahora la casa de Lin en Fuzhou, provincia de Fujian, para comvertirla en un museo con un parque público en derredor.
Además, se le pinta como héroe nacional en la película "La guerra del opio", que será exhibida en toda China a fines de mes, y en una serie de televisión de 18 capítulos que se emitirá a partir de esta semana. Sus escritos están en venta en las librerías de todo el país.
"A Lin Zexu podría homenajeárselo por sus muchos logros, pero esta campaña en particular tiene mucho que ver con la devolución de Hong Kong", reconoció su tataranieto, Ling Qing, quien fue embajador permanente de China ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) en los años 80.
Pero la imagen del comisionado imperial fue atacada con dureza durante la "revolución cultural" a partir de 1966, en la que estudiantes y militares atacaron a muchos funcionarios tildados de "capitalistas" con el respaldo del propio líder de la revolución comunista de 1949, Mao Zedong.
Entonces, se criticó la figura de Lin Zexu por su lealtad a la dinastía Qing, y ser descendiente suyo hacía la vida muy difícil, recuerda Ling Qing.
Pero los tiempos han cambiado. Hoy, Ling Qing es presidente de la Fundación Lin Zexu, fundada en 1995, que afirma ser la única organización no gubernamental de China que desarrolla una campaña masiva contra las drogas en todo el territorio del país.
Hasta ahora, la fundación recibió donaciones de más de 1,2 millones de dólares de chinos en el extranjero. Ese dinero se empleó en la producción de la serie de televisión, publicaciones y otras actividades en memoria de Lin.
La rehabilitación histórica de Lin Zexu es una evidencia de la decisión con la que China combate el abuso de drogas. Y, en ese sentido, se difunde su imagen como el precursor de los activistas en la materia.
En la ceremonia del 3 de junio, a la que asistieron 15.000 habitantes no solo de Humen sino de sus alrededores y de otros puntos del país, el viceministro de Seguridad Pública, Bai Jingfu, dijo que "China combate las drogas con confianza y decisión".
En los meses previos, Beijing lanzó una gran campaña contra las drogas que derivó en el arresto de más de 18.000 adictos y traficantes, así como la ejecución de 12 vendedores en Guangzhou el 15 de mayo.
Existen hoy un millón de adictos en el país, 80 por ciento de ellos jóvenes, según la agencia de noticias del gobierno Xinhua. Las áreas más afectadas son las provincias de Guangdong y Yunnan, que tienen límites con los territorios de cultivo de adormidera en Asia sudoriental y central.
"Nunca olvidaremos los horrorosos desastres que las drogas depararon a la nación y nunca permitiremos que se repitan esa tragedia histórica", dijo el viceministro Bai Jingfu en Humen.
El hecho de que la gigantesca ceremonia del día 3 se desarrollara en un pequeño poblado cercano a Hong Kong y a pocas semanas de la entrega del enclave a Beijing no deja dudas en torno al significado político de la rehabilitación de Lin Zexu.
Pero, al menos por ahora, nadie presta mucha atención a un dato nada menor. El hombre que ahora se eleva a la categoría de primer héroe nacionalista de la China moderna por su combate contra el invasor extranjero fue, además, uno de los primeros defensores del pensamiento occidental en el país.
Sus escritos, hoy difundidos al gran público, contienen ricas descripciones de la vida en Occidente, sin precedentes en un territorio que en el siglo XIX estaba cerrado a cal y canto a la influencia exterior. (FIN/IPS/tra-en/ab/an/mj/ip/97