COSTA RICA: Alarma ante creciente turismo sexual

Los beneficios del sector turístico son puestos en entredicho en Costa Rica por la Iglesia Católica y el Colegio de Periodistas, debido al incremento del turismo sexual.

"El país está practicamente de rodillas" frente a ese problema, advirtió el Colegio de Periodistas, que reúne a un millar de comunicadores.

El ministro de Turismo, Carlos Roesch, en cambio, asegura que si bien "es cierto que existen inescrupulosos, (…) no todo lo malo se puede achacar a la industria turística".

El turismo dejó el año último ingresos por 624 millones de dólares y en 1997 aportará 700 millones, según previsiones, y disputa el primer lugar como generador de divisas a la exportación de banano.

Costa Rica es el productor de banano más eficiente por hectárea y el segundo exportador mundial, después de Ecuador.

Las autoridades consideran el turismo un gran apoyo para lograr un desarrollo menos dependiente de la actividad industrial, y por lo tanto, menos contaminante.

En los últimos siete años, ese sector ha sido un gran aliado de la economía nacional, pero, según las denuncias, está imponiendo sus propias reglas y modificando la cultura costarricense.

Los denunciantes coinciden en exaltar los beneficios del turismo para un pais de frágil economía, con una deuda externa superior a los 3.000 millones de dólares, aunque advierten la "corrupción que arrastra" su desarrollo.

"Creo que el turismo tiene muchas cosas positivas, pero es innegable que detrás del desarrollo de esa actividad vienen drogas y otros vicios", dijo a IPS el obispo Héctor Morera.

Morera está cargo de la diócesis de Guanacaste, una provincia limítrofe con Nicaragua, considerada el mayor polo de atracción turística del pais.

Es justamente de esa provincia de donde proceden las voces de alarma que llegan a la Iglesia Católica.

Morera dijo que sacerdotes radicados en Guanacaste, principalmente en comunidades pequeñas y pobres, han advertido fenómenos de corrupción vinculados con los beneficios del turismo.

Ya no se trata sólo del consumo y tráfico de drogas, un problema cada vez más grave en Costa Rica, sino también de filmación de escenas sexuales en lugares públicos y explotación sexual de niños y niñas.

Los participantes en esos hechos "son personas que, paradójicamente, rinden gran culto a la naturaleza, pero sin valores morales ni espiritualidad", observó el sacerdote Eudolio Solís, de Cóbano, en Guanacaste.

Solís aseguró que padres de familia y muchos jóvenes se han alejado de las playas, que se encuentran prácticamente tomadas por extranjeros que imponen sus costumbres y pagan por sus caprichos.

El Colegio de Periodistas pidió al Ministerio Público una investigación con base en denuncias de sus afiliados.

El Colegio destacó que la legislación nacional no contiene mecanismos para impedir la actividad de quienes llegan al país con equipos de filmación para producir pornografía.

El Código Penal costarricense castiga las prácticas de corrupción sexual, pero en muchos casos sólo con multas de bajo monto y casi nulo poder disuasivo.

El ministro Roesch defendió la actividad turística, negando que sea fuente de corrupción, aunque reconoció que en la red informática mundial Internet se promociona a Costa Rica como destino sexual. (FIN/IPS/ug/ff/97)

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