Los países en desarrollo pierden anualmente 500.000 millones de dólares por efecto de su reducida participación en el comercio, el trabajo y las finanzas, advirtió hoy el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"La expansión del comercio y la inversión sigue adelante a velocidad vertiginosa, pero en gran medida en beneficio de los países más dinámicos y poderosos del Norte y del Sur", según el Informe sobre Desarrollo Humano 1997.
"A menos que se gestione cuidadosamente la globalización, los países pobres" y la población pobre "quedarán cada vez más al margen", se destacó en el informe, preparado por encargo del PNUD.
"Todos los países, y los principales organismos financieros internacionales, deben hacer más que alabar pasivamente las virtudes de la globalización", señaló Richard Jolly, asesor especial del Administrador del PNUD, James Gustave Steph, y principal coordinador del informe.
La relación del comercio con el producto interno bruto mundial aumentó en los últimos 10 años, aunque se redujo en el caso de 44 naciones en desarrollo que reúnen 1.000 millones de habitantes.
Los países más pobres, que albergan en conjunto 10 por ciento de la población mundial, sólo tienen una participación de 0,3 por ciento en el comercio internacional, la mitad de lo que les correspondía hace 20 años.
Junto con la globalización, crece en el mundo en desarrollo la diferencia entre "ganadores" y "perdedores", de acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano. El 20 por ciento más pobre de la población de la Tierra obtiene ahora sólo 1,1 por ciento del ingreso mundial, frente a 2,3 por ciento en 1960.
La liberalización económica está acompañada de mayor desigualdad en varios países latinoamericanos, entre los que se cuentan Argentina, Chile, Ecuador, México, República Dominicana y Uruguay, según el documento.
En cambio, la globalización y la liberalización han rendido beneficios en China, el mayor receptor de ayuda extranjera directa en el mundo en desarrollo, que multiplicó sus exportaciones por 10 en los últimos 15 años.
Con apoyo en su crecimiento económico, China redujo de un tercio a la décima parte la proporción de su población en "pobreza de ingreso".
El PNUD diferencia entre pobreza de ingreso, un indicador basado en el producto de países y en la capacidad adquisitiva de individuos o grupos de población, de la pobreza humana, que combina tres variables para dar lugar a un nuevo índice.
Esos componentes del nuevo "Indice de Pobreza Humana" son la vulnerabilidad a la muerte a temprana edad, el analfabetismo, y la falta de acceso a servicios de salud y agua potable y a una alimentación adecuada.
Según el informe, más de la mitad de las naciones del Sur "han sido dejadas de lado" por la inversión extranjera directa oientada al mundo en desarrollo, "dos tercios de la cual se ha dirigido a sólo ocho países".
En segundo lugar, los precios reales de los productos básicos de que dependen muchos de los países más pobres "fueron en los años 90 inferiores en 45 por ciento al nivel de los 80", y 10 por ciento menores "al nivel alcanzado en 1932, durante la gran depresión".
Como consecuencia de la caída de precios de exportación y aumento del costo de las importaciones, "la relación de intercambio de los países menos adelantados se ha reducido 50 por ciento en los últimos 25 años.
En cuarto término, los aranceles que los países industrializados imponen a compras en las naciones menos adelantadas "son 30 por ciento superiores al promedio mundial".
Por último, los países en desarrollo pierden más de 60.000 millones de dólares al año como consecuencia de los subsidios agrícolas y las barreras que el mundo industrializado opone al ingreso de textiles.
"La globalización necesita más gestión", tanto internacionalmente como en cada estado, para "abrir oportunidades a los países más pobres", y "con el fin de crear empleo y evitar mayores disparidades económicas", afirmó Jolly. (FIN/IPS/ff/dv/97