Las compañías mineras de Canadá expanden su actividad en el exterior, mientras el desempleo aumenta en las comunidades mineras del norte de Ontario, provincia canadiense rica en minerales.
Con pocas excepciones, las empresas canadienses obtienen más ganancias con la extracción de minerales en los países en desarrollo, donde existen menos normas ambientales, menores costos laborales y menos resistencia a la minería a cielo abierto que en Canadá.
El resultado es que "en el norte de Ontario existe una mano de obra minera especializada sin trabajo", dijo Charles Angus, editor de la revista de minería "The Highgrader".
En Elliot Lake, un pueblo de 13.000 personas en una zona poco poblada, cerraron las minas de uranio, que antaño alimentaban a la economía local, la maquinaria militar estadounidense y la industria de la energía nuclear de Ontario.
Parte de la población minera que permanece en el lugar padece de cáncer, informó Dan Hutchinson, ex presidente local del Sindicato de Trabajadores del Acero.
Las grandes empresas mineras pueden enfrentar a las comunidades o naciones entre sí, por el poder que tienen al trasladar capitales de un lugar a otro.
Ello se convierte en presión para liberalizar los sectores de la salud, la seguridad y el ambiente, dijo David Leadbeater, profesor de economía de la Laurentian University, de Sudbury, Ontario.
"Necesitamos una convención internacional sobre minería con normas específicas que se cumplan en el ámbito internacional", sostuvo.
Angus explicó que algunos mineros canadienses siguen a las compañías mineras al exterior para trabajar en países como Chile y Perú. "Muchos están trabajando en otras partes del mundo porque no hay trabajo" en Canadá, dijo.
Pero Bob Russell, profesor de sociología de la Universidad de Saskatchewan, duda que los mineros canadienses, habituados a salarios altos, consigan trabajo en otros países donde se paga menos a los trabajadores locales.
Russel sostiene que los mineros desempleados tienden a emigrar a minas que todavía funcionan en Canadá.
El empleo para los canadienses en las operaciones en el exterior "se limita a la gerencia, al personal supervisor y quizá a algunos mecánicos", dijo Russell.
Las minas más nuevas en el norte de Saskatchewan, el centro de la actividad minera de uranio en Canadá, ya no cuentan con empleados que se establecen en una comunidad al menos durante una generación.
Actualmente, las compañías trasladan a los trabajadores a las minas, con contratos que no duran más de unos meses por vez. Los obreros temporarios son ubicados en instalaciones residenciales de la empresa.
De esta manera, las corporaciones no tienen que pagar impuestos inmobiliarios a la municipalidad local, que construye servicios, escuelas y carreteras para la población.
"Extraen el mineral y se van", dijo Russell, y agregó que la tecnología también redujo la cantidad de trabajadores en las minas establecidas.
No obstante, la idea de una "mina sin mineros" sigue siendo tan sólo un "deseo" de la industria, dijo Leadbeater. "Las tecnologías mineras están diseñadas para reducir el empleo subterráneo y aumentar la producción de los trabajadores".
La naturaleza cíclica de bonanza y decadencia de la industria minera es "comprendida" por los involucrados, dijo Mick Lowe, periodista y autor que vive cerca de Sudbury, en el corazón del centro minero de Canadá.
La extracción de níquel data desde principios de siglo en Sudbury. Pero la población está envejeciendo y los jóvenes tienen menores oportunidades de empleo en el sector mineral local.
La otra fuente de empleo es el sector público, pero los gobiernos federal y provincial están reduciendo el tamaño de sus burocracias.
Los jóvenes emigran a Toronto, y Lowe responsabiliza de la tendencia a la actitud de "producir más con menos gente" de la industria minera.
Lowe comparte la preocupación de muchos sobre las consecuencias a largo plazo de la posible expansión hacia el este de Canadá, de Inco Corp., la mayor empresa de extracción de níquel y principal fuente de trabajo de Sudbury.
Inco obtendrá mayores beneficios económicos al invertir en una mina nueva de cielo abierto en Labrador, dijo Leadbeater, quien predijo que la medida reducirá las operaciones de la compañía y probablemente conduzca al cierre de sus minas más antiguas en Ontario.
La mano de obra altamente sindicalizada de Sudbury, representada en gran medida por el Sindicato de los Trabajadores del Acero, no podrá negociar a la par con Inco, a menos que los nuevos mineros de níquel de Voisey también estén sindicalizados, dijo Leadbeater.
Las empresas mineras del norte de Ontario evitan contratar a mineros desempleados que hayan tenido actividad sindical en el pasado, dijo Leadbeater. (FIN/IPS/tra-en/pw/yjc/aq-lp/lb/97